Los Juegos Olímpicos de las mujeres

29 / 07 / 2016 Richi Esquilas
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Las 142 deportistas españolas que acudirán a Río de Janeiro podrían repetir este año la gesta conseguida en Londres: lograr más medallas que los hombres. TIEMPO ha hablado con algunas de ellas.

El año 2012 fue muy importante para el deporte femenino español porque, por primera vez en la historia, la mayoría de las medallas obtenidas por España en unos Juegos Olímpicos fueron obtenidas por mujeres. En concreto, en Londres la delegación femenina logró 11 de las 17 preseas. Cuatro años después, la historia podría repetirse en Río de Janeiro, pues las deportistas españolas llegan mejor que nunca.

En términos absolutos, los de Río son ya los Juegos Olímpicos más femeninos de la historia del deporte español, porque el 47% de toda la delegación son mujeres, una cifra diez puntos superior a la de hace cuatro años. De los 305 atletas que componen el equipo olímpico, 142 son féminas y 163 hombres, por lo que podría hablarse de una situación de casi paridad.

Pero no queda ahí la cosa. Como ya ocurriera en Londres, las marcas y datos preliminares permiten augurar que en Río volverá a haber más medallas femeninas que masculinas. Los expertos del Comité Olímpico Español (COE) señalan que nuestro país podría obtener entre 15 y 20 medallas, de las que alrededor de 11 serían de mujeres. Las opciones más claras tienen que ver con nombres ya muy populares para el público español durante los últimos años: Carolina Marín, Ruth Beitia, Garbiñe Muguruza o Mireia Belmonte. Y a nivel colectivo están los equipos de gimnasia rítmica, balonmano, baloncesto o natación sincronizada. Por no hablar de disciplinas minoritarias donde el deporte femenino español es una potencia, como el taekwondo, el judo, la vela, el tiro o el piragüismo.

Por este motivo, TIEMPO ha reunido a algunas de las deportistas españolas que más opciones tienen de colgarse una medalla en estos juegos. Ellas han posado para nuestros lectores y, además, hablan sobre sus opciones y sentimientos antes de la cita olímpica. No están todas las que son, pero todas las que aparecen en este reportaje ocupan ya un lugar destacado en nuestro deporte y figuran en todas las quinielas para subirse al podio en sus diferentes disciplinas.

Aparte de las citadas en las próximas páginas, convendría no olvidar tampoco a Tamara Echegoyen y Berta Betanzos, que podrían conseguir el oro en la categoría 49er FX de vela; a Fátima Gálvez, que podría hacer lo propio en la modalidad trap de tiro; a la selección femenina de waterpolo; a las piragüistas Maialen Chourraut (slalom K1) y Teresa Portela (K1-200); a la selección de baloncesto; a la campeona de halterofilia Lidia Valentín; a las dos parejas del tenis (Anabel Medina-Arantxa Parra y Garbiñe Muguruza-Carla Suárez); a las judocas Julia Figueroa y María Bernabéu; a la selección de balonmano; y a las nadadoras Gemma Mengual, Ona Carbonell y Jessica Vall.

Todo empezó en Barcelona

La evolución de España en los Juegos Olímpicos ha ido creciendo con el paso de las ediciones. No fue hasta Barcelona 92 cuando los atletas españoles superaron las 20 medallas (se lograron 22 preseas: 13 de oro, 7 de plata y 2 de bronce), colocando a España sexta en el medallero, la mejor posición obtenida hasta la fecha. En todas las ediciones anteriores los españoles no superaron la decena de metales.

La participación de la mujer en unos juegos tardó en llegar. Hasta Amberes 1920 ninguna mujer había competido en este evento de manera oficial. En el caso de España, los Juegos de Barcelona de 1992 supusieron un antes y un después para el deporte femenino, porque fue en esa ocasión cuando la primera española consiguió una medalla: el oro de la judoka Miriam Blasco, en la categoría de 52 kilogramos. En esos mismos juegos las españolas consiguieron seis medallas más (tres de oro y tres de plata).

El número de medallas obtenidas por las españolas en las posteriores ediciones olímpicas se mantuvo alrededor de esa cifra, hasta que en la última cita (Londres, 2012) las mujeres dieron un golpe sobre la mesa y la categoría femenina se impuso a la masculina. De las 17 medallas españolas en la capital británica, 11 fueron obtenidas por mujeres: dos de oro, cinco de plata y cuatro de bronce.

Con vistas a los Juegos de Río, el objetivo de España está bien claro. Como país, intentar mantener el mismo número de medallas de las últimas seis ediciones (entre 11 y 19). E incluso, por qué no, intentar superar, o al menos igualar, las 22 conseguidas en Barcelona. El reto se antoja bonito y no complicado.

