Helados "no al odio" para plantar cara a Trump

09 / 06 / 2017 Johannes Schmitt-Tegge (DPA)
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Ser activista no siempre es fácil. Bien lo sabe por experiencia propia Ken Lo, pero tras la llegada de Trump a la Casa Blanca y ver "el panorama" no quiso quedarse de brazos cruzados. 

Foto: Johannes Schmitt-Tegge/DPA

El dueño de la tienda de helados "Ice & Vice" de Nueva York y su socio, Paul Kim, se veían impotentes ante los debates sobre inmigración, los derechos de la mujer, el aborto o el cambio climático. "No sabíamos qué hacer. Sólo sabíamos cómo hacer helados".

En su auxilio llegó la diseñadora Chelsea Lipman, que había participado en la "Marcha de las mujeres" tras la toma de posesión de Trump. La idea se le ocurrió en conversación con la Times Square Alliance: helados con fines sociales. O lo que es lo mismo: una respuesta dulce a los amargos tiempos que corren.

Desde la inauguración, en mayo, una parte de los ingresos se destina a una organización benéfica. El nombre del puesto que abrieron en Times Square es toda una declaración de intenciones: "I Scream" significa "yo grito", pero es un juego de palabras que en realidad suena a "ice cream", helado. 

"Todos gritamos por distintas cosas. Cuando nos unimos como colectivo, somos capaces de resolver problemas", afirmó Lipman al diario "AM New York". 

El cinco por ciento de los ingresos de "I Scream" van a parar a organizaciones que defienden los derechos civiles, el aborto, la protección ambiental y una agricultura sostenible. Entre ellas la ACLU, que tras la elección de Trump recibió una oleada de donaciones, o Planned Parenthood, que asesora a mujeres embarazadas. 

"Mucha gente no dona dinero para fines sociales porque les resulta complicado, pero aquí es un poco más fácil", explica Lo a dpa. Su compromiso político se puede leer también en la propia carta de helados, que hace referencia a algunos de los temas más conflictivos de la Administración Trump.

Así, el helado "No Borders" (sin fronteras), con dos bolas de ingredientes típicamente mexicanos y estadounidenses, se dirige contra la política del muro, mientras que "No Censorship" (no a la censura) quiere dejar claro que todas las opiniones son válidas y no se debe acallar a nadie, votantes de Trump incluidos.

"No Means No" (no es no) hace referencia a los abusos sexuales a mujeres, la misoginia y el sexismo de algunos discursos de Trump durante la campaña electoral. Se compone de pedacitos de bizcocho de fresa y una limonada de frambuesas y rosas, aderezado con vinagre balsámico, lo que le da un sabor muy marcado. 

"Queríamos enviar el mensaje de que las mujeres pueden ser dulces, pero a la vez son intrépidas". Por último, el helado "No Hate" (no al odio) alude con sus tonos rosa y arcoíris a la defensa del colectivo de gays, lesbianas, bisexuales y transgénero (LGBT).

Lo, de 36 años, no quiere imponer su iniciativa contra Trump en su pequeño kiosko, donde todas las opiniones son bienvenidas y se debate con frecuencia. No obstante, él y Paul ya han recibido alguna que otra crítica airada, como la de una opositora al aborto que declaró en las redes sociales que no compraría jamás un helado en Times Square.

Con todo, pese a su orientación política de izquierda liberal, Lo también ve algo positivo en la elección de Trump como presidente: "Ha obligado a que los estadounidenses mantengan un diálogo abierto. Puede que divida, pero al menos ahora hablamos".

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