¿Facebook o Fuckbook?

29 / 04 / 2014 Lucía Martín
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Llegan las redes sociales del sexo, plataformas en las que el placer es bien recibido y que son una respuesta a la prohibición de estos contenidos en otras más castas como Facebook.

Fuckbook, Pinsex, Porntube, Pornstagram... No, no nos hemos equivocado al teclear los nombres. Las anteriores redes sociales existen y son la respuesta a las prohibiciones de subir y compartir contenidos X en Facebook, Pinterest... Negocios que han surgido de una necesidad, al menos de una necesidad de esta sociedad 2.0, porque si a la gente le gusta compartir sus experiencias sexuales en las redes, ¿por qué no crear redes para ello?

Este material hot no tenía cabida en las redes existentes hasta ahora, primero, para garantizar el uso de ellas por parte de menores y también, para no asustar a los anunciantes, pues de todos es sabido que el porno no tiene buena prensa (aunque, como dijo aquel magnate de películas X, es la única industria que nadie dice usar pero que nunca cierra).

“La gente que quiera porno que se compre un teléfono Android”, dijo el difunto Jobs en 2010. La marca de la manzana lo ha tenido siempre muy claro con los contenidos eufemísticamente llamados “para adultos”, que han sido eliminados de su plataforma de apps. Otras, como Twitter, se apresuran a pedir disculpas si algún tipo de contenido pornográfico se cuela, como sucedió con su aplicación de vídeo Vine.

Pero si las plataformas convencionales no desean estos contenidos, otras los reciben con los brazos abiertos. Así, han ido naciendo una miríada de redes para que los usuarios que lo quieran puedan compartir, no la foto del plato que están degustando en determinado restaurante, sino otras viandas más calientes.

Estas redes replican la forma de funcionar de las que imitan: por ejemplo, Fuckbook es una réplica de la red creada por Mark Zuckerberg, Facebook, pero los contenidos que se comparten son únicamente de alto voltaje. Basta adherirse a ella para tener acceso a contenido explícito y entrar en contacto con otros amantes de lo X (la plataforma dice tener siete millones de usuarios). Una de las diferencias con la red de Zuckerberg es que en esta red hot tienes que rellenar muchos campos referidos a los tamaños y a tus gustos sexuales. Sin embargo, en esta plataforma el envío de mensajes privados a otros miembros es de pago, al estilo de páginas como Meetic o Match.

Compartir tus hitos sexuales.

Desde luego, mucho ha llovido desde que el porno se veía a escondidas. Hoy, cualquiera (quédense con esta palabra porque gran parte del contenido pornográfico que pulula por la Red no viene de la mano de profesionales, sino de público amateur) no solo se contenta con visionar este tipo de contenido, sino que lo crea, lo sube a la Red y lo comparte con otras personas con similares gustos. Qué mejor forma, y relativamente anónima además, de conocer a gente a quien le guste el sexo interracial con asiáticas, por ejemplo.

Pinsex es otra de estas plataformas: podríamos decir que es la versión picante de Pinterest. Existe en dos versiones: la heterosexual (que vio la luz hace año y medio) y la dirigida a gais, Pingay, más reciente. “Yo ya tenía experiencia emprendedora, hace años tuve una empresa de servicios añadidos para telefonía móvil”, comenta desde Barcelona su fundador, Christian Thorn. Este sueco experto en marketing lo tuvo claro: “Si Facebook o Pinterest están retirando el contenido para adultos, ahí estamos nosotros para ofrecer al usuario esa posibilidad”, añade. Dice tener entre 200.000 y 300.000 usuarios al día, un 97% de fuera de España. “Nuestro mercado principal es Estados Unidos aunque tenemos unas 10.000 visitas diarias de españoles”. Hay unos 50.000 usuarios registrados. En Pinsex compartes fotografías, videos y animaciones, aunque al igual que otras plataformas X, va destinada a un público masculino: “Un 80% de los usuarios son hombres, y como el contenido está hecho por ellos pues claro, hay más mujeres protagonistas del material que hombres. Nos gustaría tener más contenido para ellas”, dice. Para ver el contenido no tienes por qué crear un perfil, aunque si eres visitante no podrás compartirlo, ni interactuar con otros miembros. Es gratuita para el usuario: “Nos nutrimos de los banners publicitarios y de nuestros afiliados, las productoras porno, que nos proporcionan material”.

