Políticos con la bandera gay

Isabel y Mario tienen un romance que sorprende, indigna o conmueve. Suponen buen aliño a un verano excesivamente cálido, mientras tal romance anima y despierta preparando maletas con destino Ibiza, Marbella, alguna que otra costa o incluso a Palma, donde está confirmada la presencia de los Reyes en Marivent, que irán del 3 al 9 para luego escapar dos semanas rumbo a paradero desconocido.

 

Letizia detesta aquella tierra tan húmeda, siempre perseguida por docenas de cámaras con objetivos permanentemente indiscretos. No lo esconde. Lo dejó claro desde sus primeras vacaciones isleñas donde añoró las tranquilas y menos aplastadoras brisas de Ribadesella. Es fiel a sus raíces. Y si el desenlace del escándalo carcelario en Alcalá de Guadaira defrauda porque huele a pasteleo, siempre quedan el Nobel y la Preysler para llevarse el cotilleo a la arena. Mario y ella componen lo nunca visto. El escritor ofrece aspecto desmejorado, decayó en su galanura, anda ojeroso y más adelgazado. Parece quinceañero suspirando y su ánimo resulta aleccionador incluso para los más críticos o entusiastas del mejor novelista hispano que existe. Han tenido que reeditar deprisa La tía Julia y el escribidor ante la demanda de quienes ansían leer cómo fue su primera ruptura matrimonial, motivada por la siempre elegante y hasta ahora estoica prima Patricia. Ahora sufre lo que causó. La historia siempre se repite.

Rompen esquemas. “Imagínate lo que debe de ser para alguien tan ordenado como Mario tras 50 años con la misma, levantarte y tener que preguntar ¿dónde están los calcetines?”. Tiran con bala, molestos ante un romance o capricho que rompe esquemas y actitudes sociales. Impresionan sus manos entrelazadas, la despreocupación en prodigarse cariño dando una visión hasta ahora inédita en una pareja introvertida poco dada a exteriorizar semejantes emociones, ante la reprobación o el aplauso, que de todo hay: “Mami siempre se enamora del talento”, me asegura Tamara Falcó al coincidir en la pasarela de Mango en Barcelona.

No faltó un Artur Mas temeroso ante las últimas encuestas independentistas que rebajan el número de seguidores del 27-S. Siempre está respaldado por la igualmente combativa y siempre entregada Helena Rakosnik y su devoto conseller Puig, que hizo debutar a su esposa Isabel.

“No sé si este verano iremos a Menorca, si es que vamos”, me contó la consorte presidencial ante un refuerzo vistoso como el del exalcalde Xavier Trías, fiel a su cita bianual donde incompareció la alcaldesa Ada Colau. Manuela Carmena sí acudió a una audiencia zarzuelera con Felipe VI sin descolgar del hombro un bolsón de rafia propio de ir al mercado. Impresionó su descuido con el monarca, a quien tal afrenta no afectó. Está preparado para la que se avecina tras eliminar el cabezazo y reverencia hasta ahora obligado respeto a sus majestades.

Tras ese cambio, y aunque a la prensa se le exige indispensable chaqueta y corbata, los demás pueden saludarlos revestidos de propuestas informales de todo tipo: desde el inmovilismo lencero de Toton Comella al colorista Custo Barcelona, que tuvo un amargo contrapunto a sus propuestas: mientras lanzó lo nuevo, la última colección de hace meses era liquidada a 29 euros vestido.

Moda otoño-invierno. Buen contraste al alarde Mango, donde el heredero Jonathan Andic reemplaza a su padre, la cuarta fortuna de España. Así recibía ante el histórico Estadio Olímpico, en su enorme fachada proyectaban luminoso con la marca sobre una jaima ultramoderna donde el exquisito Nando Jubany –el mejor catering de una ciudad con enormes chefs, desde losRoca hasta el Adrià viviendo de rentas– ofreció un cóctel-cena uniendo cocina intemporal pero modernísima. Ante Diego Osorio, repasé las anchas caderas enfundadas en jean de Vicky Martín Berrocal. Eran realzadas por cinturón de hebilla Hermés, volumen que la convierte en enorme modelo ideal de Violeta, la firma de Mango para “mujeres grandes”. Iba con su hijaAlba, ya muy parecida en calidez a su padre Manuel Díaz, el Cordobés mientras la ya cincuentona Elsa Anka, magnífica aún, lo hacía emparejada a su alto hijo Miguel. Alejandra Pratseguía contando eufórica el éxito de la boda valenciana de su hermana y Rosa Mairal, la eterna pareja oficial de Jaime de Marichalar, contó que pospuso su enlace de septiembre con el joyero Esteban Rabat: “Se retrasó la apertura de la nueva tienda en Paseo de Gracia, vecina a La Pedrera. Y todo se nos vino encima. Abrimos el 7 de septiembre y en octubre será la fiesta oficial”, concretó observando pasmada el deterioro físico y profesional de Jon Kortajarena. Hasta ahora sobresalía en terna única con modelos internacionalizados como Oriol Elcacho yAndrés Velencoso, al que relanzó su apaño con la sexy Úrsula Corberó. Deprimió ver pasar a Kortajarena sin privilegio alguno, como uno más del pelotón, qué diferencia del tiempo en que llevaba sus cosas el representante Chayas. Aunque el vasco tan demacrado se hace ver en el último vídeo de Madonna, que años atrás ya usó al torero Emilio Muñoz como pareja en otro vídeo filmado en Ronda que hizo época.

