Los hijos de Isabel exaltan a Vargas Llosa

21 / 07 / 2015 Jesús Mariñas
  • Valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • Tu valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
¡Gracias!

Los hijos de Isabel Preysler consideran al escritor peruano un hombre encantador y muy culto, y están encantados con la nueva relación sentimental de su madre con el premio Nobel de Literatura.

Ni una discordancia casera, qué familia  más ejemplar. En ellos deberían mirarse los Mohedano Jurado, una copla en carne viva. Andan otra vez en gresca. Es un no parar alimentado por la falta de parné, aumentada tras ser despedidos Rosa y Amador de los programas en que colaboraban. Eso motivó el divorcio de la pareja que parecía irrompible. Eran puro desmadre, ahora incrementado por las amañadas memorias de quien fue protegido y mimado hermanísimo de Rocío. Sacan lo peor y Amador recurre a contar que “era el comodín de mi hermana y le servía de chófer”. Cierto, porque tras desbancar como mánager a Paco Gordillo, fue subido al máximo cargo en la troupe de la Chipionera. Hermoso gesto de la cantante protegiendo los ligues fraternos y de paso ayudando el futuro de Rosa, que se casó embarazada de siete meses, desliz que Rosa reconoció en sus desahogos. Ahora están descalabrados, van de mal en peor y se están cargando el mito Jurado. Que tomen ejemplo de los variadísimos hermanos Iglesias-Falcó-Boyer, producto de los sucesivos y variopintos matrimonios de mami Preysler, que con el affaire Vargas Llosa ha sido rebautizada internacionalmente como la Perla filipina, mientras la prensa peruana arremete contra el Nobel, al que no perdona sus ínfulas presidenciales.

Si Tamarita y Ana Boyer, supuestamente las más afectadas por esta relación, dan su aprobación y dicen que el escritor es un hombre culto y encantador, faltaba el siempre dicharachero y cálido Julio José en dar su opinión. Lo hizo aprovechando –y nosotros aprovechándolo– ser contratado como bien pagado espectador de un desfile de Massimo Dutti para El Corte Inglés. No evitó preguntas ni respuestas. Se ganó el sueldo aunque sorprendió que no prestase atención a la pasarela de veraniegas propuestas con cremas, marfiles, azul cielo y hasta esmóquines a cuadros que parecían batas. Un descubrimiento del que pasó Julio José –“el José me molesta”, reconoció–, enfrascado con su mánager Susana Uribarri, menos clara en su relación con Darek que Nieves Álvarez en un comunicado anunciando la víspera de salir el cuore su ruptura matrimonial tras diez años unida al fotógrafo italiano Marco Severini.

Nieves Álvarez se separa. Tienen tres hijos. Previsora y recaudadora, antes de anunciarlo había vendido exclusiva a la revista habitual. El desconsuelo alterador de su inexpresividad no la privó del obligado trinque. Mientras, crecen las especulaciones sobre su pasión por un torero muy agraciado al que seguía-perseguía de plaza en plaza sobre barreras tuteladas por Nuria González, Nati Abascal y Cary Lapique. Sospechan que su marido perdió la cabeza por una bloguera con iniciales M.T.

Julio José, o Julio Jr., como anuncia el paquete concertista de padre e hijo donde el niño canta solo la primera parte –a la vejez viruelas, papá necesita apoyo joven– ya ha hecho tres actuaciones. “Las reanudaremos en septiembre”, me dijo y aproveché para preguntarle: “Imagino que vuestras conversaciones se centrarán en el caso Preysler-Vargas Llosa”. “Para nada. Mi padre y yo solo hablamos de fútbol y de mujeres”. “Y tu madre, su ex, es mujer excepcional de eterno impacto. Genio y figura infatigables en el amor”, le repliqué.

“Yo me enteré del asunto estando de gira. La llamé y lo confirmó. Creo que mi padre –que se recupera de su operación de vértebras que lo tenía doblado– ni se había enterado. Conocí a Mario horas después de llegar a Madrid. Estaba con mami y en solo dos minutos me pareció cordial y simpático. Yo no lo he leído”.

“Sabrás que tus hermanas hablan maravillas de cómo es el Nobel. Y de que Gonzalo Vargas asegura que ‘la relación de mi padre nace de una infidelidad”, continué. “Ni idea. Sé lo de Tamara y Ana porque me lo comentaron. Todos estamos encantados al ver a mami feliz. La veo muy enamorada. Lo pasó muy mal con el tío Miguel. Fueron cuatro años cuidándolo y pasándolo fatal. Se ganó esta compensación”, confesó al lado de Marco Vricella, exmarido de Sonia Ferrer “con la que me hablo solo por nuestra hija” y Leonor –su pareja hace diez meses– “se nos unirá en semanas”. Marcha a Italia de vacaciones con su hija. Pasarán quince días en Umbria, al lado de la Toscana, “y en Roma con mis padres”. En septiembre fallarán el recurso de la televisiva reclamadora de más manutención.

