La incómoda puesta de largo de Donald Trump

Donald Trump aún no ha fijado la postura de Estados Unidos sobre algunos asuntos de interés internacional, entre ellos el cambio climático. En la inminente cumbre del G-7, los líderes de los demás países de este grupo (Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) procurarán persuadir en la medida de lo posible al nuevo presidente acerca de ciertos temas.

En la reunión, que se celebrará en Taormina (Italia) los próximos 26 y 27 de mayo, los seis colegas de Trump anhelan convencerle, entre otras cosas, de no retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París contra el calentamiento global. Lo señala a TIEMPO una fuente diplomática próxima a la preparación de la cumbre, que Italia quiere enfocar también en las crisis de Oriente Próximo y el Magreb, así como en el tema del África subsahariana.

Sin embargo, la misma fuente advirtió de que en la cita de Taormina “no estará encima de la mesa ninguna iniciativa concreta”, debido también a la “revisión de las políticas” de Estados Unidos que Trump aún no ha finalizado, cuatro meses después de tomar posesión como presidente del país. Trump asistirá a esta cumbre en el que será su primer viaje al extranjero como inquilino de la Casa Blanca.

La que tendrá lugar en el pueblo de Sicilia conocido por su antiguo teatro griego será la primera reunión del G-7 tanto para Trump como para el nuevo presidente francés, Emmanuel Macron, la primera ministra británica, Theresa May, y su homólogo italiano, Paolo Gentiloni. Italia, que preside el G-7 este año, prevé en Taormina un “debate espontáneo” entre los líderes participantes, a los que Gentiloni, planteará, entre otros, los temas de la lucha contra el terrorismo, la solución pacífica de la guerra civil en Siria, y la compleja situación en Libia. En este último país norteafricano, la falta de un Gobierno unificado y las rivalidades político-militares han beneficiado en años recientes a los terroristas del autodenominado Estado Islámico, y siguen favoreciendo a las organizaciones criminales que se dedican a la trata, inhumana y a menudo mortífera, de refugiados y migrantes clandestinos hacia Europa, a través del Mediterráneo y la propia Italia. 

Huéspedes de la reunión

Precisamente para afrontar las causas de gran parte de las migraciones masivas al Viejo Continente, Italia propondrá en Taormina a sus socios debatir también los problemas del África subsahariana. A este efecto, Gentiloni ha invitado a la cumbre, como huéspedes, a los líderes de cinco países africanos, en concreto: Etiopía, Kenia, Túnez, Nigeria y Niger. Estos dos últimos son respectivamente lugares de origen y tránsito de un gran número de migrantes que llegan a Italia por Libia.

Pero la solución de las rivalidades en este país supuestamente requeriría también el uso por parte de Rusia de su influencia sobre la importante facción político-militar de Tobruk, dominante en el noreste de Libia. Aun así, Rusia no estará representada en la cumbre de Taormina, por haber sido suspendida como miembro del (actual) G-7 en 2015 tras anexionar la península de Crimea, perteneciente a Ucrania.

Una fuente diplomática del G-7 explica a TIEMPO que “muchos esperan” la readmisión de Rusia en el grupo, pero “aún no se dan las condiciones” para ello. La postura de Estados Unidos ante Rusia permanece ambigua, mientras se intensifica en Washington la crispación política relacionada con las presuntas injerencias de Moscú a favor de Donald Trump en las elecciones presidenciales del año pasado. De todas formas, Rusia, al igual que China, la India, y otros países participará el próximo julio en Hamburgo (Alemania) en la cumbre del mucho más representativo G-20, del que forma parte también España.