“A por la República Independiente de tu Casa”

“Bienvenido a la República Independiente de tu Casa”. Aunque con una frase no tan redonda, y con matizaciones, este fue el espíritu y, en algunos momentos, el eslogan con los que transcurrió la Diada, el pasado viernes 11 de septiembre en Barcelona y con la que se celebraba no solo el día nacional de Cataluña, sino el inicio de la campaña para las elecciones autonómicas del domingo 27 de septiembre. Unas elecciones con las que los nacionalistas pretenden ganar y hacer realidad la República Independiente de su Casa, la independencia de Cataluña de la casa de todos (España), su escisión del territorio nacional y su utópica incorporación a una Europa que ya ha dicho que es un proyecto imposible porque se rompe la legalidad nacional de uno de los países (Tratado de Lisboa), argumento discutido por quienes piensan que no pueden echar de Europa a 7,5 millones de catalanes.

Viendo el desarrollo del masivo acto de la Via Meridiana por TV3, en un ejercicio de sectarismo realmente insólito, este cronista no pudo evitar recordar la última campaña publicitaria que lanzó la empresa sueca Ikea en 2006, coincidiendo con el 75 aniversario de la proclamación de la República en España, basada en un eslogan que parecía redactado por cualquier profesional de Ómnium Cultural o de la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC): “Bienvenido a la República Independiente de tu Casa”, decían los suecos de Ikea.

Durante meses, y aun hoy, de cuando en cuando, spots de televisión, cuñas de radio, carteles y una página web crearon expectación y curiosidad ante ese “Bienvenido a la República Independiente de tu Casa”, que respondía a los resultados del estudio que realizaron sobre cómo son los españoles en su casa y, cuáles son las demandas y necesidades en su ámbito más íntimo. Las conclusiones venían a ser que “el hogar y la familia son los dos aspectos de la vida más importantes”. Además, según el estudio, la gente considera que en su casa encuentra su mayor espacio de libertad y comodidad: “Nuestra casa es el lugar en el que somos más auténticos”, el “refugio” y “territorio” donde “se recargan fuerzas”, se comparte, se tiene poder de decisión, libertad e independencia. El anuncio publicitario fue elaborado por la agencia catalana SCPF (Segarra, Cuesta, Puig, Fernández de Castro), la misma que, a instancias de Jorge Moragas, el jefe de gabinete de Mariano Rajoy y nuevo jefe de campaña electoral, ha empezado a trabajar para el PP.

Ignoro si algunos de los que forman SCPF han aconsejado introducir esas ideas de territorio, refugio, libertad e independencia en esos esloganes que animaron la Diada catalana y que van a influir en las elecciones del 27 de septiembre, en las que Artur Mas y Oriol Junqueras, números cuatro y cinco de la candidatura Junts pel Sí, pretenden declarar de forma unilateral, solo por un escaso número de escaños, no de votos, la República Catalana de sus Casas. Una república tan idílica que según los manifestantes que salieron a la calle será una república sin corrupción, cuando han sido los nacionalistas de Pujol y Mas los que han venido gobernando Cataluña durante los últimos treinta años, montando un auténtico sistema mafioso de cobro de comisiones a cambio de concesiones de obras públicas.

Tal como se esperaba de la Diada del 11 de septiembre, se ha apoderado de ella la plataforma Junts pel Sí, en la que los que aspiran a presidir la República Independiente de su Casa, Artur Mas y Oriol Junqueras, van en los puestos cuarto y quinto, arropados por representantes de la llamada sociedad civil, que representan dos de las principales asociaciones que viven de los presupuestos de la Generalitat: la Asamblea Nacional de Cataluña y Ómnium Cultural. No solo se apoderaron del día nacional de Cataluña, sino del espíritu de lo que debería haber sido un día de todos los catalanes. Sin embargo, lo convirtieron en el día de la celebración de una independencia que ya dan por conquistada y que el día 27 será refrendada en las urnas.

Las encuestas dan el triunfo a los independentistas por un escaso margen (la última, la del CIS, parece excesivamente cocinada para restar votos a la plataforma). En todos los sondeos, incluida el del CIS, la suma de Junts pel Sí y la CUP da la mayoría absoluta de 68 o más diputados, y algunos, incluso, llegan hasta los 73. Ciudadanos aparece en todas las encuestas como la segunda fuerza política del Parlamento catalán. Es decir que detrás de Junts pel Sí, se situaría la formación de Albert Rivera, que sería la segunda fuerza política del Parlament al hacerse con 19-20 diputados. A partir de aquí la cosa está muy discutida, porque Catalunya Sí que es Pot se situaría inmediatamente después con 18-19 diputados y le seguiría el Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) con 16-17. Los resultados del PP catalán le sitúan en un margen de 12-13 parlamentarios cuando algunas encuestas internas del partido le daban cinco o seis antes del cambio de candidato. Como en otros sondeos, el del CIS deja fuera del Parlament a Unió, el partido de Josep Antoni Duran i Lleida, divorciado ya de Convergència.

La realidad es que desde la Diada los independentistas siguen celebrando la victoria antes de producirse, convencidos de que esta vez sí, que esta vez, en momentos de confusión y falta de unidad, todo es posible... Es lo que creen: que están a punto de declarar la República Independiente.