Alta gastronomía sobre ruedas

31 / 07 / 2015 Ángeles Sánchez
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Lujo, paisajes… Y como denominador común la gastronomía más exquisita en Transcantábrico y Al Andalus, dos trenes cinco estrellas.

El Transcantábrico.

España, país ferroviario por excelencia, cuenta con dos exclusivos trenes que se sitúan entre los más lujosos alojamientos del mundo. Transcantábrico y Al Andalus recorren nuestra geografía como aristocráticos hoteles rodantes, en un entorno distinguido y confortable, que une lo mejor del pasado con todas las ventajas del presente.  Una forma de viajar única y exclusiva, en la que la alta cocina –asesorada por grandes chefs nacionales– constituye uno de sus mayores atractivos.

El coche-restaurante es parte importante de estos grandes trenes. Todo está cuidado hasta el más insignificante detalle, con mesas vestidas de manera impecable para poder degustar una cocina basada en los mejores productos locales y recetarios de cada zona, según discurre el viaje. Delicadas preparaciones que llegan a la mesa en unas presentaciones originales y cuidadas.

La gastronomía está muy presente desde el primer día del viaje, cuando los cocineros a bordo, realizan una presentación a los clientes sobre aquellos menús que podrán degustar durante el recorrido; igualmente, también habrá oportunidad de que el viajero se involucre en alguna de las jornadas al participar –si lo desea–, en la elaboración de algún plato dentro de la cocina con los chefs.

Sibaritas preparaciones como el pastel de puerros a la crema de hortalizas, bacalao gratinado con alioli o el biscuit de aceite de oliva virgen extra, conforman los menús dentro del tren. Ninguno de los platos de pescado procede de piscifactoría. Y ahí están los datos: Al Andalus ofrece 4.500 comidas a bordo y el Transcantábrico, 10.500 servicios, a los que hay que añadir en ambos casos el mismo número de desayunos. Por supuesto, los vinos constituyen un importante capítulo y están presentes las más importantes denominaciones de origen por las que se transita, desde Rías Baixas a Rueda, Rioja o los vinos generosos de Jerez. Todo gestionado por un experto sumiller que aconsejará al cliente, en sintonía con la propuesta gastronómica de cada jornada.

Viajar en estos trenes es adentrarse en una cocina única de puertas para adentro, a lo que se suma además la posibilidad de descubrir en cada parada, la rica y variada oferta gastronómica de nuestro país en sus mejores restaurantes. Turismo y gastronomía en una deliciosa ecuación. 

Se embarca a primera hora y ya el abundante desayuno, con zumos naturales, bollería hecha expresamente para el ferrocarril, etcétera constituye la mejor carta de presentación. Después de haber visitado algún restaurante al mediodía, siempre entre los top de la zona, la cena es habitual realizarla también en el tren. Será el momento de degustar por ejemplo esos pimientos rellenos de mousse de queso Gamoneu y crema de tomate seco, o el solomillo de ternera asturiana con foie fresco, cuando se trata del Transcantábrico; en el Al Andalus, la carta a bordo incluye propuestas como el tartar de atún con atún de almadraba con aguacate, pepino y semillas de sésamo; una merluza con arroz meloso de mejillones o el confit de pato con ensalada de manzana en texturas. Siempre en una oferta que incluye aperitivo, entrante, plato principal y postre. Vivir el turismo de alta calidad junto a una gastronomía cuidada y excepcional.

Transcantábrico, paraíso gourmet. El norte es dominio del Transcantábrico, el tren de lujo más veterano de nuestro país donde el encanto de los ferrocarriles de principios del siglo pasado –coches Pullman originales de 1923, auténticas joyas del patrimonio histórico–, convive en perfecta armonía con las más modernas prestaciones. Un amplio y elegante espacio en el que viajar desde León y San Sebastián hasta Santiago de Compostela, dos caminos diferentes que también se distinguen por el alojamiento; mientras la ruta que parte de León es en suites, la que parte de San Sebastián se realiza en suites gran lujo.

TREN-TRANSCANTABRICO

Son muchas las opciones de viaje, pues se puede elegir desde tres hasta ocho días, en función de los intereses de cada cliente.

