Un político que rompe esquemas

Martin Schulz es una figura atípica dentro del ámbito político. Soñaba de joven con convertirse en jugador de fútbol profesional. Su futuro ligado al balón se vio sin embargo frustrado por una lesión que le llevó a caer en una depresión y en la adicción al alcohol. Ayudado por su hermano, recuperó la ilusión gracias a una de sus grandes pasiones, la lectura. Ejerció la profesión de librero y contrajo matrimonio con una arquitecta con la que tuvo dos hijos. De formación autodidacta, es un apasionado eurófilo y habla seis idiomas (alemán, inglés, francés, español, italiano y holandés).

Schulz es miembro del Partido Socialdemócrata alemán (SPD) desde 1974, pero no fue hasta 1987 cuando ocupó un cargo público, al convertirse en alcalde de la pequeña localidad de Würselen, cerca de Aquisgrán.

 

Premio Carlomagno

Luego comenzó en Bruselas su ascenso hasta convertirse en Míster Europa. Durante estos años adoptó un fuerte perfil en política exterior y se hizo muy conocido en Alemania, entre otras cosas por su gran franqueza a la hora de decir lo que opina.

Schulz vio frustradas en 2014 sus expectativas de asumir la presidencia de la Comisión Europea. En Estrasburgo destacó por sus fervorosos alegatos y una incansable labor a favor de la unión de Europa, que le valieron el premio Carlomagno de 2015.

A finales de 2016, cuando anunció que abandonaría su puesto en el Parlamento Europeo para regresar a la política nacional en Alemania, Schulz señaló que no le resultó fácil tomar la decisión porque consideraba un honor ser presidente de la Eurocámara, al tiempo que añadió que había intentado elevar durante estos años la visibilidad y la credibilidad de la política europea. Martin Schulz concurrirá a las elecciones del 24 de septiembre como cabeza de lista del SPD en Renania del Norte-Westfalia, el Estado federado más poblado de los 16 bundesländer alemanes y un bastión tradicional del Partido Socialdemócrata.