¿El inicio de un nuevo Federer?

16 / 07 / 2014 Tomás Rudich (dpa)
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La derrota ante Novak Djokovic en la final de Wimbledon dejó sensaciones contrapuestas en torno al suizo Roger Federer: ¿fue tal vez su última oportunidad de volver a ganar un título de Grand Slam? ¿O el punto de despegue de un tenista que a sus 32 años luce renovado?
 
 Veloz de piernas, punzante con la derecha, sólido con el revés y mejor que nunca con el servicio, Federer volvió a parecerse al mejor Federer en Londres.
 
 Sin embargo, no fue suficiente para vencer al serbio y conquistar su primer título grande en dos años. El césped, su mejor superficie, ofrecía el escenario ideal para extender su récord de 17 trofeos de Grand Slam, una cuenta que está detenida desde Wimbledon 2012 y que se ve cada vez más amenazada por los 14 del español Rafael Nadal.
 
 «Estoy muy feliz sabiendo que si me siento bien puedo tener una actuación como la que tuve en estas dos semanas. Eso me hace creer que este es sólo un trampolín de cara a muchas grandes cosas en el futuro», aseguró el suizo tras su caída en cinco sets de enorme nivel ante Djokovic.
 
 Nuevo número tres del ranking, Federer cree que su gran actuación en Wimbledon no refleja aún su techo tenístico. «No siento que necesariamente haya jugado a mi mejor nivel absoluto», afirmó.
 
 A punto de cumplir 33 años en agosto, Federer buscaba convertirse en el campeón más veterano de Wimbledon en la era abierta. Y refutar el tantas veces anunciado fin de su era.
 
 «Hace unos pocos meses había gente que decía que ya no podía jugar al tenis», aseguró recientemente el suizo al diario «SonntagsZeitung». Su intención, lo dijo varias veces, es competir hasta los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 y aún más allá. 
 
 Acompañado por el legendario sueco Stefan Edberg como nuevo integrante de su equipo, recuperado ya de sus problemas en la espalda y afianzado con su nueva raqueta, Federer volvió a mostrar su mejor versión en Wimbledon tras un año turbulento.
 
 El 2013 había sido el peor año desde la irrupción del suizo en la elite. Sólo un título, la caída hasta el séptimo lugar del ranking -a principios de este año llegó a ser octavo- y varias derrotas sorpresivas pusieron a prueba su capacidad de recuperación.
 
 Pero el suizo creyó en sí mismo aún en sus peores momentos. «No, porque aún tengo planes de jugar varios años más», respondió Federer el año pasado cuando le preguntaron sobre el posible final de una era
 
 tras su eliminación en la segunda ronda de Wimbledon a manos del ucraniano Sergiy Stakhovsky.
 
 «¿Qué hacer después de algo así? Uno no debe tener pánico, eso es claro. Simplemente volver a trabajar y regresar más fuerte. Es simple», afirmó entonces. 
 
 Pero la altísima vara que imponen Djokovic y Nadal y la exigencia física que demanda vencer a cualquiera de ellos a cinco sets abren interrogantes sobre la posibilidad de Federer de volver a ganar un Grand Slam.
 
 «Era la mejor oportunidad que podía tener de ganar un nuevo torneo de Grand Slam», aseguró el ex tenista John McEnroe en sus comentarios para la BBC. Sin embargo, la leyenda estadounidense cree que las esperanzas no acaban aún para el suizo.
 
 «Creo que jugó increíble. La final fue uno de los mejores partidos que he visto», aseguró McEnroe. «Por la manera en que jugó, debes darle una nueva oportunidad. Tal vez pueda vencer a uno de los chicos de arriba si están en un mal día», afirmó. «Se está moviendo mucho mejor de lo que pensaba».
 
 Pero el mayor de los «obstáculos» de Federer tal vez no tenga que ver con el tenis. Padre de cuatro niños tras el nacimiento hace dos meses de sus segundos mellizos, Leo y Lenny, el cuidado de la familia resulta un «trabajo» mucho más exigente para el suizo.
 
 «Creo que mucha gente no sabe lo duro que es. Es mucho trabajo. Tengo una vida muy ocupada y debo estar bien organizado para estar el mismo tiempo con todos y decidir cómo va a ser cada día», aseguró durante Wimbledon.
 
 «Pero creo que ahora encontramos un buen ritmo. Myla y Charlene (de cuatro años) ya duermen mucho mejor a la noche. Estoy manejándolo mucho mejor ahora», afirmó el suizo, un padre que aún quiere seguir haciendo historia.

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