Apenas quedan pocos días para que llegue el ansiado primer viernes de agosto. Ansiado porque es la gran cita que todo amante del deporte está esperando: los Juegos Olímpicos. Tanto los millones de espectadores repartidos por todo el mundo que estarán pendientes desde el 3 de agosto (día que comienzan algunas competiciones, aunque es el 5 de agosto cuando se inau-
 guran) hasta el domingo 21 de agosto (cuando se clausuran) de la televisión, la radio, los periódicos... incluso de las redes sociales, para saber con todo tipo de detalles todo lo que acontece en esos 19 días, como los más de 10.000 atletas que van a competir durante esos días en Río de Janeiro, la primera ciudad de América del Sur que organiza unos Juegos Olímpicos.

Más de 200 países miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) competirán en Brasil. Mucha emoción y grandes momentos estarán asegurados en los 40 deportes en los que habrá pruebas. Y dos son las grandes novedades con respecto a los Juegos de Londres: el golf, que será olímpico por tercera vez y tras 112 años, y el rugby 7, que será olímpico por primera vez, aunque a principios del siglo XX el rubgy 15 sí tuvo participación en una cita olímpica. Durante los 19 días de competición, un total de 306 pruebas darán medallas: 161 en categoría masculina, 136 en categoría femenina y nueve en categoría mixta. En total, se repartirán 2.012 metales entre las tres categorías que existen: oro, plata y bronce.

Los de Río de Janeiro serán la vigésimo octava edición de unos Juegos Olímpicos. Para cualquier deportista, todo un reto. Muchas son las motivaciones que tienen los atletas, pero desde el punto de vista del espectáculo, unas olimpiadas son sinónimo de éxito. Dos semanas de pura y sana competitividad donde la emoción en cada una de las pruebas está más que asegurada. Es el gran escaparate del deporte mundial.

Principales problemas

A falta de pocos días para que comiencen los juegos, Brasil se encuentra inmerso en cuatro problemas no menores: una situación económica complicada; una crisis política que ha obligado a sustituir a su antigua presidenta, Dilma Rousseff; el famoso virus zika; y la seguridad ciudadana. Estos dos últimos son los que más preocupan a las diferentes delegaciones, pero tampoco hay que despreciar la incidencia que tienen los dos primeros en cuestiones como el caos organizativo o la situación de la villa olímpica, donde los primeros deportistas que han llegado están sufriendo algunos problemas. De hecho, la delegación australiana ha decidido alojarse en hoteles ante el estado en el que se encuentran los edificios destinados por la organización para el alojamiento de los deportistas.

El tema de la seguridad preocupa mucho a los diferentes países. El comité organizador de los juegos ha pactado una tregua con la principal favela de Río de Janeiro para evitar que sus habitantes causen problemas durante la celebración a cambio de dinero. Pero al problema de seguridad que habitualmente sufre Brasil, y en esta caso concreto la ciudad de Río, se suma además en esta ocasión la amenaza terrorista que representa el Estado Islámico, que podría aprovechar la dimensión mundial de un evento tan relevante. Raúl Jungmann, ministro de Defensa brasileño, ha anunciado que se desplegarán 3.000 soldados extras para garantizar la seguridad. Es decir, de 18.000 se pasarán a 21.000 efectivos de las fuerzas armadas para intervenir en operaciones antiterroristas, patrullar en los puntos más turísticos, como el aeropuerto internacional o estaciones de tren, así como garantizar la seguridad de los invitados que acudan durante esos días a Río para disfrutar de cualquiera de los deportes que se estén disputando.

Según el propio Ministerio de Defensa, doce buques, 29 helicópteros y 70 vehículos blindados ayudarán a garantizar la seguridad. Otros 20.000 efectivos estarán realizando las distintas tareas de seguridad en las cinco ciudades que serán subsedes del fútbol y un total de casi 90.000 miembros de las fuerzas de seguridad (47.000 policías y 41.000 efectivos militares) estarán operativos durante el evento.

El otro problema que está suponiendo un verdadero quebradero de cabeza al país sudamericano es el virus zika. También conocido por las siglas ZIKV, se trata de una enfermedad que se transmite por la picadura de mosquitos. Su origen data de mediados del siglo XX en África tropical, pero es en 2007 cuando se extendió al Pacífico, al Sudeste Asiático y, el año pasado, a Brasil. Los síntomas son leves: fiebre no muy alta, dolores musculares y de cabeza... Desaparecen por sí solos y se tratan como un catarro común: paracetamol, mucho líquido y reposo. Esta enfermedad se puede prevenir tomando las medidas que suelen ser las más habituales contra las picaduras de mosquitos: repelentes, mosquiteras y cubrirse brazos y piernas. El problema más grave del zika es que en el caso de mujeres embarazadas el virus puede provocar malformaciones en el feto.

