Gobiernos y mercados. La oscilación del péndulo

03 / 01 / 2018 Zanny Minton Beddoes
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Hay tres razones que auguran un cambio en el equilibrio entre empresas y Estados.

Roosevelt y Macron: ¿un déjà vu?

Si 2016 fue el año del shock de las victorias populistas, 2017 trajo una reacción sorprendentemente tranquila. Hubo muchos comentarios llenos de angustia. Numerosos analistas (incluida esta que escribe) temieron incluso por el orden mundial liberal. Muchos políticos tradicionales prometieron repensar la globalización para dar respuesta a la indignación de los votantes que se habían quedado atrás. Pero en la práctica es muy poco lo que ha cambiado.

La economía mundial se aceleró hasta alcanzar su paso más firme desde el principio de la década, las bolsas marcaron valores récord y los indicadores de riesgo financiero fueron inusualmente bajos. En los dos países en los que el populismo derrocó el statu quo, las consecuencias políticas inmediatas fueron modestas y recordaron poderosamente al pasado. El referéndum del brexit fue seguido por unas elecciones que dejaron al Partido Conservador debilitado y reforzaron a unos laboristas con una agenda propia de los 70 de nacionalizaciones y subidas de impuestos. En Estados Unidos, Donald Trump asestó varios golpes duros a la globalización (cancelación del acuerdo comercial transpacífico y salida de Washington del tratado del clima de París). Pero sus prioridades económicas siguieron siendo la desregulación y la bajada de impuestos, es decir, el programa clásico de los republicanos desde los años 80 del pasado siglo.

Incluso Emmanuel Macron, que llegó al poder en Francia con la promesa de un nuevo pacto global favorable a la globalización, comenzó su mandato realizando reformas laborales que la mayor parte del resto de países europeos habían hecho hacía años.

Es poco probable que sigamos en esta línea. Como se ha visto con claridad en 2017, los grandes resultados obtenidos por partidos antisistema en Alemania, Austria y República Checa han demostrado que la ola de populismo en el mundo rico apenas ha aflojado. En Italia, las elecciones de 2018 podrían hacer del antisistema Movimiento 5 Estrellas la fuerza con más escaños del Parlamento. También podrían producirse auges populistas en algunos mercados emergentes, particularmente en México.

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