España convaleciente

20 / 02 / 2017 Michael Reid
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El país, al fin, tiene Gobierno.

David Gato/Alamy Stock Photo

España puede esperar en 2017 un poco más de claridad política, pero una oscura perspectiva económica. La oposición del Partido Socialista casi se desmembra ante los resultados electorales, pero a Mariano Rajoy y a su conservador Partido Popular (PP) se les concedió otro mandato en octubre de 2016, y que ha puesto fin a diez meses de deriva política. Rajoy obtuvo mayoría absoluta en 2011; ahora gobernará en minoría. Su posición será menos débil de lo que parece. Según la Constitución, un presidente de España puede ser destituido solo si los partidos de la oposición se unen bajo un líder alternativo.

En cambio, el segundo mandato de Rajoy corre el riesgo de ser un Gobierno de hacer poco. La restaurada democracia de España fue construida alrededor de dos fuertes partidos, el PSOE y el PP, que han necesitado regularmente a los nacionalistas moderados catalanes y vascos como socios parlamentarios. Todo esto cambió tras el colapso de la burbuja inmobiliaria de España en 2008-2009. Los partidos tradicionales ahora comparten las Cortes (Parlamento) con la ultraizquierda de Podemos y los liberales de Ciudadanos. Los catalanes se inclinan por la independencia.

Rajoy ha logrado un acuerdo bajo el cual Ciudadanos apoyará su Gobierno a cambio de modestas reformas fiscales, laborales y en las pensiones. Pero en algunos temas, como las medidas para prevenir la corrupción, Ciudadanos puede aliarse con el PSOE o con Podemos.

La economía se mantuvo sorprendentemente bien en 2016, con un crecimiento del 3%. Se enfrentará a vientos más desfavorables en 2017, y es probable que solo crezca un 2% (no tan bajo en comparación con muchos países de la Eurozona). El brexit no ayuda: el Reino Unido es el socio económico más importante de España. Rajoy reducirá el déficit fiscal más despacio de lo que la Comisión Europea querría.

¿Y qué hay de Cataluña? El Gobierno de Barcelona ha prometido un referéndum sobre su independencia en septiembre de 2017. El plebiscito sería ilegal. La esperanza en Madrid es que la marea por la independencia retroceda.

España necesita una cura política. Entre los socialistas, esa tarea podría recaer en Javier Fernández, que ha mostrado un gran tacto como líder provisional del partido. Podemos se enfrenta a una crisis de identidad mientras procura ser algo más que un movimiento de protesta. Rajoy podría ofrecer una rama de olivo a los catalanes con un acuerdo generoso sobre las finanzas, pero no se espera que finalmente lo haga. A pesar del trabajo minucioso por permanecer en el poder, Rajoy hará increíblemente poco con él.

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