Las Patronas: mujeres fuertes que doman "La Bestia" de los migrantes

26 / 10 / 2017 Laurentia Genske y Denis Düttmann (DPA)
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Las Patronas es un grupo de 12 mujeres que desde hace más de 20 años ayuda con comida y otros apoyos a los migrantes centroamericanos que pasan por el estado de Veracruz en su camino hacia Estados Unidos.

Julia Ramírez Roja (derecha) y una voluntaria preparando frijoles con arroz para los migrantes que viajan a bordo de La Bestia. Foto: Denis Düttmann/DPA

Un largo pitido anuncia la llegada de La Bestia a Amatlán de los Reyes, un poblado del este de México. "Las Patronas" tienen que darse prisa. Meten frijol, arroz y tortillas en canastos y corren a las vías del tren de los migrantes. 

Cuando el ferrocarril de carga entra al pueblo, empiezan a aparecer entre los vagones los primeros polizones. Con una mano se sujetan al tren en marcha y con la otra atrapan las bolsas de alimento y agua que les alcanzan Las Patronas. Tiene que ser rápido. El tren sólo reduce un poco su marcha.

"Los conductores de locomotora saben que aquí damos comida a los migrantes", dice Norma Romero Vázquez, una de las fundadoras de Las Patronas. "Algunos tienen compasión y desaceleran para facilitarnos la entrega o incluso ellos mismos toman bolsas". 

Han obtenido varios premios por su compromiso social, entre ellos el Premio Nacional de Derechos Humanos de México en 2013. Voluntarios de distintas partes del mundo llegan hasta Amatlán de los Reyes para ayudarlas en un albergue que manejan.

"Cada día cocinamos para unos 80 a 100 migrantes. No sabemos de antemano cuántos llegarán en el tren. A veces son menos de diez, otras más de 100", dice Romero mientras mete frijoles cocidos en bolsas de plástico.

Todo empezó una mañana de 1995 cuando ella y su hermana regresaban de hacer las compras y escucharon que desde el tren les gritaban: "¡Tenemos hambre!". Sin pensarlo demasiado obsequiaron a los migrantes sus bolsas del mercado.
"Primero creímos que eran jovencitos que viajaban en el tren para poner a prueba su valor", relata Romero. "Pero cuando nos dimos cuenta de la gravedad de la situación, decidimos ayudar". 

Con el tiempo lograron construir una red de donaciones de escuelas, universidades, supermercados y panaderías. Además de recibir comida, los migrantes también pueden descansar un par de días en el albergue.

"Ahora tenemos hasta unos 20 migrantes albergados. Aquí pueden reunir fuerzas, lavarse la ropa, llamar por teléfono a casa", dice Alejandra Uribe, una voluntaria que hace su tesis de maestría sobre migración en México. El año pasado Las Patronas acogieron a unas 600 personas.

Decenas de miles de personas salen cada año de Centroamérica en busca de una mejor vida en Estados Unidos. La mayoría procede de El Salvador, Guatemala y Honduras. Muchos huyen de la violencia de las pandillas en zonas donde las maras controlan barrios completos y reclutan por la fuerza a jóvenes.

"Antes la gente se ponía en marcha sobre todo por razones económicas", explica Romero. "Hoy las madres quieren impedir que sus hijos sean reclutados por las pandillas".

El llamado "triángulo del norte" de Centroamérica es una de las regiones más violentas del mundo. En El Salvador hubo 82 asesinatos por cada 100.000 habitantes el año pasado. 

"La falta de oportunidades y la criminalidad en los países de origen hacen que muchos escapen. Sobre todo los niños son presa fácil de los grupos criminales", añade Romero. 

Los migrantes se trepan a los trenes de carga en el sur de México, pero la ruta de 2.000 a 4.000 kilómetros pasa por zonas controladas por el crimen organizado, donde sufren violencia, extorsiones y abusos.

De acuerdo con organizaciones de derechos humanos, casi todos los migrantes que se trepan a La Bestia son asaltados al menos una vez en el trayecto y las mujeres son frecuentes víctimas de violaciones. También los policías y agentes migratorios los extorsionan.

Nadie sabe con exactitud cuántos centroamericanos y mexicanos tratan de ingresar cada año de manera ilegal a Estados Unidos. De acuerdo con la Secretaría de Gobernación de México (Ministerio del Interior), en 2016 fueron detenidos 186.216 inmigrantes ilegales en territorio mexicano, la mayoría de Centroamérica.

La retórica anti-inmigrante del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, provocó que a principios de año se redujera el número de migrantes que intenta cruzar de manera clandestina la frontera. Sin embargo, los expertos creen que fue algo pasajero. En mayo el flujo empezó a subir otra vez.

"La línea dura del gobierno de Trump provocó una ola de migración centroamericana antes de la toma de posesión y un marcado descenso después. Pero es improbable que este descenso en los flujos migratorios se mantenga", consideró Adam Isacson, especialista de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).

"La violencia y la miseria en Centroamérica que hacen que las personas migren -y a menudo huyan para salvar sus vidas- no han cambiado", agregó Isacson, en un informe de la organización civil.

Después de unos cuantos minutos, el tren ha pasado. Al menos hoy los migrantes de La Bestia podrán comer y calmar la sed. Las Patronas vuelven a sus fogones a cocinar para el siguiente tren. Mientras los migrantes centroamericanos recorran la peligrosa ruta hacia el norte, ahí estarán ellas, día a día, de pie junto a las vías.

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Norma Romero Vázquez, una de las fundadoras de 'Las Patronas', llenando un recipiente con lentejas y frijoles para los migrantes a bordo de La Bestia. Foto: Denis Düttmann/DPA

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Julia Ramírez Roja, una de 'Las Patronas', entregando una bolsa con comida y agua a uno de los migrantes a bordo de La Bestia a su paso por la localidad mexicana de Amatlán de los Reyes. Foto: Denis Düttmann/DPA

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Mujeres de 'Las Patronas' y voluntarios repartiendo comida y agua a los polizones que viajan a bordo de La Bestia. Foto: Denis Düttmann/DPA

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