El petróleo del rey

06 / 02 / 2017 Henry Tricks
  • Valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • Tu valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
¡Gracias!

Arabia Saudí decidirá si privatiza parcialmente su petrolera estatal.

La orden de arriba no deja lugar a dudas. Mohamed bin Salman, segundo príncipe heredero de Arabia Saudí, quiere que Saudi Aramco, la petrolera más grande y valiosa del mundo, se abra a los inversores internacionales a través de una oferta pública de venta (OPV) que probablemente se producirá en 2018. El año que empieza, prólogo de tal evento, será tan intrigante como lo es la propia operación. Los dirigentes de Aramco se resisten a retirar el velo de secretismo que rodea a la compañía, y habrá miembros de la familia real que mostrarán su rechazo a cualquier medida que pueda afectar a los beneficios del petróleo. Pero el príncipe Mohamed quiere seguir adelante a pesar de todo, y tanto el tamaño como el alcance de la oferta pública de venta darán una buena medida de su influencia.

Hay quien piensa que el príncipe no será capaz de cumplir su deseo de vender un 5% de la empresa por entre 100.000 y 150.000 millones de dólares (entre 94.000 y 140.000 millones de euros), lo que supondría la mayor OPV de la historia. La salida a bolsa de activos upstream (prospección y exploración) podría llevar aparejado el revelar los datos sobre las reservas auditadas de forma independiente, algo a lo que Riad se ha resistido durante décadas. Al tratarse de una empresa de la que el Estado saudí depende en casi todos sus gastos, los inversores temen que el Gobierno pueda reclamar derechos sobre futuros beneficios. Y les preocupa también que Arabia Saudí pueda usar Aramco como herramienta política aunque esto les perjudique.

Todo esto aplaca el apetito inversor, lo que quiere decir que la venta podría alcanzar un precio menor del que espera el príncipe. Y lo que es más: Riad teme posibles reclamaciones legales sobre sus reservas si estas cotizan en el extranjero. Como resultado de todo ello, Steffen Hertog, de la London School of Economics, cree que la OPV se limitará a los activos downstream(marketing y distribución) o activos upstream secundarios.

Pero el príncipe pretende usar la privatización parcial de Aramco como símbolo de la transformación de su reino en un lugar menos dependiente del petróleo. Por ello todo retroceso en este sentido sería visto como una derrota. Bin Salman necesita los beneficios de la OPV para establecer un fondo de inversión capaz de diversificar las inversiones del país.

De cara a 2017 hay una cosa que es segura. La banca de inversión andará con pies de plomo para asegurarse de que esta oferta pública de venta sea una de las más lucrativas de la historia. Presionará al segundo príncipe heredero para que se deje de precauciones y venda la empresa al por mayor, pero los tecnócratas de Aramco le aconsejarán discretamente que no lo haga.

Grupo Zeta Nexica