Las grandes ausencias

Una de las muchas cosas que hacen grandes los Juegos Olímpicos es que durante los días que se disputan congregan a los mejores atletas de cada deporte. Si no es a todos, a casi todos. A la gran mayoría. Siempre hay considerables ausencias por diferentes motivos. En el caso de Río 2016 son varias las razones por las que algunos deportistas no van a acudir a la gran cita del deporte.

En lo que a España se refiere, hay bajas significativas tanto en la disciplina femenina, como la de Sancho Lyttle en baloncesto, como en la masculina: Alberto Contador en ciclismo, el triatleta Javi Gómez Noya y Marc Gasol en baloncesto. Otra ausencia en la disciplina femenina ha sido la de Jennifer Pareja. La capitana del equipo de waterpolo ha sido descartada por el seleccionador, Miki Oca.

A nivel colectivo, las selecciones masculinas de balonmano y fútbol tampoco estarán en Río luchando por una medalla por no haber conseguido superar la fase de clasificación. Por esa misma razón, Tiger Woods se ha quedado fuera. La baja forma por la que atraviesa el golfista estadounidense ha hecho que no consiga uno de los puestos para acudir a la cita. Otro de los casos más sorprendentes ha sido el de César Cielo. El nadador brasileño, campeón olímpico y mundial, también se ha quedado fuera y no podrá defender la medalla de bronce que consiguió en los 50 metros en Londres en 2012. Y la última gran ausencia es la del tenista suizo Roger Federer, aquejado de molestias en una rodilla.

El caso del virus zika tampoco ha pasado desapercibido para los atletas. En un primer momento, la participación de Pau Gasol con la selección de baloncesto estuvo en entredicho por esta causa. Finalmente, el nuevo jugador de los San Antonio Spurs acudirá a Río. El mayor número de ausencias por el zika se concentra en el golf, destacando las del australiano Jason Day y el norirlandés Rory Mcilroy. Tanto es así que solo nueve de los 30 primeros del mundo acudirán.

El dopaje ruso

Pero lo que realmente está marcando la previa de estos juegos es el escándalo de dopaje destapado en Rusia y que implica al Gobierno de Vladimir Putin. El Informe McLaren, que ha sacado a la luz el caso, no da nombres concretos de deportistas dopados, por lo que el COI ha dejado en manos de las federaciones internacionales la decisión de permitir o no participar a los deportistas rusos. De momento, la Federación Internacional de Atletismo (IAAF,), ha dejado fuera de los juegos a los atletas rusos, encabezados por Yelena Isinbáyeva, a los que el Tribunal de Arbitraje Deportivo ha denegado la razón a pesar de que hay deportistas como la actual campeona olímpica de salto con pértiga que nunca han dado positivo en un control antidopaje. Por su parte, la Federación Internacional de Natación también ha publicado la lista de los nadadores que no cumplen con los requisitos del COI sobre dopaje y ha vetado la participación de siete deportistas rusos. Ajena a este informe, tampoco estará en Río la tenista María Sharapova, quien dio positivo a principios de año en el Abierto de Australia.

También hay deportistas que deciden no acudir a esta edición olímpica por motivos personales, como los jugadores de baloncesto Kobe Bryant (que a finales de 2015 anunció su retirada de las canchas), Stephen Curry o LeBron James. En el fútbol, las grandes ausencias serán las del portugués Cristiano Ronaldo y el argentino Leo Messi, en la categoría masculina, mientras que en la competición femenina Sydney LeRoux, una de las estrellas de Estados Unidos (vigente campeona olímpica), tampoco acudirá al estar embarazada.

Y, por último, está el caso de Michael Diamond, que se perderá el evento por tener problemas con la Justicia. El tirador australiano fue arrestado por conducir borracho y por posesión ilegal de armas de fuego, lo que ha provocado que la Federación Australiana de Tiro haya vetado su participación.

Estos motivos hacen que muchos de ellos se pierdan una de las grandes citas del deporte. Muchos atletas se preparan, única y exclusivamente, durante bastante tiempo para llegar a esta cita en las mejores condiciones. Y es que unos Juegos Olímpicos son algo más que una competición deportiva, un evento difícil de describir y en el que todos los deportistas sueñan con participar algún día.  

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