¿Principal competidor? “Sex.com, que antes era solo una página de porno y luego han cambiado a red social”. Y, ¿qué pasa si el usuario cuelga material susceptible de ser denunciable o cuyo protagonista no desea que se haga público? “El alguna ocasión hemos bloqueado algún contenido, rara vez, de todas formas en tres horas se pueden estar subiendo 1.500 pins (fotos o similares), en un mes, los usuarios pueden colgar 150.000 pins. No puedes controlar la autoría de todo este material”, afirma.

Si el porno es un filón en las redes sociales, ¡qué decir del universo de apps! Las hay para todos los gustos, y no es de extrañar siendo este un mercado en pleno auge: hay 22 millones de usuarios activos de aplicaciones en nuestro país, donde se descargan la friolera de cuatro millones al día, según datos de The App Date. Respecto al sexo, algunas apps resultan bastante pueriles y otras están más elaboradas, incluso en cuanto a diseño propiamente hablando. Está, por ejemplo, Pornstagram, el lugar idóneo para subir una foto con la piel como único atuendo. Hay otras destinadas a medir la habilidad como amante (Passion o Sexometer), que te cuentan después si te has empeñado a fondo en tus encuentros amatorios o estabas más bien remolón. Love Sparks (de pago y que, a diferencia de otras, sí se encuentra en la Apple Store) es una guía sexual para parejas que proporciona ideas sobre posiciones sexuales, lugares... según avanzas tienes acceso a más posiciones.

Las delicias de los onanistas.

Las hay incluso para encuentros en solitario, que harán las delicias de los onanistas. Nos referimos a Pajímetro, un termómetro fidedigno de la cadencia, sacudidas, fuerza media e incluso, desgaste calórico de la hazaña. El sistema permite además guardar el histórico para que conozcas la evolución. Evidentemente, y al igual que sucede con las aplicaciones destinadas a los runners, hay que acordarse de ponerla en modo on cuando empieces...

Por existir, existe hasta un mercado solo para estos materiales. Y es que si Apple cierra la puerta de su store a estos contenidos, ¿por qué no crear una tienda ad hoc? Es lo que hicieron Jesse Adams y Jennifer McEwen, dos treintañeros de Seattle que crearon MiKandi.com cuyo lema es “la tienda de apps que te trata como a un adulto”. “Ellos se abrieron a estos materiales desde el principio sin ningún tapujo. Recogen las apps que han sido rechazadas por otras tiendas y las ofrecen para sistemas Android. Además están trabajando para que se puedan descargar también en los dispositivos de Apple”, cuenta Milena Fernández, de The App Date.

Gratuitas y de pago.

Este mercado de la carne ofrece tanto apps gratuitas como de pago (la aplicación de MiKandi propiamente dicha es gratuita): una vez se entra en el sistema, el usuario crea una cuenta para ir accediendo al material que le interese. Durante la semana de cierre de este artículo las apps destacadas eran un juego de póquer con modelos interactivas en 3D; Bouncing Boobs, que permite mover los pechos de las chicas si se mueve o sacude el móvil; y MadBitties, una plataforma de vídeos porno.

Por otra parte, están las que no son de sexo propiamente dicho, pero cuyo fin es el ligoteo: Grindr, para encontrar pareja sexual en el mundo gay; Blndr, para heterosexuales o Tinder, que promete que conocerás a la persona más indicada que tengas cerca, y que en menos de dos meses consiguió disponer de más de 35.000 perfiles. Mario, periodista de 30 años, es usuario de Tinder: “No es tanto para ligar sino para conocer gente. Al ser americana los usuarios que encuentras son sobre todo anglosajones, lo que además viene bien para practicar el inglés”, comenta.

Pero, si hay una que merece ser citada y que seguramente servirá de base para que psicólogos y sociólogos analicen nuestro, como poco, curioso uso de las redes, es I Just Made Love (IJMD) en la que se puede comunicar al resto de usuarios cuándo has hecho el amor, estando al tanto también de cuándo lo han hecho otros, de la postura y del sitio. Con esta brújula del sexo se puede saber en qué lugares de España (y del resto del mundo) se está practicando sexo y acceder a los comentarios de los protagonistas. Si es que la experiencia no les dejó exhaustos como para poner uno. Vivir (y descargarse apps en este caso) para ver.

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