Ya está bien de fotos

10 / 08 / 2017 Irene Portero
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Los Reyes con sus hijas en Palma

Me cuentan los viejos del lugar que hace muchos años, cuando la Familia Real llegaba a Mallorca de vacaciones, había una ceremonia muy bonita que se llamaba posado (mira, como lo que hace mi poscuñado Pablo en el Congreso: Posemos) y a la que iban enjambres enteros de fotógrafos. Los Reyes, sus hijos y a veces sus amigos (los Windsor, por ejemplo) se sentaban un rato en la escalinata de la entrada, sonreían y los fotógrafos empezaban a graznar: “¡Eh, eh! ¡Aquí, aquí! ¡Pofavó, pofavó! ¡Majestá, majestá!”. Y luego se iban todos a sus casas y se publicaban las fotos y ya está, hasta el año siguiente. A don Felipe estos shows no le apasionan: piensa que la jefatura del Estado está para trabajar y no para hacerse fotos ceremoniales, y así este año los cuatro de la familia han cumplido con la tradición, con más protagonismo para la Princesa de Asturias y para la infanta Sofía. Todo muy correcto y bastante sobrio. Ahí los ven.

Mucho podrían aprender de eso otros que parece que usan las fotos como los vampiros la sangre: si les faltan, se ponen malísimos. Carmen Lomana se pasea por Marbella hasta que algún paparachi la descubre y le da su dosis de atención. Sara Carbonero lleva a los niños al fútbol y sabe que la están fotografiando (los niños no y además les da igual). Otros sí son sorprendidos por la cámara: en Ibiza, Simeone (que va con su mujer y su hija) mira al fotógrafo con la sonrisa con que un halcón mira a un pollo, y luego está lo que podríamos llamar “la venganza de Lasteban”: eso que ven delante de Jesulín de Ubrique en una playa de Málaga es, sí, la Campanario. Esa foto ha tardado quince años pero ha llegado.

Morenas y no

El Teatro Real sigue haciendo virguerías para pagar las nóminas, y una de ellas es el Universal Music Festival. Me aseguran que el tal Luis Fonsi ha cantado allí el Despasito y no se ha caído la lámpara del techo sobre los filisteos. De momento, el fotocol ha servido para averiguar quién ha ido a la playa y quién todavía no. Lara Álvarez ha ido a la playa veinte horas diarias y ha tomado el sol sin la parte de arriba del biquini (fíjense bien); no me atrevería a decir lo mismo de Sonia Ferrer ni de Adriana Abenia pero... Joaquín Cortés puede que no haya ido a la playa: tiene ese color de fábrica. Marta Sánchez tiene cara de venir de comisaría, de denunciar a su modisto. Ana Torroja tiene el síndrome de mi tía Toñi, que es muy moderna para su edad; Elena Furiase y Alba Flores, sin embargo, sí han ido a la playa y saben bien que el moreno destaca más con el negro que con el blanco. Y a José Mercé le da todo lo mismo: hay que pillarlo en la calle, él va a disfrutar. Lo mismo que yo, que me voy a la playa ahora mismo. A ver si logro que me hagan fotos, jolín.

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Sara Carbonero con su hijo

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Carla Pereyra con su hija y Diego Pablo Simeone

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María José Campanario con Jesulín

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Carmen Lomana

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José Mercé

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Ana Torroja

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Sonia Ferrer

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Lara Álvarez

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Marta Sánchez

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Alba Flores con Elena Furiase

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Joaquín Cortés

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Adriana Abenia

FOTOS: Gtres/Cordon

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