La Briatore superó a Irina

05 / 07 / 2016 Jesús Mariñas
  • Valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • Tu valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
¡Gracias!

La gélida belleza de la rusa Irina Shayk, ex de Cristiano Ronaldo, contrastó con el alegre y deslumbrante saber estar de Elisabetta Briatore, esposa del magnate del automovilismo, Flavio Briatore, en el 150 aniversario de Larios.

Sobresalió Elizabetta, Irina mostró fría belleza y la Obregón parodió sus veranos. Resultó ser un inesperado duelo, una desacostumbrada confrontación, ocasión única de comparar y quedarse con la mejor. Ocurrió en tarde non stop, la agenda rebosaba convocatorias: iban desde un homenaje callejero a la paródica exhibición playera, pero capitalina, de Ana Obregón que ya no está para mostrar carnaza descolgada. Años aquellos en que su bikini playero en la mallorquina costa de los pinos suponía cartelón y anuncio de que el verano había llegado. Exhibía recauchutados siempre bajo mínimos bikinis de Gianni Versace, cuando la firma italiana hizo estrellas a sus modelos. Aupó a Claudia Schiffer redondita como un melocotón, Noemi, Linda Evangelista, Nadja Auderman, Carla Bruni no estaba entre las tops. En pasarela siempre fue segundona, aunque al ser presidenta le arreglaron su historia. Esa adulteración la vive y mima ahora Nieves Alvárez a quien uniéndolos al torero y Manzanares montan rollo con Feliciano López, ya chico ansiado más allá del tenis. Genera polémica sobre sus modos para saltar de esposa a la trepadora Alba Carrillo. No consiguió retener a Fonsi Nieto, aún dándole un hijo, y repite fracaso con el campeón que, por este revival, enfrenta a dos de sus ex destacadas: Alejandra Prat, que al recordarlo toca madera :“Fueron cinco meses que me parecieron cinco años”, me cuenta tras nueve años matrimoniada y felicísima en Barcelona con señor más apuesto que el deportista. Se lo rifan como otras a Feli. No dejan de colocarle sucesora de Albas: van desde Eugenita Alba a Yolanda González, la trepidante hermana de Nuria, que pasó años sin futuro con Carlos Herrera y me recordó la crispación barcelonesa de Julia Otero en parecida situación cuando compartíamos Radio Miramar.

El Starlite en México

Herrera sustituía en Protagonistas a Luis del Olmo y tanto fue el mimetismo que oyéndolos llegaban a confundir sus voces. “¿Habla Luis o lo está reemplazando Carlos?”, preguntaban confusos. Resolvió mudarse a Madrid cuando Julia lo presionó con boda y no estaba por esas. Al final casaría con Mariló Montero. Famosas sus discusiones públicas. Por estar a sus espaldas, recuerdo especialmente el marbellero festival Starlite haciendo cola para la noche que se inauguró... lo que ya es reclamo estival de Marbella. Un éxito de Sandra GarcíaSanjuán ahora tutelada por Carlos Slim, de ahí que hace tres meses hayan montado otro en México también apadrinado por Antonio Banderas. Hace dos agostos Slim quedó deslumbrado al ser premiado. Y no precisamente por como casi lo acosó o cortejó la baronesa Thyssen, sentada a su lado y también galardonada, igual que Mia Farrow aún vestida como para La semilla del diablo. Mariló apuntaba maneras, carácter y algo que luego se hizo chiste en repetidas paridas televisivas. Parece que ahora no cuaja su proyecto para dejar la Primera y unirse al grupo Bertín Osborne que personalmente es su antítesis, tal Alex Prat y la sevillana Suárez, que ahora triunfa como diseñadora, “hasta quedarme sin vacaciones tras unos días en el portugués Comporta. Voy con la familia”. Aquello es lo que antaño Portofino, Sitges, Capri, Ibiza o  el St. Tropez potenciado por BB. Creó  estilo, un momento y una melena rubia nada que ver con la reteñida de Marilyn. La conocí haciendo camping junto a “La Madrague” en que octogenaria aún reside, pláge des Salins. Brigitte logró que lo  cerrasen agobiada por el diario ojeo de 24 horas (yo ni dormía por si la pillaba).

Irrepetible reunión de copleras

Pasé siete veranos que me desasnaron. Los mejores de mi vida, qué trajín por las arenas de la Pampelone fiel al viex port, el Biblos, el concurrido Sénéquier o el enorme yate Arabella de Von Karajan siempre atracado en la mejor esquina. Así bautizó el maestro también a su hija con la que pasé rocíos en casa de Loli Reina de García Otero, el ginecólogo de los milagros. Allí convivíamos desde Cayetana Alba y Rocío Jurado compartiendo algo más que literas con Pedro Carrasco y José Antonio Revuelta (abajo uno, encima el sevillano). Es cuñado de Rafael Peralta, hermano de la hermosa Mamen,
decían que supuesto amorío de la chipionera a punto de romper matrimonio. En la Expo-92 llegaría Carlos Fernández de Castro, ayudante de dirección de Gerardo Vera en Azabache, con novia en el reparto. Un día, ante sus arrumacos, tiró el micrófono y furiosa dejó el escenario. Irrepetible reunión de copleras. Merecería un cuadro como los de La Chunga. Renace tras dos años malita. Color, genio y raza en pinturas naíf muy picassianas admiradas por Pedro Díez, hermano mayor del Alfonso, huérfano de la duquesa, o Roberto Verino. Chunga bailoteó con brazos únicos.

