Los Alba, los Ostos y los Thyssen aumentan sus enfrentamientos

Un despelote, la disgregación como santo y seña. Familias supuestamente ejemplares andan a la greña; tras la de Tita Thyssen humillando a Borja y Blanca , los Alba se enzarzan o ensañan con el pretendiente, para algunos tan sólo un trepa. Quienes así juzgan desconocen cómo lo necesita y reclama la duquesa tan yaciente, alicaída y físicamente tronchada. Sus suspiros van al mar que es el morir, ya lo testificó el poeta. Es la suya una relación más digna de Bécquer que de ser glosada por el Machado nacido en Dueñas “donde madura el limonero” y crecen los antagonismos ante la próxima, nuevamente pospuesta, operación de la más titulada. Urge que le coloquen una válvula cerebral para que recupere el equilibrio, al menos físico. La intervención está al caer después de que el doctor Paco Trujillo la postergó porque ella tomaba anticoagulantes, peligraba así la vida de tan constante y acérrima amante que, en el lecho del dolor, el arqueado patio ya huele a azahar, reclamó la presencia de Alfonso Díez Carabantes . Es la mejor pócima animadora, ninguna pastilla la calma -ni el relajante Orfidal del que le dan media pastilla tranquilizadora o el conflictivo Adido, causa del retraso operador-; con ver al enamorado ya casi sesentón que se deshace en llanto contando su peripecia amatoria. Semejan un Romeo y Julieta de la tercera edad. Y también porque en todas partes cuecen habas o polemizan sobre sus intenciones, se duele al ver convertida su entrega en algo incómodo para la descendencia y una sociedad bastante incrédula acerca de sus sentimientos, y abnegación o intenciones. Me cuentan que el funcionario, que cobra menos de 2.000 euros mensuales en la Seguridad Social, expresa llanto y compunción al describir la molesta relación que le mantiene en creciente entredicho. De ahí que en su entorno, ya no sé si también contorno, lo hayan rebautizado como la Llorona, ten amigos para esto. Porque pese a su dedicación a la duquesa, Alfonso mantiene sus viejas amistades, alguna realmente íntima. O tal cuenta, comentan o presuponen los anabolenas de turno conocedoras de cómo se las cantó al callado duque de Aliaga reprochándole su incredulidad, postura desconfiada y reticencia casi compartida por los tres hijos excepción hecha de Cayetano y Eugenia, componedores de uno de los dos clanes. La Ratona, apelativo familiar de la Montoro, no pernoctó bajo el techo materno prefiriendo la despreocupación campestre de La Pizana, con razón Cayetana habla de despego. Herederos luchando en dos frentes, algo equiparable a la ruptura de tregua habida entre los Ostos . Tal los personajes televisivos de Herederos -donde Concha Velasco muestra doble decadencia-, una serie que parece calcada de la que viven Consuelo Alcalá y sus hijos Jaime, María Gabriela -a la que su padre siempre llama Graciela como si estuviera a la muerte- y Manuela. Madre e hijo fumaron la pipa de la paz, al menos aparente, en un ¿Dónde estás, corazón? prólogo navideño. Mostraron un arrepentimiento circunstancial al reencontrarse: hubo llantos maternos, envaramiento del vástago muy castigado y escarmentado, propósito de enmienda y deseos de un futuro conjunto. Simple apariencia: a la semana larga de tal reconciliación se montó la de Dios es Cristo en La Tenienta, finca propiciadora del litigio familiar, una herencia supuestamente mal administrada por Consuelo como usufructuaria cuando pasó su vida aumentando semejante patrimonio rústico ahora en vías de recalificación.

