Bodas y bautizos

Por fin ha triunfado ante las cámaras mi prima preferida, Irene, que ha estado en esa cosa que han montado en el Congreso ella y su Pablo para salir un rato largo por la tele, y yo me lo he perdido porque andaba de boda. Y qué boda, oigan. Víctor Valdés, líder del sector guapos subsector mimosín del Barça, se ha casado con su chica de siempre, Yolanda Cardona, con la que tiene tres beibis. Se han casado por amor y donde se casan los pobres (lo decía aquella canción que cantaba mi abuela sobre Alfonso XII), o sea en Santa María Reina de Pedralbes, y mi Valdés ha tenido los balones de invitar a quien le ha dado la gana. Y a quien no, pues no. Yo eché de menos a Luis Enrique, la verdad, que en el equipo es del sector tirando-a-normalito subsector sufridores en casa, y tampoco estaban los presidentes Bartomeu y Rosell (a este no le habrán dejado salir de donde vive ahora). Miren a Martín Demichelis, que nunca jugó en el Barça pero da igual porque es del sector supersuper subsector “Martín yo no te olvido y nunca, nunca, te he diolvidar”. Pero vean el fotón grande, que parece una antología del Barça de la última década: de derecha a izquierda, Elena Gross y su cónyujo, José Manuel Pinto; Xavi Hernández; el simpaticote de Carles Naval; Nuria Cunillera, Vanessa Lorenzo, Carles Puyol; ese señor que parece un alcalde de Berlanga a punto de dar una explicación es Joan Laporta, y junto a él, Mickey Rourke. No, espera, me he adacolao, es Bernie Ecclestone. ¿Tampoco? Hija mujer, yo qué sé, no se puede conocer a todo el mundo. ¿Lagerfeld? Mira, vamos a dejarlo que luego mi prima me llama machista y saqueadora, que menuda es.

Invitados a la boda de Víctor Valdés

Recién llegados

Mi amiga Gema Ruiz es una señora que hace mucho tiempo se casó con un señor que inauguraba cosas y tenía muuuy mal carácter, pero ella luego rehizo su vida y ahí la tienen con su marido, Juan Díaz, en el bautizo del cuarto hijo, que también se llama Juan. Acudió mucha gente que no iba vestida de reina de Pedralbes sino de iglesia de San Antón, en Madrid: la del padre Ángel, que allí si no vas de casual te miran raro. Pues ya ven: Luis Alfonso de Borbón, que ya va entrando en ese aspecto que, cuando pasas, alguien dice en voz baja: “Con lo que ha sido este chico”; Fiona Ferrer, arreglá pero informal, muy guapa; y también estaban Marita Vargas y otros.

Una cosa que les quiero decir para cuando se vayan de vacaciones: nunca, pero nunca se pongan camiseta negra sin mangas si no les ha dado el sol. Messi: parece que le acaban de sacar del congelador. Cesc Fabregas: si tú me dices ven, lo dejo todo. Esa es la diferencia. No es tan difícil. En cualquier caso, para pasarlo bien bastante gratis, están los premios Naranja y Limón, que ahí nos dejan entrar a todas y se forman unas ensaladas impresionantes. Vean: el padre Ángel, Albert Rivera, doña Ana Rosa Quintana Hortal, Luis Varela (cuánto he querido siempre a este muchacho), Ramoncín y por ahí seguido hasta el surrealismo, patria o muerte, que suele decir Pablo.

Premios Naranja y Limón