EEUU pierde el liderazgo

A lo largo del último siglo los Estados Unidos se convirtieron en los líderes mundiales, especialmente de Occidente, jugando un papel primordial a la hora de liberarnos del nazismo y después sirviendo de cortafuegos al comunismo. Ahora todo el capital político acumulado en esas décadas lo está perdiendo a chorros Donald Trump, ese aventurero del poder que está sacando lo peor del pueblo americano. Quedó muy claro en la gira de la semana pasada, la primera de su mandato al exterior. Comenzó por Arabia Saudí donde firmó un sustancioso contrato para suministrar armas al régimen medieval de Riad.

A los ancianos reyes y príncipes los colmó de halagos y risas, sin la más mínima alusión a los derechos humanos que pisotean con desenvoltura y desparpajo. Para colmo ataca a los iraníes acusándoles de alimentar el terrorismo yihadista.  Hay muchas razones y motivos para atacar al régimen teocrático de Teherán, pero no de apoyo al  yihadismo. Son enemigos sustanciales.

Irán es el centro del islamismo chií, mientras que el Estado Islámico nace del sunismo wahabita saudí. Los saudíes construyen y financian las mezquitas salafistas esparcidas por todo el mundo donde se predica la yihad. Trump desconoce el fondo del problema, por eso no lo comprende. Lo mismo le ocurre con Israel y Palestina. Dijo  que iba apoyar la negociación, pero ¿qué negociación?  Si está aliado sólidamente con las tesis de Netanyahu. Es absolutamente contrario a la creación de los dos Estados.

Pero donde Donald Trump dejó las cosas más claras fue en la reunión de la OTAN en Bruselas y en la del G-7 en Taormina. Ignorante y dogmático primario no puede articular consensos. Sobre la OTAN y las políticas de defensa, les echó una arenga a los reunidos diciéndoles que los EEUU no estaban dispuestos a seguir pagando para mantener el paraguas de la protección a Europa.  En el aire dejó la confusión de si se comprometerá con la defensa de Europa o no. Esta postura hizo exclamar a Merkel: “Estos últimos días he comprobado que los tiempos en que nosotros podíamos confiarnos y apoyarnos en otros han pasado en buena parte”. Después hablando con Emmanuel Macron, estrella en ascenso en el paisaje internacional, llegaron a la conclusión de que “los europeos debemos tomar el timón de nuestro destino”.  El Reino Unido del brexit con la  señora May al frente tampoco inspira demasiada confianza.

El choque frontal de Trump con los reunidos  en Taormina, se produjo a propósito del cambio climático y el cumplimiento de los acuerdos logrados en la conferencia del clima en París. Trump es un negacionista total, cree que el crecimiento desaforado no tiene consecuencias negativas para el planeta. Fueron inútiles todas las argumentaciones, solo consiguieron que el presidente más poderoso del mundo retrasará su toma de decisión una semana. Pronto sabremos que decide, pero aunque decida aceptar las propuestas de la mayoría sabemos que no las cumplirá.

Proteccionismo económico

Aparte de esto, Trump está desmantelando unilateralmente el tejido comercial y económico que articulaba a  su país con el mundo en aras del proteccionismo económico. La decisión de sacar a EEUU del Tratado Comercial Transpacífico, el llamado TPP, rompió el objetivo de Obama de crear un organismo  para fomentar la integración con sus aliados en Asia. Esta salida deja el campo libre a China para multiplicar su influencia en la región.

Xi Jimping, ha recuperado la vieja idea de relanzar un gran eje comercial entorno a la mítica ruta de la seda y para ello ha reunido a 64 países para construir una amplia red de carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos por los que se mueva una red comercial que una a China con Asia, Oriente Medio, África y Europa. El América first, puede convertirse en América last.