Las sombras de Grey de los famosos

El fenómeno de las 50 sombras de Grey ha puesto el sexo poco convencional más de moda que nunca. A juzgar por el éxito de la película y el consiguiente subidón en ventas de productos eróticos, en temas de sexo la sociedad parece más animada que nunca. La consultora TNS ha realizado un sondeo para estudiar el impacto de esta historia de ficción entre las féminas con el consiguiente resultado de un antes y un después en la vida sexual de las encuestadas. La historia ha calado tanto en las alcobas que ya nada volverá a ser como antes. Adiós a la postura del misionero y a la rutina. Ahora, el 43% de las encuestadas ha reconocido que accedería a ser sumisa y el 32% ya ha sido dominante. Incluso el 29% se ha animado por primera vez a usar juguetes sexuales. Las fantasías eróticas han saltado a la gran pantalla con los azotes y las esposas como protagonistas. Pero la cinta no es ni mucho menos el súmmum de las rarezas. A veces, la realidad supera con creces la ficción. Y como el resto de los mortales, los famosos también tienen mucho que decir en cuanto a prácticas subidas de tono. Tríos, orgías, fetichismo y sexo en lugares públicos se encuentran en los primeros puestos del ranking de sus aficiones no siempre confesables. En temas de placer, las celebrities son como todo el mundo, salvo que cuando se airean sus asuntos íntimos estos dan la vuelta al mundo.

Ser un cargo público conlleva muchas responsabilidades y altas dosis de estrés. Pero en la vida privada de Dominique Strauss-Kahn también hay momentos de recreo donde se emplea a fondo en placeres que la prensa internacional ha terminado aireando. Y aunque el exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional afirma que se exagera cuando se habla de que llevaba una “frenética vida sexual” y asegura que solo participaba en cuatro orgías por año, lo cierto es que esos encuentros sexuales en grupo han tocado su imagen pública. Su escenario preferido era “una habitación grande, con una gran cama, donde él se rodeaba de un montón de mujeres”, según relata una de las participantes que, además, declaró haber cobrado por sus servicios.

Futbolistas de juerga.

Mucho se habla también de las fiestas que se corren los futbolistas, pero estas a veces pueden acabar peor de lo esperado. A Benzema y a Ribery les costó caro participar en una orgía. Los futbolistas franceses fueron juzgados por contratar los servicios sexuales de una joven que resultó ser menor de edad. Y aunque Karim Benzema lo ha negado, Ribery reconoció haber pagado por mantener relaciones sexuales con la joven, de nombre Zahia, aunque aseguró que ignoraba su edad. El futbolista invitó a la prostituta y a una amiga de esta a Múnich y allí ambas participaron en una orgía con el centrocampista y su cuñado. Y no son los únicos personajes públicos entre cuyas prácticas preferidas se encuentra el sexo en grupo. Maureen Callahan relata en su libro Champagne Supernovas la entretenida vida de Kate Moss. Según cuenta la periodista neoyorquina, la modelo era una asidua en los tríos sexuales junto al actor Jude Law y su exmujer, Sadie Frost. Eran los años 90 y la top inglesa vivía una de sus etapas más locas, dominada por las juergas y el desenfreno. Más chocantes son las declaraciones de Jane Fonda aireando su vida privada y mostrando una faceta mucho menos recatada que la que nos tenía acostumbrados. Según confiesa la actriz en su libro de memorias, su primer matrimonio fue toda una aventura de exploración sexual donde tampoco faltaron tríos en la cama e incluso a veces ella misma se lanzó a buscar a otras mujeres.

Pero no solo de tríos está compuesta la vida sexual de los famosos. En asuntos de alcoba, la imaginación es la que manda. Aunque transmite una imagen un tanto sosa y recatada, Soraya Arnelas reconoce que en temas de cama es muy pasional y lo da todo. La cantante se declara asidua a los sex shops y en un arranque de sinceridad ha contado que le da morbo sentirse sometida. A la extriunfita no hay fantasía que se le resista. Durante su etapa como azafata entró en el “club de las mil millas” practicando sexo en las alturas: “Los pilotos y las azafatas lo llaman así. Yo lo hice una vez, con un ex durante un vuelo de Madrid a Brasil”, ha contado.

