Persiste la mala racha

Uno de cada tres europeos cree que es hoy más vulnerable que hace cinco años, según concluye una encuesta realizada por encargo de una compañía de seguros que pretende conocer cuáles son los principales temores de sus potenciales clientes. Los datos estadísticos, cuando son fiables como es el caso, sirven para constatar sensaciones compartidas, aunque imprecisas. Una cosa es lo que se mide con números y otra, como diría el expresidente uruguayo José Mujica, lo que está en la cabeza o en el corazón. Sabemos que Europa está pasando por malos momentos, pero el Observatorio ha preguntado, por cuarto año consecutivo, a 7.000 ciudadanos de Francia, Alemania, Gran Bretaña, España, Italia, Polonia y Suecia, cuáles son sus miedos y acaba de publicar los resultados del sondeo. No en todos los países existen los mismos temores, concretamente, en Italia y España es donde se ve el futuro más negro, porque sigue preocupando el paro y perdura la sensación de que los jóvenes viven peor que sus padres. Los alemanes, sin embargo, piensan que la situación no está empeorando, aunque es probable que hayan cambiado de opinión en los últimos días como consecuencia de la incapacidad para acoger a miles de refugiados sirios que huyen de la guerra. Lo inquietante es que asuntos como la salud o los accidentes de tráfico angustian más a una mayoría de europeos, que los problemas económicos derivados de la crisis. Da que pensar. Siempre es más penoso enfrentarnos a cuestiones eternas como la soledad o el paso del tiempo, la enfermedad, el dolor y la muerte, que a problemas coyunturales como los que hoy vive el mundo por muy terribles que nos parezcan. Basta echar la vista atrás para darnos cuenta de que los seres humanos nunca han tenido circunstancias favorables. Necesitamos poner nuestro sufrimiento en perspectiva para comprobar que no estamos pasando por un periodo de especial desolación.

A propósito de las tribulaciones privadas y públicas que vivimos, recordaba el otro día el filósofo Fernando Savater, en el Congreso del Bienestar celebrado en Córdoba, la reflexión que Borges hace al principio de uno de sus cuentos sobre un antepasado suyo: “Le tocaron, como a todos los hombres, malos tiempos en que vivir”. Poco antes, en el mismo foro, el historiador Theodore Zeldin, miembro de la British Academy y autor de la célebre Historia íntima de la humanidad, relacionaba con especial habilidad grandes momentos históricos con los padecimientos individuales y llegaba a conclusiones similares al decir que el amor, el sexo, la relación con los demás siguen siendo la mayor preocupación de la sociedad actual. ¿Y el mayor miedo? Quizá la soledad y el aburrimiento, como lo ha sido durante milenios. Y es que las malas rachas son muy persistentes.