Ruta de la seda digital

10 / 01 / 2018 Colby Smith
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BeiDou, rival chino del GPS de EEUU, se hace global.

Hace más de 2.000 años que la Ruta de la seda llevó bienes, servicios e ideas a través del continente euroasiático. En 2013, el presidente Xi Jinping quiso reavivar este viejo desafío, con el objetivo de unir China con Asia, África, Europa del Este, Rusia y Oriente Próximo. Su iniciativa (terrestre y marítima) incluye un ambicioso plan de infraestructuras.

En 2018, la nueva Ruta de la seda tendrá dimensión digital. China ampliará la cobertura de su sistema nacional de navegación por satélite a 60 países. Hacia 2020, China quiere competir directamente con el Sistema de Posicionamiento Global (GPS, en sus siglas en inglés) de Estados Unidos, y expandir sus servicios con una red de 35 satélites.

A principios de 2018, lo que China llama BeiDou (su término para la Osa Mayor) tendrá aproximadamente 30 satélites, ajustando su precisión por debajo de los 10 metros, aún por detrás del GPS, que puede localizar posiciones a un metro o menos. Pero se está acercando y su objetivo, finalmente, será superarlo. Las mejoras se traducen en transmisiones más rápidas y eficaces. Los servicios de navegación también recibirán un impulso. Y BeiDou conecta lo desconectado. La ONU dice que el 62% de las personas en la región Asia-Pacífico no están conectadas actualmente.  Además del billón de dólares (838.060 millones de euros) de la inversión en carreteras, China ha gastado cerca de 25.000 millones de dólares (21.000 millones de euros) en BeiDou.

Más de 30 países han firmado acuerdos para incorporar localmente BeiDou. Muchos autorizan a China para que construya estaciones terrestres que mejoren la precisión de BeiDou y su fiabilidad. Además, China cuenta con un plan trianual para invertir en proyectos de infraestructuras de información por un importe total de 174.000 millones de dólares (146.000 millones de euros) que incluye el desarrollo de cables de fibra óptica para conexiones de alta velocidad.

Ya, más de 150 millones de smartphones chinos, el 20% del mercado, están equipados con BeiDou, y casi 40.000 pesqueros lo usan para comunicarse. Algunas de las 20 millones de bicicletas y motocicletas chinas lo emplean como servicio de localización. Los servicios activos de BeiDou fueron valorados en más de 25.000 millones de dólares (21.000 millones de euros) en 2015; hacia 2020, se espera duplicar la cifra. Se ha creado, además, una industria derivada de material electrónico, antenas y productos destinados al mercado masivo.

El desarrollo económico es solo la punta del iceberg. BeiDou, que está bajo control militar, permite a China acabar con la dependencia del GPS americano. China ya puede desplegar sus armas convencionales teledirigidas. Además de autonomía, el sistema le proporciona el prestigio de ser uno de los cuatro sistemas globales de navegación por satélite del mundo (los de Europa, EEUU y Rusia son los otros tres).

Los críticos están preocupados por dos cosas: el secretismo de China es una de ellas, especialmente cuando algo no funciona con los satélites. Y la otra, junto con la red de carreteras, que la sesgada suposición de los riesgos financieros podría provocar problemas si el rendimiento es mediocre.

No obstante, el Gobierno chino está comprometido con el plan. Como dice un proverbio chino, “si quieres ser rico, construye primero un camino”. En 2018, se podrá cambiar “camino” por “carretera”.

Colby Smithayudante de redacción de El mundo en 2018

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