El coraje de Nuria Espert

27 / 10 / 2016 Nativel Preciado
  • Valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • Tu valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
¡Gracias!

"A lo largo de sus fructíferos 81 años jamás le he escuchado una queja"

Entre todos los galardonados este año con el premio Princesa de Asturias, quisiera hacer mi particular homenaje a Nuria Espert (Hospitalet de Llobregat, 1935), no solo por ser una de las grandes actrices españolas de todos los tiempos o, en palabras del jurado, una de “las personalidades más sobresalientes y prolíficas del panorama interpretativo que ha trascendido todos los géneros escénicos”; también por su insólito ejemplo de precocidad, fortaleza y energía. No oculto mi admiración por esta mujer, hija de actores, que empezó a trabajar en la compañía del teatro Romea a los 12 años, a los 19 triunfó en el papel de Medea, a la misma edad se casó con un hombre inteligente y raro que aceptó quedarse en un segundo plano para ayudar a que Nuria cumpliera sus sueños, a los 20 tuvo a su primera hija y compañía propia y fue abuela a los 40. Su intensa vida familiar no le impidió llevar una vida de artista nómada y estrenar en los mejores teatros del mundo a Shakespeare, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Bertolt Brecht, García Lorca, Albee, Sartre, Genet, Miller... obras clásicas, contemporáneas, vanguardistas, óperas o monólogos que interpretaba o dirigía dándolo todo, incluso más de lo que podía. Y ese esfuerzo permanente, al límite de sus posibilidades, algunas veces le pasó factura, pero fue capaz de superar las malas rachas y mantenerse activa y llena de proyectos hasta el día de hoy. A lo largo de sus fructíferos 81 años jamás le he escuchado una queja o un reproche personal; todo lo contrario, se considera una privilegiada del destino, una mujer afortunada que ha tenido el talento de atrapar la suerte cada vez que pasaba a su lado. Solo tuvo miedo de resquebrajarse cuando murió Armando Moreno, su marido, el amor de su vida, la persona sin la que jamás había dado un paso. Tras entrevistarla varias veces, me impactó especialmente cuando se quedó viuda y la vi llorar desconsoladamente. Todavía se emociona cuando se lo recuerdo y, sin embargo, a fuerza de coraje, también fue capaz de levantarse.

Más allá de su talento artístico, de los premios y demás reconocimientos que ha ido acumulando a lo largo de su insuperable carrera profesional, de su energía vital y su voluntad, lo que llama la atención de esta actriz y directora teatral es la empatía, la cordura y humildad con la que observa cuanto la rodea. Se ha posicionado en momentos de riesgo; lo hizo contra la dictadura franquista y, en su momento, contra la guerra de Irak. Se manifiesta tal como es y toma partido siempre que se requiere su presencia, pero es comprensiva con quienes no comparten sus ideas y piensan de manera diferente. Se agradece que en tiempos convulsos, de especial crispación, alguien tan notable carezca de prejuicios y demuestre que el mundo está lleno de matices y sutilezas.

Grupo Zeta Nexica