La moda del afterbrunch

16 / 01 / 2015 Ana Marcos
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Los sofisticados planes para realizar los domingos por la tarde, habituales en Nueva York, aterrizan en España.

Todavía queda espacio más allá del brunch. Esos domingos de tardes perdidas entre la prensa, el sofá de casa y las películas de serie B tienen ahora una alternativa muy cool: es el afterbrunch, una fórmula que alarga el tiempo del mediodía hasta la puesta del sol con diversiones a gogó.

¿Por qué retirarse a los cuarteles de invierno cuando aún queda tarde por delante? Esto es lo que han pensado los responsables del hotel Majestic (Barcelona), un cinco estrellas gran lujo, completamente reformado recientemente por el prestigioso arquitecto Antonio Obrador. Un proyecto exclusivo que ha convertido este hotel, ya histórico en la ciudad, en uno de los grandes alojamientos europeos.

Un cinco estrellas instalado en la modernidad que no solo está pendiente del imponente marco –mármoles travertinos, espacios únicos...–, sino que va más allá e instituye modos y maneras que ahora son pura tendencia. Desde ese bar del hall, auténtico corazón del hotel prolijo en vinos y tapas, a una azotea con piscina y restaurante, impresionante atalaya para ver toda Barcelona a ojo de pájaro. Allí, siempre que el tiempo lo permita, el afterbrunch los domingos. Inspirado en los lounges del verano, con DJ en directo y una oferta gastronómica basada en ingredientes saludables. La primera parte es el brunch tradicional del Majestic Hotel&Spa –de 12.30 a 16 horas–, un selecto bufé a base de platos creados por el chef Nandu Jubany (una estrella Michelin) que, en su calidad de asesor gastronómico, ha ideado un extenso menú para almorzar tranquilamente con todo tipo de delicias de impactantes presentaciones, expuestas en un bonito espacio de madera con paredes forradas de espejo. Aperitivos fríos y calientes, ensaladas y ahumados, se complementan con una parte de showcooking en la que el equipo de cocina elabora al momento risottos, huevos y exquisitos dumplings. Una experiencia gastronómica con un final de difícil elección frente a su variado bufé de postres. Para acompañar, una barra abierta de champán, gin-tonic y una cuidada bodega de vinos que aportan a la comida un tono aún más elevado. Si el frío arrecia, el lugar de celebración se traslada a un precioso salón del hotel y, para esta temporada, Majestic Hotel&Spa lanza la propuesta Regala un brunch: cheques obsequio para invitar a disfrutar de esta experiencia gastronómica única.

¿Y después? El brunch se reinventa y alarga su tiempo para todos aquellos que deseen proseguir la jornada y digan ¡no! Al sofá de casa. Un ambiente animado con música de la mano del DJ Carlos U-Soul, acompañado de copas o cócteles (también digestivos). Es el afterbrunch... una fiesta en toda regla con un espacio pensado para aquellos que quieran darle al dancing. El brunch y el afterbrunch del Majestic es lo último en la ciudad, pero quien quiera acudir solamente al segundo puede hacerlo de 15 a 21 horas. El cóctel Julep del Rey, a base de sorbete de frambuesa, coñac VSOP y licor Chambord, y creado especialmente para esta ocasión por Alexandre Peyraud –director de bares del hotel– le estará esperando.

Made in Britain.

A Madrid también ha llegado esta tendencia que alegra el espíritu dominical. Al estilo puramente british, Bristol Bar abre ahora sábados y domingos para ofrecer el auténtico brunch&english breakfast tal como se toma en Gran Bretaña, o un auténtico sunday roast lunch son algunas de sus propuestas.

La propuesta Do it yourself (DIY) incluye zumo de naranja, café o té, croissants y los tradicionales muffins, un buen tazón de cereales, tostadas con una selección de mantequillas y mermeladas inglesas, yogur y frutas frescas recién cortadas. Como preparación principal: huevos Benedictine (un básico), huevos Royal (al estilo de Buckingham Palace), revueltos con queso cheddar y curry (una receta original Bristol Bar) o un contundente plato combinado a base de salchichas Cumberland, bacon, huevos, tomates grill, champiñones y las tradicionales baked beans. Todo ello, elaborado con ingredientes 100% british, y acompañado si se desea del imprescindible Bloody Mary. Disponible de 12 a 16 horas (21,50 euros) también se puede optar por el roast lunch, el auténtico y potente almuerzo dominical de los británicos a base de lomo alto de ternera asado acompañado de patatas y verduras asadas, Yorkshire pudin, salsas gravy y horseradish. Su precio es de 18 euros, sin bebidas.

Y después solo hay que dejarse llevar por la música –un DJ pincha de 17 a 21 horas–, el ambiente intimista del local y su potente propuesta de destilados, con más de 100 ginebras y 40 rones británicos, con las copas a 10 euros de precio medio.

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