Retirada roja

11 / 01 / 2017 Michael Reid
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Los sudamericanos darán la espalda a la izquierda.

Nicolás Maduro, el color de la excepción

La larga hegemonía de la izquierda en Sudamérica ha terminado. El actual giro hacia el centro derecha se afianzará en 2017. Los Gobiernos de izquierdas pueden ser apartados en las elecciones que se celebrarán en Chile y Ecuador. La larga agonía venezolana puede producir una transición negociada, marcando el inicio del fin de la dominación chavista. Y, en Colombia, la guerrilla de las FARC podría desarmarse y convertirse en un partido político civil.

Una de las razones del giro político ha sido el estancamiento económico que ha traído el fin del ciclo alcista de las materias primas. Después de seis años de desaceleración económica, en 2017 Latinoamérica verá una tímida recuperación. Aunque las economías de la región en su conjunto se contrajeron cerca de un 1% en 2016, en 2017 puede que crezcan hasta un 2% si Brasil y Argentina salen de la recesión.

En Brasil, Michel Temer, el sucesor de la destituida Dilma Rousseff, tratará de poner en marcha reformas fiscales que permitan tipos de interés más bajos y una recuperación más sólida, confiando en que el escándalo de corrupción de Petrobras no enfangue su Gobierno. El juicio del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción copará los titulares.

El presidente argentino de centro derecha, Mauricio Macri, afronta unas cruciales elecciones parlamentarias en octubre. Con suerte, las buenas noticias económicas permitirán obtener réditos políticos. Pero si pierde, el resto de su mandato será agitado.

Después de cuatro años de un deslucido Gobierno de izquierdas de la presidenta chilena Michelle Bachelet, las elecciones que se celebrarán en el mes de noviembre carecerán de novedad. Sebastián Piñera, hombre de negocios y expresidente con la Alianza por Chile, de centro derecha, probablemente derrotará a Ricardo Lagos, expresidente socialista de 78 años.

En las elecciones de febrero, Ecuador dirá “hasta luego” (no “adiós”) a Rafael Correa, un populista de izquierdas que ha gobernado a lo largo de diez años. Con una economía en recesión muy dependiente del petróleo, su designado sucesor, Lenín Moreno, se enfrenta a una dura batalla contra Guillermo Lasso, un banquero conservador de Guayaquil, centro comercial en expansión.

En 2009, Honduras sufrió un golpe sin sangre contra Manuel Zelaya, presidente liberal que viró a la izquierda, por la propuesta de consultar al pueblo una modificación de la Constitución que permitiese su reelección. Ahora, Juan Orlando Hernández, conservador, ha asumido esa modificación. A pesar del crimen y la corrupción endémicos del país, es probable que Hernández derrote a Zelaya en las elecciones de noviembre.

Además de las urnas, la atención se centrará en la eficacia con que los políticos aborden las expectativas de progreso de una creciente clase media frustrada por la crisis económica. Se esperan protestas callejeras contra la corrupción y los servicios públicos.

La historia de América Latina es de constante avance hacia la democracia. Venezuela es la gran excepción. Nicolás Maduro, acorralado, tratará de aferrarse al poder por la fuerza. En contra de la Constitución y la voluntad del pueblo, paralizó un referéndum revocatorio que podía haberlo depuesto en 2017. Se pronostican conflictos y movilizaciones en la calle y, quizás, una transición negociada que involucre a las fuerzas armadas y a los Gobiernos de la región.

¿Adiós a las armas de las FARC?

El año traerá buenas noticias para los colombianos tras el nuevo acuerdo de paz firmado entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC. Si todo sale bien, unos 6.000 guerrilleros y 10.000 milicianos se desarmarán. Pero la paz puede desvanecerse si los líderes no aceptan penas más severas.

Dos países afrontarán dificultades especiales en 2017 en su transición a 2018. El régimen de Raúl Castro en Cuba se endurecerá en la era pos-Castro. En México, el traicionado Gobierno de Enrique Peña Nieto tendrá que lidiar con la amenaza de Donald Trump de aplicar nuevos impuestos al comercio y a las remesas de emigrantes y desincentivar la inversión. De una u otra forma, 2017 demostrará que gobernar se ha vuelto más difícil en la región para mandatarios de izquierda, derecha y centro.

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