Tarde de pintura

20 / 12 / 2017 Nativel Preciado
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Alberto Corazón y Alfredo Alcaín, dos de los grandes, exponen su obra en Madrid. Una visita muy recomendable.

Para quienes pasen estas fiestas en Madrid y les interese el arte contemporáneo, les recomiendo una visita a las galerías Marlborough y Tiempos Modernos, donde exhiben su obra respectivamente Alberto Corazón y Alfredo Alcaín. Son dos de los grandes y han aparecido ambos en más de una ocasión en esta página, a veces, porque son objeto de homenajes o les dan premios o hacen una antológica espectacular, como una de las más recientes e impactantes de Alberto Corazón en el Espacio Telefónica, donde mostraba la memoria visual de España durante el último medio siglo. No es fácil encontrar un pintor, escultor, escritor y, sobre todo, diseñador gráfico e industrial, más completo y creativo. Sus logos, maquetas, cubiertas y objetos domésticos, tan familiares como determinados modelos de teléfonos, sillas o lámparas, son los más populares, aunque pocos saben que detrás de tanta forma evocadora está la firma del este artista madrileño, académico de Bellas Artes y el único diseñador europeo que ha recibido la Medalla de Oro del Institute of Graphic Arts, el premio internacional más importante de la Comunicación Visual.

Ahora nos convoca en la Marlborough con un título enigmático, Despojarse, que trata de recorrer el camino inverso para reencontrarse con el cromatismo prehistórico del negro de los tizones de fuego, el rojo de la sangre de la caza, el blanco de las cenizas y el marrón rojizo que mezcla arcilla y sangre, como los que empleaban los pintores hace 40.000 años. Así lo explica: “De ahí he querido partir, pintar desde el despojamiento, para hacer un camino inverso. Recuperar colores, el dibujo y pintar furiosamente”. Paseando por la exposición, me comenta que ha sido el cambio de casa de las afueras al centro de Madrid lo que le ha llevado a realizar un trabajo sanador, despojarse de lo inútil y partir de lo esencial en su nueva vida y su nueva obra. Del tiempo que ha durado la mudanza y su encierro en un cigarral de Toledo, en un renacer creativo, han salido los cuarenta cuadros de esta exposición que tanto merece la pena. Para completar la tarde, visito la galería Tiempos Modernos y disfruto del Revuelto de ajetes de Alfredo Alcaín, Premio Nacional de Artes Plásticas. Toda comparación entre ambos artistas madrileños sería inapropiada y solo les reúno aquí al dedicarles simultáneamente mi mejor tiempo de ocio. Creo no haberme perdido ninguna exposición de Alcaín desde el principio de su obra, definida por algunos críticos como muy próxima al arte pop americano, pero en castizo y popular. Entonces sus cuadros eran figurativos, de colores naif, con detalles hiperrealistas. Pertenece a aquel tiempo una de sus series míticas: fachadas antiguas de peluquerías, tascas, mercerías, ultramarinos, lecherías... que fueron demolidas sin piedad y que, gracias a Alcaín, permanecen en los museos del mundo. Cuatro décadas después, tras una evolución incesante donde ha utilizado técnicas y soportes que van desde el cartel al collage, la fotografía o incluso los bordados de petit-point, les animo a contemplar los mejores dibujos y pinturas de un artista capaz de mantener un sutil equilibrio entre la tradición y la modernidad. Ojalá los disfruten.

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