Buenos tiempos para la economía mundial
En 2018 crecerán todas las grandes economías.
La economía mundial estará prácticamente sana en 2018. Diez años después de que comenzara la Gran Recesión (que fue seguida por una década de dudas económicas) empieza a establecerse una sensación de bienestar generalizado. El riesgo de deflación ha desaparecido, los salarios suben y prácticamente todas las economías crecen. Incluso los bancos centrales, que no han dejado de imprimir dinero, empezarán a llevar a cabo una gestión más prudente. Todo está a punto, pues, para un nuevo temor. Y es que, mientras que la recuperación se consolida, ¿podría marcar 2018 el origen de la próxima recesión?
La producción mundial creció en 2017 a su nivel más alto desde 2010, pero el año ha estado lejos de ser espectacular. El crecimiento mundial llegó con esfuerzo al 2,9%, menos de un 3% que en tiempos se consideraba simplemente la media. El crecimiento en 2018 será aún menor, del 2,7%, aunque esa cifra esconde un dato esperanzador: todas las grandes economías crecen. Tanto Europa como Estados Unidos crecerán a un ritmo respetable de en torno al 2%, Brasil y Rusia han salido de sus respectivas recesiones, países como Indonesia o Malasia volverán a rugir con crecimientos de en torno al 5%, mientras que India se acercará al 8%. Solo la muy endeudada China sugiere un panorama preocupante, pese a que su crecimiento será de casi el 6%.
La Eurozona ha dado una agradable sorpresa. Superó dos recesiones en la última década y ahora avanza (casi) con paso firme. Aumentan los préstamos para el consumo, la confianza en la economía está en su punto más alto desde hace diez años y el paro está bajando. Europa no está viviendo precisamente un boom. Su población envejece, está lastrada por la falta de inversión y el brexit compromete la expansión de la UE. Pero el año que empieza arrancará con una sensación de normalidad y no de crisis.