Sin cambio de clima

04 / 01 / 2018 Jan Piotrowski
  • Valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • Tu valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
¡Gracias!

Pocas razones para el optimismo en la cumbre mundial de la ONU en Polonia.

En diciembre de 2015 los líderes mundiales se reunieron en París y se comprometieron a mantener el calentamiento global “por debajo” de los dos grados con respecto a los niveles preindustriales y así evitar un catastrófico cambio climático. Los detalles, que todos los firmantes acordaron, se ultimarían más tarde. En 2018, el ingrato trabajo de llevar a la práctica esa elevada retórica de París recaerá sobre las delegaciones que vayan a Katowice, una ciudad en el suroeste de Polonia que acogerá la cumbre mundial del clima de la ONU. Parece poco probable que se consiga algún éxito, y eso por dos razones.

La primera tiene que ver con la propia naturaleza del acuerdo de París, algunos de cuyos puntos son deliberadamente ambiguos. Por ejemplo, no especifica los criterios climáticos admisibles para cada país, el modo de dar cuenta de las “contribuciones nacionalmente determinadas” (NDCS, en sus siglas en inglés) o quién debe controlarlas. Todo esto era necesario para mantener a todos los países comprometidos. Los países en desarrollo se habrían negado a ajustarse a los estándares de los ricos, mientras que estos se habrían opuesto a aprobar criterios tan laxos que dejaran vía libre a grandes contaminadores como China o India solo porque son países de rentas bajas.

La ambigüedad estratégica logró el acuerdo, firmado por 197 países. Pero esto implica que las 160 NDCS acordadas hasta ahora conducen a un laberinto. Tanto la Unión Europea como Estados Unidos abogaron por reducir la emisión bruta de gases de efecto invernadero, pero eligieron diferentes periodos de referencia y fechas límite: un 40% por debajo de los niveles de la década de los años 90 del pasado siglo antes de 2030 y entre un 26% y un 28% por debajo de los valores de 2005 antes de 2025, respectivamente. China también prometió reducir emisiones, entre un 60% y un 65% menos respecto a los niveles de 2005 para 2030, pero solo en relación al PIB. El compromiso de Nueva Zelanda se limita a tres páginas de texto, mientras que Pakistán supedita sus reducciones a una inversión extranjera de 40.000 millones de dólares (33.600 millones de euros).

Para leer el artículo completo puede comprar la revista de papel o acceder a la versión digital en Tiempo, Zetakiosko o Kiosko y más.
Grupo Zeta Nexica