La rociera casa tenía ángel con Encarna Sánchez liándola con la Pantoja y el señorío de Juanita Reina intentando –sin éxito, claro– arreglar el desmadre. Una romería única como “mi St. Tropez” entonces aún no descubierto por Fernández Tapias, Tita Muñoz y Alfonso Cortina que solo lo paseaban. Asiduo era José Luis de Vilallonga, gran personaje con Sylianne. El grupo elige sin crisis la decadente Montecarlo. Comporta aún es oasis bellísimo del Algarve, junto al Atlántico, donde el madrileñismo empieza a notarse. A precio que puede abaratarlo como ocurrió con los citados y hoy atestados paraísos veraniegos.

A Feliciano “todo Madrid lo comenta”, como en latiguillo habitual, diría maese Luis María Anson, aplicable al libro que Jaime Peñafiel dedica a La Preysler, amante de sus maridos. Título con suspense. Presupone horror o terror. Respeta el mito como otros dicen que Feliciano se casó forzado. No lo veo tan manejable, sobre todo después de lo que me cuenta nostálgica María José Suárez. Durante cinco años fue su entregada pareja. Mantuvo y retiene. “Ella sigue colada por Feli”, me aseguran sus íntimas con la firmeza conque Nieves Álvarez vende vía TVE, que fue musa de un Saint Laurent cuando siempre iba en el batallón de las innominadas y así se la vio entre las 300 que desfilaron al despedirse el sucesor de Dior. El sí catapultó a Stella Tenatt ahora resurgida en pasarelas algo imposible con Brandy por sus adicciones. Era menudita pero  exuberante y cálida, ingenua con 17 años, sexapil y encanto caribeños. Aún no se había desbaratado como la irreconocible cara de Donatella, experta en remiendos de boca como la de Marujita Díaz o Estela Reynolds.

De “ordeno y mando”

Ya digo, un no saber para dónde tirar. Conociendo a Irina y su gelidez rusa, a veces hasta desagradable, como si aún aguantase lo que fuese –que aún no se sabe– con Cristiano Ronaldo. Tras emocionarme los besos de Helen Lindes a Rudy, ganador con el Real Madrid de baloncesto, evoqué aquella mesa de Irina y Cristiano en su primera salida y cómo no la dejaba hablar en el gesto más autoritario que cariñoso de Carlos Lozano con Miriam Saavedra. Tiene redaños pero actúa modosita. Ve la isla como “una prisión” que compartió con Yurena (ex Tamara): “Me aseguró que en España es tan famosa como Madonna”, y los de la Peña IV Poder nos caímos de la sillas de Casa Lucio en que nos sentamos dándole al invitado. La peruana lucía pechuga abierta hasta el penúltimo botón y sorprendió lo mismo paladeando abundantemente el vino blanco, “fresco entra muy bien”, que ¡pidiendo una bandeja de jamón después del postre! Lo nunca visto. Entendí los protectores reparos del presentador renacido a mejor vida tras ser ganador virtual de GH, donde creyeron que premiando a Laura y enfrentando a su family tendrían incansable show Matamoros. No resultó así. Carlos es consciente. Pasmó la imperiosidad de su entrañable novio, constante en el “cállate, que de eso no sabes”. 57 años contra 22 bien pateados. Ojo con el futuro, nadie los imagina compartiéndolo. Esa triste impresión sacamos los doce comensales. De la espléndida Irina solo repasé su nada ajustador conjunto malva por ver si creció el presunto embarazo que semanas atrás intuimos en Barcelona. Mantuvo distancias para la cita del Ginger Ale Schweppes, hizo lo estipulado, sin pasarse, como contratada por horas para el 150 aniversario Larios; actuó volcada Elizabetta Briattore. Gustó a Leonor Watling ahora teatralizada, la incansable Imma Cuesta, Fernando Adina, Antonio Carmona y su hijo recién casado y la sensual Adrina Torrebejano que lanzó besos, insinuó pose de flamenca, pidió que la llamásemos “guapa” y no “bella” y habló hasta de su hijo de 6 años. Se cortó al interesarnos por las cantarinas estéticas de su marido:

“Pregúntenselo a él”, se tensó y acortó la charla, y dejó de ser el torbellino que nos había deslumbrado más que Irina bajo un largo traje rojo de raja sobre la izquierda.

Tema intocable para el multimillonario. Carlos Lozano y Ronaldo no son únicos en “ordeno y mando”. Choca. 

Grupo Zeta Nexica