Escuelas de supervivencia extrema

Ha sido empresario, ha cruzado el desierto, ha tenido dos hijos, ha corrido el Rally Dakar, se ha arruinado, ha dormido enterrado en estiércol, ha arriesgado su vida para salvar la de otros, ha escuchado el silbido de las balas volando por encima de su cabeza. En Groenlandia logró resistir 14 horas en un entorno helado totalmente empapado, ha perdido su casa por culpa de la crisis económica, ha comido insectos y ha bailado con la muerte en más de una ocasión... es Carlos Vico, un especialista del riesgo que ha creado una escuela en donde aplica a la vida las claves de la supervivencia extrema. En Survival Xtreme enseña autoconocimiento, control de los miedos, uso de la lógica, adaptación al medio y técnicas para encontrar recursos que aplicar a la vida diaria.

Y, ¿quién acude a estas clases tan particulares? “Se apunta gente de todo tipo, desde bomberos y policías a gente que va a buscar setas o que le gusta la naturaleza y quiere defenderse en ese medio”. La cosa funciona porque el negocio ha crecido y ahora aplica también la supervivencia extrema al mundo de la empresa.“He creado también Management Xtreme, donde estamos haciendo experiencias con empresarios en solitario, con grupos de ejecutivos y también con plantillas enteras de trabajadores”. Y le preguntamos: ¿de qué les sirve a unos ejecutivos saber sobrevivir en un bosque? “Sirve para muchas cosas: para que superen miedos, para darles las herramientas para superar el estrés, para temas de liderazgo, de coaching, etcétera. Doy por ejemplo las claves para no entrar en pánico. El pánico no es gente gritando y corriendo, son reacciones ante una amenaza, hechos subconscientes que están en nuestro instinto de supervivencia y enseño a saber manejarlo, cómo hay que parar esa inercia, pensar y actuar”, cuenta este especialista en vivencias extremas.

Reaccionar bajo presión

 Se trata de poner a los alumnos en situaciones reales donde deben aprender, entre otras cosas, a eliminar las dudas a la hora de tomar decisiones, gestionar las propias emociones en situaciones complicadas y actuar bajo presión manteniendo la calma. “Si las herramientas que yo enseño funcionan estando en la nieve con una hipotermia severa, sin comer cuatro días y con el cuerpo extenuado, si en esas situaciones sabes parar el pánico, pensar y sacar a tu cuerpo el máximo partido, imagínate en el asiento de tu oficina, que es mucho mas sencillo”, explica Vico.

Fue a las puertas de la muerte en un glaciar en Groenlandia donde descubrió este método de supervivencia extrema aplicable al día a día que ahora ha plasmado en la publicación de su libro Superviviente. El control del miedo (Now Books).

“Los animales se mueven para encontrar agua, comida y refugio en cualquier medio. En las ciudades tenemos que ser maleables para sobrevivir al caos imperante, un caos que se disfraza de orden pero que, en realidad, está dominado por cientos de individuos que piensan de manera distinta. En las grandes urbes es nuestra capacidad para predecir el comportamiento de los demás lo que marca la diferencia, nuestra capacidad de observación determinará nuestra eficacia a la hora de extraer conclusiones y reaccionar ante las circunstancias cambiantes, y dependiendo de ello así nos irá en la vida”, afirma rotundo.

Su próxima aventura extrema será en Siberia. “Ya tengo patrocinadores, vamos a buscar las condiciones más duras que podamos encontrar allí y hacer una fuga de un gulag que está abandonado. Yo saldré del campo de concentración y doce horas después saldrán tres rusos con perros a intentar darme alcance. Son cuatro días de travesía en un territorio de lobos y de osos. De material solo llevo un cuchillo y una cantimplora, sin tienda ni nada... va a ser curioso”, dice muy convencido.