Manifestación a 40 grados. No faltaron Pablo Iglesias, Alberto Garzón, Pedro Sánchez, encabezando la marcha, Ángel Gabilondo, Carmona, Cardona y Begoña Villacís, en la manifestación, a 40 grados, del Día del orgullo gay. Desfilaron tras la bandera “de la igualdad”. Para estos días el Ayuntamiento de Madrid desplegaba bandera multicolor de arriba abajo en su enorme fachada, Cristina Cifuentes hizo lo propio sobre la Puerta del Sol ondeando la bandera arcoíris en el balcón de la presidencia comunitaria además de entregar los premios de Transexualia. Fue colectiva, como concertada, desmedida y apoyadora “salida del armario”. Pedro Sánchez no oyó más piropos en su vida. Acabó sonrojado aunque no le cueste.

Ocurre con Tamara que siempre habla del “tío Miguel” o el “tío Julio”. A Mario aún no lo considera tal. Les falta convivencia y proximidad. Es apelativo que evidencia cariño, domesticidad y hábito. Tiempo al tiempo, aunque van lanzados. Es cauta y prudente con lo “último” de su mami: “La veo feliz, ilusionada y encantada. Mario me parece muy atractivo. Ana y yo hemos visto sufrir a mami durante cuatro años cuidando al tío Miguel al que cada día echo más de menos. Era muy divertido y culto. Él me empujó a conocer los libros de Vargas Llosa. Me recomendóLa fiesta del chivo, La tía Julia y el escribidor y La ciudad y los perros. Mami merece reenamorarse. No lo censuramos. Al contrario, la animamos. Yo conocí a Mario porque era muy amigo de ellos. En Marbella salían a cenar juntos cuando mami y tito Miguel veraneaban allí”.

Yo recuerdo el verano de 1991, cuando Julio cantaba en la plaza de toros como hoy tristemente lo hace por casinos. Lo visitaron sus hijos y posó con ellos en el camerino solo para Paris Match. Hubo plante fotográfico, cuando lo vieron salir pusieron las cámaras en la arena. Una bronca de las de aquí te espero, silbidos como en gafada tarde torera y, al verme mezclado con los compas, Julio, muy alterado se desahogó conmigo llamándome “hijo de...”. Fui noticia extra de la noche y al día siguiente se ocuparon de mí más que del recital. Nunca le agradeceré bastante aquella promoción, lo mismo sentí hacia Cela cuando en parecido escenario me dio en la boca una piña que lo transformó por primera y única vez en portada de ¡Hola!.

Y si pasarela única hubo en Barcelona, no quedó atrás la cita en el Museo Thyssen con su exposición de fotografías de Vogue, con Tita encabezando vips. Muy llamativo su conjunto rosa con dos tigres estampándole body y falda. Igual sobresalió en gasas Raquel Sánchez-Silva, que no es lo dulce que parece y espera gemelos en semanas. Reapareció sin ropa de alivio en azul cielo escotadísimo, Carmen Lomana. Es una trepadora que sigue en rifirrafe con su hermano Rafa. Karmen Kass impactó rubísima como también lo hicieron Teresa Bacas; Biandra Siruela; Dafne Fernández, con agobiante cuello y manga larga; y Nieves Álvarez, que acaba de confirmar la ruptura de su matrimonio. María León anunció boda con el marqués de Murrieta –que no se le suba a la cabeza– tras fracasar su pareja con el pintor que fue yerno de la singular Pitita Ridruejo, un señorío de los que ya no quedan, muy amiga de los Kennedy. Ella se recupera y Marbella hierve esperando que Vargas Llosa cumpla acompañado de Isabel el ritual de internarse en la Büchinger. Ahora necesita más que nunca el ponerse a punto de caramelo. Quedamos a la espera.