"Viacrucis migrante": Transexuales buscan una nueva vida en México

Junto a un grupo de más de 200 migrantes de Honduras, Guatemala y El Salvador, llegó en los últimos días a la ciudad fronteriza mexicana después de recorrer más de 4.000 kilómetros desde el sur de México en un "Viacrucis Migrante" para pedir asilo en Estados Unidos.

La historia de Griselda Abigail Argeta, a sus 19 años, no se aleja mucho a la de los otros migrantes, pero está agravada por la violencia que sufre la comunidad LGTBI en varios países de Centroamérica. Eso la obligó a alejarse de su familia con la esperanza de encontrar una vida mejor.

Lo decidió casi a último momento. Ella, así como otras chicas trans de su grupo, no se unieron a la petición masiva de asilo político de los demás participantes en la caravana, sino que decidieron quedarse.

Fatigada, con el rostro cansado, pero con los labios pintados de un rosa intenso, dice que ya había sufrido bastante en su país como para ir a Estados Unidos a hacerlo. No veía seguro que el Gobierno de Donald Trump le otorgara asilo.

La llegada de mujeres migrantes trans a México ha aumentado en los últimos años, de acuerdo con organizaciones de defensa de la diversidad sexual, aunque no hay estadísticas oficiales y a pesar de que en México se registran también muchos "crímenes de odio".

Las personas trans huyen no sólo de la violencia de las maras. Se sienten amenazadas por ser como son, viviendo constantemente señaladas y violentadas sin que las autoridades les brinden seguridad.

Según la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, desde enero tan sólo en El Salvador han sido asesinadas al menos siete personas transgénero.

La asociación civil Diversidad Migrante, cuyo objetivo es apoyar proyectos para la inclusión de personas de distinta orientación sexual, ha intervenido en velar por la seguridad de los que llegan a Tijuana, al no existir un organismo especializado en su atención.

Según datos proporcionados por la asociación a dpa, en el año que lleva instituida la ONG han conocido de al menos cuatro grupos de cinco o seis mujeres trans que llegaron a Tijuana. Ellos las apoyan encontrándoles un espacio donde pasar la noche o consejería legal.

"Muchas de ellas, principalmente jóvenes, sí vienen con la intención de solicitar un asilo político en Estados Unidos, pero otras ven la oportunidad de hacer una nueva vida en México por lo que se quedan a radicar", mencionó el presidente de la ONG, Jorge Luis Villa Esparza.

De acuerdo con un informe de la organización hondureña Cattrachas, la violencia contra la comunidad LGTBI "es y ha sido sistemática" en Centroamérica por lo menos en las últimas dos décadas.

Giselda Abigail ya no quiere volver atrás. Sabe que si regresa es muy probable que las organizaciones delictivas como las maras le arrebaten la vida, como lo hicieron con varias de sus amigas.

Allison Michelle Díaz, otra mujer trans, de 18 años, también originaria de Honduras, observa el mar y levanta la mirada a la valla metálica que separa Tijuana de San Diego en Estados Unidos.

"Nunca voltearé a ver hacia atrás, ahora voy a luchar por mis sueños y superarme", dijo a dpa. Esa es su misión, ahora que busca de nuevo conseguir asilo en México.

Antes intentó solicitarlo en Tapachula, en la frontera con Guatemala, pero dice que le fue negado por no contar con documentación que acreditara que su vida corría peligro en Honduras. Tanto Allison como las otras chicas denuncian que las autoridades migratorias no están capacitadas para tratar con la comunidad trans.

No obstante, tienen claro un cosa: no quieren regresar a las calles a ejercer la prostitución a la que, según afirman, fueron orilladas en sus países debido a las pocas oportunidades de empleo por ser transexuales. 

Aldo Dávila, director de la asociación Gente Positiva de Guatemala, retrató en 2015 en una audiencia pública de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la situación que se vive.

"Los Estados de Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua han actuado con negligencia ante el fundamentalismo de fuerzas oscuras que bajo la forma de políticas públicas, de abusos policiales, de persecución política y de crimen organizado actúan contra nosotros", dijo.

Este año el Centro de Atención a Personas Trans, en conjunto con la asociación "El Jardín de las Mariposas", ha atendido en Tijuana a ocho mujeres trans, sin contar el grupo que llegó hace unos días. Sólo una consiguió asilo en Estados Unidos, dos cruzaron de manera ilegal y por lo menos cuatro se quedaron a vivir en Tijuana. 

El flujo más fuerte de llegada comenzó a finales del 2016 y bajó a inicios de este año, pero, según la directora del Centro de Atención Integral a Personas Trans en Tijuana, Rubí Juárez, están en camino unos 15 a 20 transexuales.

"Les han metido la idea del 'sueño americano' como si aún existiera", lamentó. "México se ha convertido en un país de tránsito para estos migrantes que buscan refugio en Estados Unidos, pero dada la situación que se vive actualmente no les queda de otra más que optar por quedarse".