Azotes y látigos.

Una ola de erotismo nos invade. Los productos eróticos se han convertido en indispensables en muchas relaciones, revolucionando la vida sexual de muchas personas e incluso han provocado más de un disgusto y también más trabajo para los bomberos de Londres, que han visto cómo la cifra de incidentes en los que se utilizan objetos como esposas ha crecido notablemente. Una fan de estos juegos de adultos es la extravagante Rihanna, a quien también le gusta montárselo de cine. La cantante, que no tiene pudor en hablar sobre sus preferencias, ha confesado que le gusta el sexo agresivo y usar látigos y cadenas durante sus relaciones. “Me gusta que me azoten, y que me aten. Me resulta realmente divertido”. Y no solo lo cuenta en una entrevista, sino que también lo canta en uno de sus grandes éxitos para que no quede la menor duda. Eva Longoria tiene claro que para ella no hay nada mejor para llegar al orgasmo que utilizar juguetes eróticos, aunque también le encantan los juegos sexuales compartidos: “Yo no estoy en contra de la idea de que me aten con pañuelos de seda. Me gusta cuando un hombre toma el poder y me imagino que soy como una señorita de compañía”.

Hacer realidad la fantasía de mantener relaciones sexuales en lugares públicos no debió de ser demasiado satisfactorio para Antonio Canales, a tenor de la repercusión que tuvo su acto. Su lado más exhibicionista salió a la luz cuando el bailaor entró en zona de peligro protagonizando una pillada en toda regla, en plena playa catalana y a la vista de todos. Canales fue grabado mientras practicaba sexo oral junto a un amigo y a pleno día encendiendo la mecha de la polémica. El lugar también importa, y mucho. Y aunque algunos lo encontrarán irreverente, el escritor Fernando Sánchez Dragó asegura haber hecho el amor en lugares tan extraños como detrás de un confesionario en la catedral de Sigüenza. Llevar casi 20 años juntos no tiene por qué ser sinónimo de haber perdido la pasión. Sting se lo montó en un bar de Nueva York con su mujer Trudie Styler. La pareja dio rienda a sus instintos más básicos en el baño y el dueño tuvo que llamarles la atención por el espectáculo que estaban montando.

Sexo con desconocidos.

El sexo con desconocidos ocupa su lugar entre las fantasías de algunas personas y Cameron Díaz parece que es una de las que se atreve a ponerlo en práctica. De hecho, la actriz no ha tenido reparos en confesar que uno de sus fetiches es acostarse con desconocidos en el baño de los aviones, afición que se llama dogging y que también practica George Michael, al que ya han detenido dos veces por escándalo al pillarle en un baño público con otro hombre.

La vida sexual de los famosos parece dar para mucho. Nadie duda de que la ropa tiene su protagonismo en temas de alcoba. Y aunque más modosita que otras celebrities, Heidi Klum también reconoce que para salir de la monotonía hay que hacer el esfuerzo de disfrazarse y ponerse manos a la obra con prácticas que se salgan de lo regular.

Y cuando la distancia separa, nada mejor que echar mano de la imaginación. Kylie Minogue y Olivier Martinez sabían mantener la llama encendida en su relación. Cuando estuvieron juntos pasaban tanto tiempo separados que practicaban sexo telefónico y esto daba lugar a encuentros salvajes cuando se reencontraban. Pero para salvajes, los gustos de Angelina Jolie. La actriz ha confesado que le excitan los cuchillos y que haya algo de sangre por medio. Y aunque tras formar una familia se ha moderado un poquito, admite que todavía le encanta disfrutar de su faceta de chica mala y de esto es Brad Pitt el que se beneficia. En el sexo como en la vida hay gustos para todos. Si Quentin Tarantino es un fetichista de los pies, a David Carradine sus prácticas sexuales demasiado arriesgadas le costaron la vida. El actor murió de manera accidental mientras practicaba la asfixia erótica.

A algunos les encanta grabarse mientras mantienen relaciones, y esta práctica un tanto arriesgada ha puesto en apuros a rostros tan conocidos como James Franco, Colin Farrell o Kim Kardashian, que muy a su pesar han visto cómo su intimidad ha acabado siendo vulnerada y aireada en las redes sociales.