Cariño: ¿puedes dejar el móvil de una vez?

04 / 11 / 2016 Celia Lorente
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Dos de cada cinco relaciones se rompen por phubbing: dedicar más atención al móvil que a la pareja.

Un restaurante romántico, una mesa a la tenue luz de las velas, un buen vino y una suave música de fondo... pero su pareja, en vez de mirarle a los ojos, no quita la vista del móvil en toda la velada. ¿Le suena? A esta situación cada vez más frecuente se la ha bautizado con el término inglés phubbing, resultado de la fusión de otras dos palabras: phone (teléfono) y snubbing (desairar). Un concepto que viene a describir la situación de hiperdependencia del móvil que tiene mucha gente incluso cuando está en compañía de otras personas o de sus parejas, y que hace que presten más atención a su smartphone que a quien tienen al lado.

Pues esto que tan frecuentemente podemos contemplar en restaurantes y en otras situaciones similares ya es uno de los principales factores de ruptura entre parejas. Una reciente encuesta realizada por la web Sex Place (www.sexplace.es) entre 600 clientes de diferentes ciudades revela que el uso del teléfono móvil ya rompe dos de cada cinco relaciones amorosas. Según los datos recogidos a través de Sex Place, el 46,3% de los encuestados reconocieron haber sido víctimas del phubbing cuando se encontraban con su pareja y un 22,6% aseguró que esto le había traído algún tipo de conflicto en la relación. De la encuesta, además, se pueden extraer otros datos como que el 75% de los que respondieron creen que afecta más a la mujer que al hombre y en un rango de edad entre 30 y 37 años.

Guery Asenova, sexóloga y responsable de la encuesta, explica: “El phubbing hace alusión a la víctima, a quien recibe ese perjuicio. Las redes sociales y los chats son los principales enemigos de estas relaciones, ya que acaparan la atención de los dependientes. Instagram y Snapchat están a la cabeza, seguidos de Facebook y Twitter. Por otro lado, WhatsApp y sus grupos se han convertido en el último enemigo al que se enfrentan las víctimas de phubbing”.

Enganchados

Y es que, como reconocieron algunos de los encuestados, en la Red los usuarios pueden editar sus vidas, sus fotos, sus comentarios y mostrar una cara que no es la real. Por ello les engancha y dedican más tiempo a crear una personalidad ficticia. De lo que no se dan cuenta es de que a la vez están perdiendo o erosionando su propia relación personal. Pero además este conflicto es reconocido sin poner ningún tipo de solución para resolverlo. Está bien aceptado socialmente. Los números asustan: el 90% de los adolescentes reconocen que prefieren el contacto vía texto que cara a cara.

Pero hay esperanza, últimamente ha ido creciendo el movimiento Stop phubbing, una campaña mundial contra el síndrome de vivir pegado al móvil. Su creador, un joven australiano llamado Alex Haigh, busca poner fin a esta práctica: “Imagínese a las parejas del futuro sentadas en silencio. Las relaciones basadas en la actualización de los estados. La habilidad de hablar o comunicarse cara a cara completamente erradicada. Algo debe hacer-
 se, y debe hacerse ahora”, declara con firmeza. Desde su página web (http://
 stopphubbing.com/) quien quiera puede votar contra el phubbing. “No se puede ignorar a la gente de alrededor en pos de una constante interacción con el mundo virtual en el que las personas no pueden estar con alguien sin distraerse y actualizar su estado en Facebook, compartir un comentario en Twitter o subir una foto a Instagram. Pero, al hacer eso, se descuidan las relaciones humanas, a los amigos y a la pareja”.

Haigh explica desde su web que la idea no es crear una guerra contra la tecnología, sino reflexionar sobre la forma en que nos comportamos frente al otro cuando tenemos un móvil. “Es mucho mejor tener una conversación en el mundo real que disfrutar de la fría compañía de un objeto inanimado”, asegura. 

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