La novia de Ortega Cano rechaza hacer publicidad

22 / 03 / 2013 13:16 Tiempo
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Ana María Aldón y el torero de Cartagena dejan pasar una oferta de 20.000 euros para dar a conocer a su primogénito.

Van a darnos semana de doble pasión. O acaso de triple, no está el patio para alardes ni el personal entendería lo que sonaría a provocación, descaro o salida de madre: aunque para sacarle jugo a su reciente maternidad AnaMaríaAldón recibió una oferta de 20.000 euros para unirse a la retahíla de oportunistas exhibiendo alguna circunstancia familiar, porque lo de menos es el exceso de peso.

Así lo hicieron MarinaDanko tras separarse; JessicaBueno después de tener un niño de Paquirrín; CarmenMartínez-Bordiú exhibiendo aumento corporal –eufemística manera de llamarle gorda–; CarmenBazán, lanzada a los platós una vez abandonada por Humberto y antes de dar ternura en ¡Sálvame!;CarolinaCerezuela con el tenístico tirón de CarlosMoyá; Lolita en plan recaudadora de urgencia; o VickyMartínezBerrocal exhibiendo rotundidad cárnica justificadora de poder prestar su imagen al adelgazante régimen diurético. La dieta de la alcachofa fue lanzada años ha por RocíoCarrasco, poniendo así la primera piedra trincadora cuando era una cría sobrada en carnes, evidencia de una pésima alimentación que posteriormente fue corregida por un régimen racional impuesto por la barcelonesa doctora Folch –esposa del estético Vila-Rovira, que operó el primer cambio de nariz de BelénEsteban, algo irreparable– que le otorgó la línea actual siempre mantenida.

La frutera andaluza pudo sentirse en su ambiente pese a ser todavía ajena a esto del famoseo, el marco parecía una prolongación de su quiosco profesional abundante en aguacates de Mojácar –AlfredoAmestoy mantiene en esa zona varias plantaciones– y no le resultaría ajeno con su maternidad reciente propiciadora del primer hijo del torero ahora ajusticiado. Van a por él y los de Castilblanco exigen sentencia dura y ejemplarizante, considerando que son muchos los cargos demostrados, evidenciadas la negligencia y alegría del matador que tanto hizo reír en aquel “estamos mu a gustito” lanzado como guinda transformada en chiste en la boda serrana de Rocío y AntonioDavid. Fue un remate luego convertido en estigma hoy utilizado en su contra.

Insistieron con la recién parida, hasta ahora mantenedora de una prudente, inteligente o acaso necesaria reserva por poca experiencia o por si es verdad lo que circula sobre ella. Son rumores a los que OrtegaCano hace oídos sordos, bien escarmentado de especulaciones degradantes. Ama lo que ve, a la que tiene cerca y que logró lo que, siendo “la más grande”, Rocío no consiguió proporcionarle: hacerlo padre, como no fuera de GloriaCamila y JoséFernando, esos colombianos prohijados causantes de tanta inquietud. Un quebradero de cabeza siempre intermitente, renovado y sugeridor de más que descalificaciones. Qué van a contarle a SaraMontiel cuando Zeus, su adoptado alicantino, intentó cobrarle, como ha hecho José Fernando, la herencia paterna de PepeTous, que cuando murió de cáncer en Palma ya no era el eficaz empresario periodístico y teatral  presto al derroche y a tutelar a un MiquelBarceló que empezaba. Lo protegió desde Primera hora, que era más que un título.

Museo problemático.

El cartagenero estudió la oferta, le vio más peligros que pros porque coincidiría con su juicio, consultó con ella, ya su futura esposa y señora de la casa, optando por lo mejor: dejarlo para más adelante, no fuese a comprometerlo más soltando la lengua inadvertidamente. Evitan tal riesgo dejando que el morbo se concentre en si RosaBenito, su cuñá, hace las paces con Amador, que vende su distanciamiento chipionero “pa controlá” el Museo Rocío Jurado, que parece la obra de nunca acabar y cuyo montaje lleva meses paralizado por falta de apoyo de la Junta andaluza y ganas del Ayuntamiento, cuyo alcalde mete la cabeza bajo el ala y calla aunque le pregunten –yo lo he hecho y hace meses que espero respuesta– para no soltar lo que realmente piensa. Puede convertirse en algo más gordo y explosivo que un potencial atractivo turístico y más de uno se vería implicado, otro pleito probable en esta España con juicios de sesión continua. Mejor que el descanso pascual se distraiga en cosas como esta o creyendo que es nuevo montaje –¡y ya van once!– que Belén Esteban vuelve a verse con su ex Fran, un marido de ida y vuelta en el mejor estilo jardeliano.

Darían para más de una comedia como ese añorador ¿A quién le importa?, que evoca a Carlos y JorgeBerlanga, desaparecidos hijos del inolvidable director que goyescamente y en claroscuros retrató nuestro paisanaje como hoy no lo consigue Almodóvar. Público variopinto adicto a la madre MaríaJesús, siempre dulce incluso con accesorios atigrados bajo despiertos ojos a los que nada escapa: ni la distinción intemporal bajo chaneles de la princesa TessadeBaviera ni el abrigo cachemir de MarcosdeQuinto, con su Coca-Cola España patrocinando el evento, exgalán de TeresaViejo y gran protector de las artes, una herencia de su padre, JoséMaría, un gran director que importó a TennesseeWilliams.

Recuperar la confianza.

