La televisión en 3d, ¿innecesaria o adelantada a su tiempo?

Arthur Moscone se define como un "geek", una de esas personas a las que les encanta ser el primero de su barrio en tener entre sus manos el último aparato tecnológico. Sin embargo, no está tan contento con su última adquisición, un televisor Samsung 3D por el que pagó casi 3.000 dólares las pasadas Navidades.

"La calidad de imagen es fantástica, pero la programación en 3D es muy escasa y además, genera cierto dolor de cabeza", lamenta este broker experto en hipotecas y adicto al deporte. "No fue una de mis mejores compras", confiesa.

Su mayor decepción llegó cuando la cadena de televisión deportiva ESPN, que había sido una de las principales defensoras de la televisión en 3D, anunció en junio que "desenchufaba" ESPN 3D, casi tres años después de lanzar el canal a bombo y platillo.

"Debido a la limitada adopción de dispositivos para 3D por parte de los usuarios, ESPN cierra ESPN 3D", dijo en su día la portavoz, Katina Arnold. "Nadie sabe más de deporte en 3D que ESPN, y estaremos dispuestos a proporcionar este servicio a nuestros seguidores una vez despegue el 3D".

Los analistas apuntan a una falta de programación y de interés de los telespectadores, combinada con una torpe experiencia por parte del usuario, como principales causas de por qué esta tecnología difícilmente será popular. Recientemente, la BBC llegó a una conclusión similar cuando anunció que dejará de emitir en 3D.

Aunque se calcula que en Reino Unido hay 1,5 millones de televisiones adaptadas al 3D, sólo la mitad sintonizó la versión tridimensional de la retransmisión de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Londres, argumentó la cadena británica.

"Ver 3D en casa es una experiencia un tanto molesta", señaló a Radio Times Kim Shillinglaw, directora del departamento de 3D de la BBC. "Uno tiene que encontrar las gafas antes de conectar la televisión. Creo que cuando la gente ve la televisión, se concentra de una manera diferente."

De nuevo, el dilema del huevo y la gallina: los usuarios esperan para comprar hasta que haya una mayor programación disponible, mientras que los programadores aguardan a que haya un mayor interés por parte de los telespectadores.

Pero además, también son importantes otros factores. En una época en la que las tendencias tecnológicas van hacia dispositivos más sencillos e intuitivos, las televisiones optaron por todo lo contrario al requerir gafas para su visionado o ángulos limitados de visión.

A James McQuivey, analista de Forrester Research, no le sorprende el fracaso de la televisión en 3D. Según escribió en un reciente artículo, "el problema con la televisión en 3D es que era la solución para un problema que los usuarios no tenían".

Para la analista Veronica Gonzalez-Thayer, de IHS Electronics & Media, hasta que alguien invente una televisión en 3D que ofrezca una fantástica experiencia al usuario sin necesidad de usar gafas, esta tecnología seguirá sin cuajar. "El único modo de popularizarse es eliminar las gafas", dijo a dpa.

Ahora, los fabricantes se centran en aparatos de súperalta definición y televisores inteligentes, que proporcionan al usuario una "experiencia mejor que el 3D", añadió. La entrada de Apple al mercado de la televisión, sobre lo que se rumorea desde hace tiempo, podría suponer un cambio de tendencia. Pero con los precios y beneficios de la industria en continua caída, Gonzalez-Thayer duda de que ni siquiera la magia de Apple funcione.

"Sería difícil pedir un precio 'premium' en un mercado (el de la TV) que viene marcado por el precio y el tamaño", señala la experta. Aunque los fans de Apple se quiten de las manos la Smart-TV de la compañía, sus opciones de éxito entre el gran público dependerán de los servicios, el software y la integración que ofrezca."

Así, Gonzalez-Thayer reconoce que no sabe si Apple se lanzará o no al mercado de la televisión. "Pero le resultará difícil obtener beneficios en una industria en la que los beneficios llevan tiempo a la baja."