Las debilidades del código ético empresarial

06 / 10 / 2015 DPA
  • Valoración
  • Actualmente 2 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • Tu valoración
  • Actualmente 2 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
¡Gracias!

El escándalo en la manipulación de los motores diésel del grupo Volkswagen tiene en vilo a todo el sector automovilístico

Un motor diésel de Volkswagen en el pabellón de la firma en el Salón del Automóvil de Fráncfort.

El escándalo en la manipulación de los motores diésel del grupo Volkswagen tiene en vilo a todo el sector automovilístico. Todavía falta tiempo antes de que se esclarezca quién exactamente sabía de la manipulación de las pruebas de emisiones de gases, cuándo se enteró y qué vehículos están afectados, de los 11 millones que se estiman en todo el mundo. 
 
 Muchos ponen en duda que todo ello sea obra de unos pocos. ¿Cómo es posible que se haya podido ocultar un fraude así tanto tiempo? ¿Hubo algún indicio? ¿Qué hicieron los encargados de verificar las pruebas? El nuevo director ejecutivo de VW, Matthias Müller, tendrá que realizar una profunda revisión del código ético de la empresa, el responsable de que se preserve y se cumpla la normativa de la compañía. 
 
 El mayor fabricante de coches europeo ha avanzado mucho en los últimos años, pues no es la primera vez que se ve salpicado por un escándalo. Sobre todo desde que se destapó el caso de los sobornos y los viajes de placer en 2005, se implicó, entre otros, a varios defensores externos para los trabajadores pudieran denunciar de forma anónima las infracciones. Muchas de las grandes empresas alemanas han optado por recurrir a estos "fiscales", especialmente tras el escándalo millonario de los sobornos de Siemens. 
 
 Al parecer, los trabajadores de VW hacen un buen uso de esta herramienta: El año pasado, 72 empleados perdieron su puesto por irregularidades. Anualmente, la auditoría del grupo investiga cientos de indicios de posibles actuaciones irregulares. Además, en 2014 se impartió formación al respecto a 185.000 empleados en todo el mundo. 
 
 Hace unos meses, el abogado y político Wolfgang Kubicki, que defendió a un directivo en otro escándalo, dio una buena nota al grupo empresarial alemán por sus esfuerzos en mantener la ética. El cumplimento de la normativa y el respeto de la ética "se ha instalado en VW", dijo entonces Kubicki. 
 
 Sin embargo, el escándalo actual dice todo lo contrario, tal como señala el nuevo director ejecutivo Müller. Tras su nombramiento anunció que se iban a endurecer las normas y de inmediato tomó medidas concretas apartando de sus puestos de trabajo a algunos empleados.
 
 Para la organización anticorrupción Transparencia Internacional (TI), los acontecimientos muestran de forma generalizada los puntos débiles de los actuales códigos deontológicos de muchas empresas. La responsable de TI en Alemania, Edda Müller, destaca que a menudo la regulación no va lo suficientemente lejos y está demasiado enfocada en la corrupción. 
 
 Se presta mucha atención a cuestiones burocráticas pequeñas, al valor que debe tener el regalo que se hace a un socio en un negocio, cómo ha de ser la hoja de gastos o la rendición de cuentas tras un viaje, pero apenas se aborda lo importante. Faltan normas en temas que van desde la responsabilidad empresarial en la contaminación a las condiciones de producción. Además, los "vigilantes" externos están lejos del día a día del negocio. 
 
 Tras estallar el escándalo de la manipulación de los motores en VW, el experto en coches Stefan Bratzel apuntó de inmediato a las falencias en el código ético de la empresa. Dijo que era increíble que la filial estadounidense no hubiese detectado hace tiempo la presunta manipulación y se lo hubiese comunicado a la matriz en Wolfsburgo, lo que habría implicado que hubiese intervenido la cúpula directiva. 
 
 Pero para dar un paso así se requiere mucho valor, señala Müller, la directora de TI. En su opinión, el escándalo pone de manifiesto un problema mucho más amplio: de forma generalizada en el mundo de la fabricación de coches impera increíblemente una "lealtad a prueba de bombas". 
 
 Los políticos siempre fueron benévolos con el sector, criticó la experta. Tan pronto como se ponen sobre la mesa cuestiones medioambientales, se esgrimen de inmediato las "amenazas" de consecuencias negativas para la economía o para el empleo. "Sólo se puede esperar que se trate de un terremoto que lleve a un cambio en la forma de pensar de las empresas", declaró. 
 
 De momento, el nuevo jefe de VW tendrá que hacer una limpieza profunda y esclarecerlo todo. Como dijo Ulrich Hocker, representante de los accionistas, "habrá que limpiar a fondo, y los que hayan provocado el escándalo, tendrán que ser castigados".

Grupo Zeta Nexica