Próxima boda. Norma Duval vacacionará en Hamburgo preparando su boda, por fin, con Matthias, aunque aún “faltan algunos papeles”. “¿Será este verano?”, inquirí. “Ya lo veréis”, dijo casi afirmativa. Irradia felicidad y buenos propósitos realzados por traje de un rojo llamativo. Contrastó con el negro con su hijo menor, Cristian, ya veinteañero. “Merezco ser feliz tras lo que pasé”, su enlace con José Frade la apartó de los medios. Casi la recluyó. “Mejor olvidarlo”, suspiró ante Bimba Bosé, que tenía en brazos a su inquieta niña. Las repasó Joaquín Prats bajo cuadriculada chaqueta estival. Irradiaba satisfacción porque en solo días presentando la mañana de Tele-5 ya supera en audiencia a Susanna Griso. Bibiana Fernández destacó como siempre bajo combinación rayada de rojos y negros animados con pulseras de plástico multicolor. Reparó que a Cecilia Gómez se le remarcaban pezones bajo ceñido jersey y sigue bailando las rancheras de Chavela Vargas: “En Madrid prorrogamos dos semanas y reaparecemos en otoño. Ahora marcho a Rumania después de vacaciones gaditanas con mi familia”, mientras la rubísima y radiante Anne Igartiburu lo hará a Nueva York donde Pablo –su novio– dirige ópera en el Met. Cristina Castaño, la pelirroja a veces sexy de La que se avecina, despistó entrando separada de su novio, quizá porque él iba de bermudas inapropiadas para la hora en el renovado NH Eurobuilding, nuevo templo de la gastronomía nacional con Paco Roncero y Diverxo. Tienen el “completo” para varios meses y en sus apartamentos se aloja Vargas Llosa.

Cada día está más ojeroso, porque debe de ser fuerte tanto circular con Isabel o consciente de que Marbella, que Isabel no pisa desde sus primeros años con Boyer, los espera como gran atracción antes de encerrarse en la rehabilitadora Buchinguer, desde hace años imprescindible para el novelista. Serán dignos del Starlite de Antonio Banderas y Sandra García con gran noche el 9 de agosto. Es lo que sostiene en primer plano el verano costasoleño con programa nada que ver con la época Gil y Gil. La nostalgia no es un error y apenas dormir con las galas del cáncer, la Triple A de Sandra Gamazo, la de la Cruz Roja, las fiestas en la Taberna del Casino que llevaba Lola Flores con el bailarín Antonio bebido cada noche, las citas toreras y la competencia en morenez de Mary Ángeles Gil y Maite Zaldívar. De aquellos polvos estos lodos, qué no sabrá Preysler, con el superministro que por ella rompió con esposa y Felipe González. Vivían en La luna, su última residencia de alquiler. ¿Qué tendrá o les dará para entusiasmarlos tanto? Y resucitan la historia del imaginado carrete oriental, provocador de una excitación increíble. Es una leyenda glamurosa creciendo con el remate del Nobel. Ella es muy de casarse pero dudan que el escribidor dé ese paso con 80 años. La conocen poco, comentaban en la calurosa fiesta-reparto que cerró temporada reconociendo la dedicación animal de Patricia Rato, Arancha del Sol, Alejandra de Rojas –que parece a punto casamentero después del fiasco con Luis Medina–, Nuria González y el beatífico padre Ángel, que se anticipó al “brazos abiertos” del papa Francisco. No se separaba de Ana Obregón, revestida en amarillo “porque me da suerte”. Acaba película gallega donde por primera vez hace de mala. Fue madrina de los 5.000 programas de Anne Igartiburu.

Corazón de celebración. Derrocharon corazón igual que ansias renovadoras Teria Yabar, con tejanos de lentejuelas anticipo de la colección 2016; Candela Serrat, convertida en gran actriz; Concha Velasco, como empequeñecida y sobria; Patricia Rato, contando que tiene a su pequeña Alejandra trabajando en Sudáfrica y al chico en Austria. Caritina Goyanes controló que no se derritiera una mesa de quesos. “Es lo que me han pedido y por esos calores sugerí una con embutidos. Estarán derretidos”, suponía bajo su traje mexicano, bien distinta era la chaqueta con pingüinos de su madre. Alejandra de Rojas sobre altísimos tacones rió a los que la felicitaban por su próxima boda. “Eso es un infundio que alguien se ha inventado”, aclaró ante Marta Solana que lucía favorecedor pelo a lo paje y Paula Prendes junto a Gloria Camila, cuyas palabras sobre su hermana Rociíto provocan cisma. Iba con su tía y custodia Mari Carmen Ortega. Porque no todos, repetimos, son como los apiñados hijos de Isabel Preysler unidos en “lo que tú digas, mami”. Existen otros cismas familiares y ellos están en la cresta de esa ola.

Grupo Zeta Nexica