Un lujo muy nutritivo

19 / 06 / 2017 Teresa Nauber
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Las ostras son consideradas una delicatessen en muchas partes pero, sobre todo, una comida de ricos y gastadores.

Un consejo: cuanto más pesada la ostra, mejor su calidad. Esto quiere decir que tiene mucho líquido. Maridaje: copita de cava, champán o vino blanco. Precio: una ostra necesita tres años para alcanzar su tamaño completo. Por eso suelen ser tan caras. Nutrientes: son una de las mayores fuentes de zinc y tienen solo 66 calorías por pieza

La forma en la que hay que comerlas divide las aguas: algunos creen que hay que comerlas crudas y solas, otros las cuecen con queso derretido. Si se comen crudas, hay que masticarlas un buen rato. Christian Lohse, chef del restaurante berlinés Fischer’s Fritz, que cuenta con dos estrellas Michelin, está a favor de menos dogmas en la cocina: “Nosotros definimos a la ostra, no la ostra a nosotros”.

Lohse sirve las ostras picadas con salsa holandesa en su restaurante y las acompaña de un rodaballo al grill. “El aroma del grillado crea un contraste muy interesante con el gusto a mar de la ostra”, dice. Para la casa, el chef recomienda poner dos ostras picadas bien finito en un Bloody Mary con apio rallado y algo de ralladura de limón para un trago bien especial. El toque final: un chorrito de tabasco. Y de esta forma, un cóctel se convierte en un plato. Otros cocineros, como el también alemán Falk Landgraff, recomiendan blanquear brevemente los frutos de mar. Para ello hay que hervir un poco de vino blanco o vinagre de arroz, sumergir brevemente la ostra sin valva y volver a sacarla. Dependiendo la época del año, se la puede servir de distintas formas, como por ejemplo en medio de aguacate fresco con radicchio. Las ostras también quedan bien con pepinos en dados, zanahorias, hinojo, manzana y yogur. A ello hay que añadir una pizca de cúrcuma. [DPA] 

Guía para disfrutarlas

- Cómo conservarlas: en casa, lo mejor es guardarlas cerradas en la nevera. Hay que comerlas a más tardar uno o dos días después

- Cómo abrirlas: hay que sacar con cuidado el agua y esperar un poco, ya que es ahí cuando producen agua nueva y fresca

- Cómo comerlas: crudas, con un chorrito de limón e incluso –ojo puristas– picadas con salsa holandesa

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