Cataluña: se inicia la cuenta atrás para el choque de trenes

11 / 09 / 2015 José Oneto
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Las elecciones catalanas del27-S, cuya campaña comienza este viernes, constituyen el mayor desafío contra la unidad territorial de España desde la aprobación de la constitución de 1978

Este viernes 11 de septiembre, día nacional de Cataluña, en el que se celebra la Diada, comienza, oficialmente, la campaña de las elecciones autonómicas catalanas, unos comicios decisivos para esa comunidad autónoma y para el resto de España. Unas elecciones que traspasan el ámbito de Cataluña y que los nacionalistas pretenden convertir no solo en plebiscitarias y soberanistas, sino también en una consulta que sirva para declarar la independencia de Cataluña, su separación de España y su integración en la UE como un Estado más de la Unión. Es decir, este viernes comienza la cuenta atrás para un auténtico choque de trenes.

Ante la imposibilidad de celebrar un referéndum que no tiene cabida en la Constitución española (a menos que se celebre en todo el territorio nacional, en tanto es el pueblo español el que ostenta la titularidad de la soberanía nacional), los independentistas, empujados por el representante del Estado español en Cataluña, el presidente de la Generalitat Artur Mas y Gavarró, han decidido montar una candidatura unitaria en la que hay de todo, desde ecocomunistas hasta republicanos de izquierdas que nada tienen que ver con el partido que gobierna en la Generalitat, pasando por todo tipo de asociaciones civiles, la mayoría de ellas subvencionadas por el Gobierno catalán, en una especie de cinturón protector de los dos políticos (Artur Mas y Oriol Junqueras) que, en el futuro, pretenden disputarse la presidencia de la República catalana.

Una República catalana integrada en la Unión Europea, un viejo sueño imposible de hacerse realidad, según se ha encargado de recordar, y de recordárselo a Mas, la canciller Angela Merkel, a petición del presidente del Gobierno español en el encuentro que han mantenido en el castillo de Meseberg, en el norte de Alemania, y en la propia Cancillería de Berlín. Según la mujer que lleva la iniciativa de todo en Europa (de la economía, de la política y, ahora, de la migración y de los refugiados), hay que respetar la integridad territorial de los países según la legislación de cada uno, así como de los tratados internacionales. Lo que viene a decir que no es posible esa independencia a la carta por la que lucha la plataforma Juntos por el Sí, dentro de la cual ya se han manifestado notables diferencias, especialmente por los casos de corrupción que han salido a relucir dentro de Convergència, cuyas 16 sedes se encuentran embargadas y por los nuevos casos de comisiones o mordidas a cambio de obras en ayuntamientos gobernados por Convergència, registrados estos últimos días por la Guardia Civil a instancias de la Fiscalía Anticorrupción.

Pero es que no solo ha sido Merkel la que ha establecido las reglas del juego sobre el futuro de Cataluña. Es también el primer ministro británico, David Cameron, que convocó el referéndum de Escocia y ganó la batalla de la unidad territorial del Reino Unido, que señaló a Mas la puerta por la que tendría que salir de la UE si Cataluña hace esa declaración unilateral de independencia. Partiendo de la base de que, según Cameron, “cualquiera que sea la situación a la que nos enfrentamos es muy importante que los países, los gobernantes, los primeros ministros... tienen que respetar el imperio de la ley y actuar conforme al imperio de la ley”. Y en este caso Cataluña tendría que salir de la UE y luego ponerse a la cola para aspirar a su reingreso.

Las elecciones soberanistas catalanas constituyen el mayor desafío contra la integridad territorial que se produce en España desde la aprobación de la Constitución en 1978, una especie de “golpe de Estado a cámara lenta” según definición realizada en estas mismas páginas de Tiempo por el socialista Alfonso Guerra, vicepresidente del Gobierno con Felipe González y uno de los redactores de la Carta Magna. Un desafío al Estado y a la Constitución sobre el que tendrá que pronunciarse el Tribunal Constitucional (TC), al que se le quiere dotar de capacidad sancionadora, según la proposición de ley que, por vía de urgencia, ha presentado en el Parlamento el PP con la oposición de los demás partidos, que la consideran una medida electoralista que solo servirá para aumentar el victimismo en el que son consumados maestros los nacionalistas. La reforma, dirigida contra quienes no respeten las sentencias o resoluciones del TC, tiene como objetivo directo al presidente de la Generalitat.

Solo ha hecho falta el anuncio de la reforma del TC para que Mas comience a rectificar y le confiese a Carlos Alsina en el programa de Onda Cero Más de uno que “no habrá declaración de independencia, sino un inicio de proceso y diálogo” ofreciendo, además, “una negociación con el Estado español” con ganas de “llegar a acuerdos”. “Vamos a iniciar un proceso negociador. Lo intentaremos de buen rollo”. Un rollo que no ha sido bueno desde que Rajoy se negó a concederle el llamado “pacto fiscal”, tras lo cual inició ese peligroso camino hacia la independencia que, en cierto modo, termina el domingo 27. Y termina, también, para el propio Mas, que ha anunciado su retirada de la política si pierde, aunque seguirá en caso de que su candidatura Juntos por el Sí, sea la más votada. Eso parece lo más probable, a la luz de las dos últimas encuestas publicadas por El Periódico de Catalunya y El Mundo, que arrojan una mayoría absoluta de parlamentarios entre Juntos por el Sí y la CUP.

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