2017: riesgo político y reformas

12 / 01 / 2017 Albert Rivera
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El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, relata los principales retos y oportunidades que se abrirán en el escenario político durante 2017.

Para España el año 2017 se presenta como un año de oportunidades y retos, tanto en lo económico como en lo político. El país continuará creciendo con fuerza, por encima de la media europea, aunque a un ritmo cada vez menor. Eso se traducirá en una mayor creación de empleo y nuevas oportunidades para los españoles. A pesar de las mejoras España terminará el año con cerca del 20% de paro tras casi diez años inmersos en una profunda crisis. Por tanto, queda mucho camino por recorrer.

A la ralentización de la demanda interna se unirá la debilidad de la demanda exterior en un contexto internacional complicado. El riesgo político será clave. Tras la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea y la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, Europa se enfrentará a importantes citas electorales.

En las elecciones presidenciales francesas, los sondeos dan como contendiente en la segunda vuelta a la ultraderechista Marine Le Pen. En Alemania, en las elecciones al Bundestag, el partido xenófobo Alternativa por Alemania podría entrar con fuerza. En Holanda, el partido de extrema derecha de Wilders encabeza las encuestas. Y en Italia, tras el fallido referéndum de Matteo Renzi para la reforma de la Constitución, el movimiento populista 5 Estrellas de Beppe Grillo podría llegar al poder.

Los resultados en todas esas elecciones serán fundamentales para la estabilidad y el futuro de la moneda común. Los partidos liberales y progresistas, que seguimos creyendo en la importancia de la unidad del mercado común y en el libre movimiento de productos, servicios y personas, seremos más necesarios que nunca. Deberemos trabajar más unidos para construir una mejor Europa, más cercana y más útil para sus ciudadanos.

En lo económico, los vientos de cola empezarán a amainar. Los precios de la energía, que han favorecido enormemente la competitividad española, repuntarán. Y el Banco Central Europeo podría empezar a revertir algunas de sus medidas expansivas, si la inflación consolida su avance hacia el objetivo del 2%.

Sin el arma de la política monetaria y ante las restricciones fiscales impuestas por un año de enorme ajuste fiscal para España –que debe recortar su déficit público en 15.000 millones de euros para alcanzar el 3,1% marcado–, es más importante que nunca sentar las bases de uncrecimiento sostenible mediante mejoras de productividad y la modernización de nuestra economía.

Para ello, debemos evitar caer en los errores del pasado ciclo expansivo y promover políticas que garanticen que el crecimiento sea inclusivo y duradero. Para lograr ese objetivo, es imprescindible apostar por inversiones de futuro, como la educación y la innovación, mientras eliminamos gastos superfluos y recuperamos recursos a través de una lucha decidida contra el fraude.

Cuatro son los ejes sobre los que debería actuar un verdadero programa reformista: el mercado de trabajo, la consecución de un pacto educativo, la reconstrucción de un marco institucional sano y robusto y el impulso de la innovación.

Nuestro disfuncional y segmentado mercado de trabajo genera unas tasas de desempleo desorbitadas, no solo en momentos de crisis sino también en periodos de expansión, doblando la media europea. La pésima regulación condena a millones de trabajadores a la precariedad y a la pobreza laboral e impide que los jóvenes puedan acceder al empleo en condiciones estables. Debemos atajar la dualidad, estableciendo un contrato único que termine con la discriminación de los temporales, y focalizar nuestros esfuerzos en políticas de formación efectivas a lo largo de la vida, que ofrezcan nuevas oportunidades a amplios sectores de nuestra población.

Nuestro sistema educativo debe dejar de lado las confrontaciones partidistas y apostar por una formación de calidad que garantice la igualdad de oportunidades y permita a nuestros jóvenes ser competitivos en el mundo globalizado. El esfuerzo debe centrarse en ofrecer más apoyo y una mejor carrera a nuestros profesores y en dar un nuevo impulso a nuestras universidades.

Debemos solventar los graves problemas de deterioro del Estado de Derecho y nuestro sistema de Justicia, la paulatina desaparición de los checks and balances, la intensificación de las prácticas clientelares, la mala regulación y supervisión deficiente de los mercados (resultado de la excesiva politización) y, en general, los efectos derivados del llamado “capitalismo de amiguetes”. Para ello hay que reducir la politización de las instituciones, recuperando la neutralidad y estableciendo unas reglas de juego iguales para todos.

En lo que se refiere a la innovación, España debe salir del vagón de cola mejorando claramente su inversión e implementando reformas concretas como la creación de una red de transferencia tecnológica que conecte la universidad con la empresa. De la misma manera, España debe apostar por facilitarle la vida a las start-ups, mejorando el ecosistema regulatorio y facilitando la inversión.

El próximo año será un año clave también para solventar el reto territorial en España. Debemos seguir unidos pero apostando por un diálogo mucho más fluido, que nos permita llegar a acuerdos concretos y urgentes para mejorar la financiación de los servicios públicos en las comunidades autónomas y las inversiones en infraestructuras necesarias.

En definitiva, un año de muchos retos, pero también de oportunidades que no podemos desperdiciar. Es obligación de Ciudadanos y nuestro principal papel convencer al Gobierno y al resto de los partidos de llevar a cabo las reformas necesarias y la modernización que necesita España.

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