Tiene exquisitas maneras y aire de galán italiano tipo Vallone o Giannini, que en tiempos mejores enamoraron profesionalmente a la incombustible Sara Montiel con mucho ingenio y figura a punto de 85. Refugiaba fríos bajo visón largo color chartreuse –“que estreno esta noche”–. Camina mal y vacilante: “Hace doce años que no veo el suelo ni puedo leer a causa de una afección en la mácula, a primeros de abril FernándezVega vuelve a operarme en Oviedo, a ver qué pasa”, descubría a un JimmyGiménez-Arnau que en semanas se casará con Sandra tras creo que dos matrimonios fallidos. Es menuda, revoltosa, tierna, vivaracha, sagaz, lista como un ratón y a mi entrañable Jimmy le devolvió confianza en el ser humano, algo que necesitaba. Lo reconoció TonoSanchís, mánager inventor de una Belén Esteban siempre manipulando la cuerda floja de su credibilidad en la que nadie confía: retoma relativo protagonismo –en televisión está momificada cual inexpresiva esfinge en revistas, que ya la evitan, y anda jugando con su vuelta con el dócil Fran o su renuncia al ¡Sálvame! al que chantajea en un ay permanente.

PaolaDominguín charloteó con el siempre descamisado RafaelAmargo, que no pierde la sonrisa seductora y contrastó con la larga falda pantalón de FrancisMontesinos, mientras ChenchoArias exhibió aire de gentleman de otro tiempo –quizá el exhumado en este musical tan joven, dinámico y racial retratando y añorando la movida– bajo gabardina clara lamentando el retraso de su esposa “porque viene de clases de claqué”. Chencho, muy desaprovechado políticamente, añora los EEUU y no entiende la España actual, observaron la eterna MaríaJoséAlfonso y EmmaOzores, desafiando en el teatro creado por su padre el castigador 21% que vacía plateas y cines.

NuriaGonzález lució tipazo rejuveneciendo el clasicismo fondo de armario de Cary y la panda. Su hermana Yolanda rió al ser preguntada por su duradera relación con CarlosHerrera. “Lo veré en Semana Santa y Feria”, lanzó como pista orientadora de cómo están. Sabe que tiene que darle aire, algo imposible con MarilóMontero, demasiado dura, mientras CeciliaSarasola, bajo combinado lila, retomó típica sonrisa caribeña con su hijo Gigi, ya desemparejado y sin embargo feliz.

AntoniaSanJuan exhibía armonía y deseos de retomar en abril su protagonismo en La que se avecina. Ya sin el trío de viejas, las inefables EmmaPenella, MarivíBilbao y GemmaCuervo, la serie se resiente y la canaria aporta un sentido desmadrado muy efectivo emulando, o así, a GloriaSwanson.

Bautizo tecnológico.

NatiAbascal zanjó el caso de los 30.000 euros desaparecidos tras indemnizarla por pillarla desnuda y airearlas –hablo de sus poderosas razones, siempre sobresalientes– periodísticamente. MarisaJara rompió su matrimonio, celebrado en septiembre, con un gitano más joven y postinero de perfil lorquiano, tal AntonioVargas, aunque se llame ManuelVittorio.

Distinto resultó el bautizo del nuevo teléfono Sony Xperia Z, que hasta puede mojarse y salir indemne, con spot donde JoséMariManzanares debuta como voz en off. En abril vuelve a ser padre. Le pondrán Julieta. “Calcularon que tardaríamos cuatro horas en grabarlo, pero acabamos en hora y media”. Es rápido, directo y equilibrado como ante el toro, exaltaron cerca de MaríaJoséSuárez, encuerada por Arzuaga, LorenzoCastillo y el estético Monereo, ante una NievesÁlvarez de encaje negro sobre zapatos rojos que intentó presentar semejante lanzamiento. Pero Dios, que le dio estilo y finura, no la hizo comunicadora verbal.

No pasa de buena facha, comentaron ante una EvaHache todo lo contrario, aún felicitada por cómo estuvo de valiente, desafiadora y atrevida en los Goya, mientras HelenLindes contaba que ha hecho en TVE “un cursillo con tal fin”. EstefaníaLuyk se desfasó con traje largo de mucho escote y Bibiana lamentaba que el bolso bordado en sobresalientes corales le había “destrozado el traje rojo de GB Valli, que encima es mío y no prestado”.

Aire informal o casi desaliñado en un engordado FonsiNieto y MiguelAbellán, nuevo comentarista taurino de Canal+. Sustituye a Antoñete y se estrena en Sevilla sin saber cuándo toreará. Lástima de matador, suspiraron ante VíctorUllateJr. que iba con juvenil ballet a cuestas para coreografiar momentos Sony como la llegada a la Luna, la caída del muro berlinés o el colorista festival de primavera de India.

Todo muy diferente a los repetitivos premios en el teatro de la disco Kapital, donde –pasmo general– BorisIzaguirre no logró sentarse ni cenar aun siendo galardonado, PititaRidruejo –acompañada de marido, hijas y el yerno KokeCalleja, implicado con los malayos porque fue concejal de GilyGil– fue tomada por actriz (quizá lo sea siempre en las alturas), ÁngelNieto supo encajar el desmadre organizador como BeatrizdeOrleans –a quien ya se lo dieron el año pasado, repetía–, mientras AgustínBravo anunció a una PaulaVázquez en receñidos verdes de Verino que, marcha a Miami “porque aquí no hay trabajo”.

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