Rencillas familiares

El 17 de diciembre, tras la cena, se disponían a ver la tele y acabaron en los juzgados con acusaciones recíprocas entre ella, su único varón y la hija nacida del segundo matrimonio, María Manuela. Consuelo siempre lleva la voz cantante para arremeter contra Jaime Jr. en defensa de su pequeña a la que sigue llamando “mi niña”. “De madrugada escuché gritos, Jaime vino a buscarme, fuimos a la cocina, me descompuse, vomité y v cómo mi hijo empujó a su hermana Manuela echándola sobre una mesa de mármol. En ningún momento observé que Manuela agrediera o insultara a Jaime”, aseguró ante el juzgado número 3 de Utrera a la que pertenece su hacienda. Y, por si ya fuera poco partidismo, concluyó: “Que mi hijo tiene un temperamento violento, secuela de malos tratos presenciados entre sus padres”. Añadió que Manuela no consume drogas como declara Jaime “e incluso se ha hecho un análisis que resultó negativo”. Incurre en contradicción con Jaime afirmando: “Me lanzó una piedra y estiró del pelo, agarrándome del cuello y causándome heridas en un brazo”. Algo confirmado por Carmen Vacarisas , amiga del grupo que suele pernoctar en la finca además de ser buena amiga del demandado. Ella aseguró: “Hace un mes vi fumar porros a Manuela y ella personalmente me contó que había probado todo tipo de drogas”. Ostos hijo mantiene: “Sólo buscan quitarme de en medio para quedárselo todo. Creyeron que yo venía para los días navideños, una visita fugaz, y al comprobar mi intención de residir aquí en vez de hacerlo en Estados Unidos -su amigo americano resultó encantador a su madre, deseosa en apariencias de armonía recobrada, una ilusión fugaz–, cambiaron su postura para que me sintiera extraño y hasta incómodo en mi propia casa”. A pesar de la truculencia de su declaración, a María Manuela le denegaron la orden de alejamiento para su hermano, “ya que en ningún momento se constata ningún dato o circunstancia que permita inferir una situación de riesgo para la víctima”, en este caso, supuesta. No apreciaron situación objetiva de riesgo para esa Manuela presuntamente aporreada por un Jaime fuera de sí, de creer alguna declaración apreciándose –siguen afirmando las diligencias urgentes nº 143/08– “que lo que subyace es un conflicto familiar y el incidente del 17 de diciembre es un hecho aislado sin riesgo para la víctima”.

Funeral

Familias, estirpes y dinastías en el retortero, nada que ver con lo del pobre Martín Berrocal de voz abroncadora. Descansa en paz y su funeral madrileño concentró los afectos de su hija Vicky : desde su ex Muñoz- Escassi a Israel Bayón , auténtico paño de lágrimas en ocasiones desechado, a entrañables de toda la vida como Capi, el siempre aprovechado Boris Izaguirre , que se cree la reencarnación de Beau Brummell y sueña con emular al refinado y nada estridente duque de Feria. Lo que en Rafael Medina es natural o genético resulta estridente en el venezolano siempre arrimándose para “salir en la foto”, algo impensable en los apenados y apoyadores Lucio -ya sin secuelas del susto-, Victoriano Valencia o Arturo Bertrand , gentes de ayer con Mariola Orellana, María José Suárez -que vuelve a verse con su ex Feliciano López, sólo les queda y pervive la pasión carnal, débiles somos y a ello se agarran- y Ariadne Artiles , evitando encontronazo con Fonsi, quizá ignorando que la rumana con que se emparejaba no es su nuevo ligue sino Lavinia, la desde hace cinco meses novia rumana de Rosauro Vauro . Es otro incondicional de la Berrocal que en Mira quién baila despliega rebosantes hechuras de jacona.

Condolencias

Con Victoria, su madre, aceptó condolencias de Terelu Campos, ya defenestrada del concurso donde anticipan que los desplantes de Ortega Cano como posible ganador, premio que añadir a los 50.000 euros mensuales que le dan por esas intervenciones cada vez más folclóricas. Nadie entendió qué pintaba Eugenia Silva , reafincada en Madrid por su estabilizado amor con Francisco de Borbón, con más planta y marcha que posibles. Un galán incomparable con el colombiano Santo Domingo que le duró años permitiéndole alternar con los Mónaco porque Andrés es novio de Tatiana , la que pudo ser cuñada. De eso sabe un montón Mischa Barton reconvertida en mujer anuncio tal Fabiola Martínez: “Bertín y yo no nos planteamos tener más hijos, ni siquiera buscando la niña. Bertín ya tiene tres y dice que ha cumplido”. Su hijo Kike marcha viento en popa: “Juega mucho con su hermano Carlos”. Ella publicita unas pastillas adelgazantes igual que otros vips significados remarcaron su apoyo a una campaña contra el cáncer de mama. No falló la luminosidad a veces ósea de Marta Sánchez , esa nueva voz grande de la copla que es Diana Navarro, la enigmática Antonia San Juan con marido tan puesto como Mónica Estarreado o una Elena Furiase colocadísima y feliz: “Porque ya hice mi primer posado con Nati Abascal. Es fantástica y te enseña una enormidad”, exaltó la hija de Lolita ante una descentrada Paloma Lago , la juventud con grandes apellidos de Lidia San José o el juvenil sexy de la escaladora Dafne Fernández . Son otra gran familia aparentemente tan bien avenida como las protagonistas de nuestra crónica grande