El difícil camino que busca el PSOE este domingo

19 / 05 / 2017 José Oneto
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Los militantes socialistas elegirán el domingo un secretario general para un partido recién salido de una guerra civil que puede repetirse.

Este domingo 21 de mayo se celebran las primarias del PSOE para escoger a un secretario general, tras casi siete meses de campaña y después de la guerra civil que estalló el pasado 1 de octubre en un Comité Federal que, según muchos, puede volver a repetirse dado el grado de enconamiento entre las distintas facciones del partido, y en el que dimitió Pedro Sánchez al perder la confianza de la mayoría del Comité Federal.

Dirigido por una gestora, han sido siete meses de peleas, enfrentamientos y descalificaciones que le han hecho al PSOE un daño irreparable. Un daño que va a ser muy difícil coser como pretende Díaz, según se ha podido comprobar en el único debate entre los tres candidatos (Pedro Sánchez, Susana Díaz y Patxi López), celebrado el pasado día 15 en la sede del partido en Madrid, en la misma sala donde, siete meses antes, sanchistas y susanistas protagonizaron uno de los espectáculos más vergonzosos de la historia reciente del PSOE.

Un espectáculo que estuvo a punto de repetirse dada la agresividad con la que se desarrolló el debate, especialmente por parte de Díaz y Sánchez, que intentaron desmontar las tesis que han venido defendiendo. Para Díaz, la abstención para que saliese elegido Mariano Rajoy fue producto de esos 85 diputados sacados por Sánchez, el peor resultado de la reciente historia del PSOE. Para Sánchez, todo lo ocurrido sería fruto de una gran conspiración contra él, al que nunca aceptaron como secretario general. Entre acusaciones mutuas, el debate no sirvió ni para cerrar heridas, ni para coser rotos, ni para iniciar un nuevo camino. Es decir que estamos como estábamos.

Según la mayoría de los analistas el vencedor del debate ha sido Sánchez, aunque el verdadero ganador, aun de rebote, haya sido el tercero en discordia, Patxi López, el más sensato y conciliador de los tres. A pesar de todo se ignora qué efecto puede tener el debate en la militancia. Esa militancia que tiene que votar el domingo 21 de mayo después de ocho meses en los que han pasado muchas cosas, entre ellas, la constatación de que Sánchez, que muchos analistas daban por muerto políticamente, ni está muerto ni está dispuesto a tirar la toalla.

Su gran habilidad ha sido construir un relato que ha calado en la militancia, a la que ha colocado en el centro del debate para esa recuperación del espacio de izquierdas en la que ha insistido hasta la saciedad. De cara al debate y consciente de sus puntos débiles, ha ido rectificando parte del programa con el que se presenta a las primarias, refugiándose en las aportaciones de más de 90.000 militantes que han ido incorporando matizaciones y nuevas ideas.

Dos meses después de someter al debate de simpatizantes y afiliados su programa, Hacia una nueva socialdemocracia, el exlíder socialista se ha visto obligado a rectificar en un asunto clave, la relación con Podemos. “La gente –admite su equipo– no acepta bien la idea del acercamiento al partido de Pablo Iglesias”. Un acercamiento suicida, porque el único objetivo de Podemos es fagocitar al PSOE.

El texto que presentó Sánchez el pasado febrero en un acto multitudinario en el Círculo de Bellas Artes de Madrid abogaba por poner en marcha una “alianza de progreso” con “todas las fuerzas” que coincidan con el PSOE en la necesidad de desarrollar una “democracia avanzada en lo político y en lo económico”. Una alianza para hacer frente al “capitalismo neoliberal” del PP. Ahora, ese párrafo ha desaparecido por completo de la reformulada oferta, que ha sido corregida y aumentada.

Los detractores del exsecretario general lo acusan de asumir que el PSOE nunca más superará en votos al PP, de dejarse tentar por la manzana envenenada de Iglesias y de estar dispuesto a desnaturalizar el PSOE en el intento de gobernar. La rectificación prueba que el reproche, y los pronósticos de los grandes bancos, que han criticado cualquier pacto entre socialistas y Podemos, ha hecho mella en las filas sanchistas.

“Nuestro objetivo es que el PSOE vuelva a ser la primera fuerza política, pues estamos convencidos de que solo el liderazgo político del PSOE –dice ahora el programa– puede situar a los españoles en la senda de la justicia social, la estabilidad y la prosperidad”. La candidatura de Sánchez aún habla de buscar una alianza para cambiar el modelo económico y social “neoliberal”, pero ya no con otras fuerzas políticas (salvo en el ámbito europeo). Apela, en su lugar, a “las organizaciones de los trabajadores” y “los sectores de la sociedad que impulsan políticas de progreso”.

Otro aspecto que también producía un notable rechazo, el concepto de nación, también ha sido matizado en la nueva propuesta sobre el modelo territorial. La novedad radica en lo que no está en el papel. Lo que ahora sostienen sus redactores es que “no queremos reformar el artículo 2” sino simplemente avanzar en el “reconocimiento de la nación de naciones desde el punto de vista cultural”, no jurídico, ni político. Para los redactores del documento, basado en las propuestas de la militancia y más de 400 expertos, no hay ninguna rectificación, ni ninguna contradicción, pese a que señalan compatible el reconocimiento de Cataluña como nación y el de España como “única nación soberana”.

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