China: un proyecto ambicioso

24 / 05 / 2017 Andreas Landwehr
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Con su Nueva ruta de la seda el país asiático lograría moldear las relaciones internacionales.

Una de las callejuelas del barrio musulmán en el centro de Xi’an (China). MACARENA VIDAL LIY

Lo que hizo acudir la semana pasada a la capital de China a 28 jefes de Estado y de Gobierno, así como a representantes de más de 100 países, no era la belleza del paisaje, sino la fuerza de atracción de los miles de millones de dólares provenientes de las arcas del gigante asiático.

Las cifras marean. El presidente chino, Xi Jinping, anunció en la cumbre inversiones por más de 100.000 millones de dólares (90.600 millones de euros). Para la ambiciosa iniciativa han sido identificados unos 900 proyectos con un volumen de unos 900.000 millones de dólares (815.600 millones de euros).

El objetivo de China es que en total se inviertan cuatro billones de dólares (3,6 billones de euros) en la construcción de infraestructuras (puertos, carreteras, líneas férreas, oleoductos...) para crear corredores económicos a lo largo de las antiguas rutas comerciales.

Son sobre todo los países pequeños los que depositan grandes esperanzas en el proyecto. Para no pocos de esos países, China es el “ángel salvador” o “prestamista de última instancia”. Las dos terceras partes de los países situados a lo largo de la Nueva ruta de la seda no son precisamente solventes en el contexto internacional. Los donantes internacionales también tenían buenos motivos hasta ahora para no invertir en esos países.

“La cumbre sobre la Nueva ruta de la seda se convocó para cimentar la determinación china de asumir un liderazgo global y moldear las relaciones internacionales”, opina el sinólogo alemán Jan Gaspers. Además, con el desarrollo económico China pretende estabilizar políticamente a vecinos como Afganistán o Pakistán, señala el experto, y, por otra parte, “las inversiones sirven para generar dependencias económicas que Pekín pueda convertir en apoyo político”.

Para Jörg Wuttke, expresidente de la Cámara de Comercio de la UE en China “la Nueva ruta de la seda es más bien un proyecto político” destinado a apuntalar la seguridad de los países vecinos y de las rutas para el suministro de energía y materias primas a China. [DPA]

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