Están disponibles algunos recorridos como León-Gijón o Santiago de Compostela-Bilbao (6 días); Santander-Santiago de Compostela o León-Oviedo (5 días); Santiago de Compostela-Oviedo o León-Santander (4 días) y viajes de 3 días entre Oviedo-Bilbao, Bilbao-León, Santander-Gijón o Gijón-Santiago de Compostela. Cada noche, el tren se detendrá en alguna estación para facilitar el descanso de los viajeros.

Las rutas de ocho días es la base del producto porque es el tiempo ideal para poder descubrir y disfrutar todos los encantos del viaje. Partiendo de León, incluye los pueblos palentinos con uno de los mejores conjuntos del románico de Europa. Bilbao, compartido por ambas rutas, es estupendo para disfrutar de su cultura de pinchos y visitar referentes culinarios como Nerúa-Guggenheim, con el multipremiado chef Josean Alija al frente de unos fogones vanguardistas o el restaurante Etanobe, donde disfrutar de cocina moderna y creativa a partes iguales. San Sebastián, como centro neurálgico de nuestra gastronomía, cuenta con el casco viejo para tapear en lugares como Casa Urola o Ganbara, o visitar grandes casas como Arzak, Akelarre y, a 8 kilómetros, Martín Berasategui (Lasarte).

Cantabria aúna en su acervo tanto una cocina tradicional espléndida –cocido montañés, anchoas de Santoña, rabas, sobaos pasiegos…–, con una culinaria más sofisticada. Para lo primero, nada mejor que un recorrido en torno a la plaza de Cañadío, con la bonita e histórica casa La Cigaleña. El Serbal, con una estrella Michelin, ofrece cocina más elaborada en un bonito comedor con bodega a la vista y servicio en guerindon.

TREN-RULO-DE-CABRA

El Transcantábrico cruza los verdes valles asturianos, cuna de quesos artesanos cumbre como cabrales, gamonedo o afuega'l pitu; sus ricas fabes –con andaricas o en fabada– son famosas en Casa Fermín (Oviedo) y en Arriondas están Casa Marcial, regentado por Nacho Manzano y el único dos estrellas Michelin asturiano o El Corral del Indianu, en su caso con una estrella que premia una cocina moderna pero asentada en la tradición de esta tierra. Gijón es de las ciudades más recomendables para hacer una ruta por sus sidrerías, donde probar la típica sardina de Candás, el pastel de cabracho o el pulpo con patatines, uno de sus platos más conocidos. El Puerto, con una estrella Michelin, es uno de los más recomendables. Santiago es el reino del marisco y capital en la que también descubrir la variada oferta de vinos que tiene Galicia, con los albariños de Rías Baixas a la cabeza o los estupendos ribeiros que se hacen actualmente. Entre sus mesas, Acio y Casa Ana, de los más jóvenes abiertos, se suman a sus muchos referentes. Un perfecto brindis final.

información:

Precios por persona: desde 814€ tres días y dos noches en suite junior (temporada baja) hasta 4.500€ por ocho días y siete noches en suite gran lujo (temporada alta). Incluye excursiones, guías y restaurantes (bebidas alcohólicas aparte).

CON MUCHO GUSTO

Resultan infinitas las posibilidades que ofrece RENFE a la hora de viajar por España. Dentro de lo que catalogan como trenes turísticos, la oferta incluye atractivas propuestas como El Expreso de la Robla o el Tren del Peregrino. El primero propone dos rutas diferentes. El itinerario La Robla, que tiene lugar en primavera y otoño, discurre por Castilla y León pero con salida y llegada a Bilbao. Un viaje para saborear la contundente cocina que caracteriza estas tierras, basada en cocidos y asados, tomar la mejor cecina, y conocer los vinos de Tierra de León. El Capricho, en el municipio leonés de Jiménez de Jaimuz, es una auténtica experiencia gastronómica en este sentido. Para los meses de verano funciona el “Itinerario Paraíso Verde” que roza el mar a su paso por Cantabria y Asturias y desde Bilbao para terminar en Oviedo, plan perfecto para visitar el restaurante ovetense Naguar y degustar su cocina popular.

El Tren del Peregrino permite recorrer el Camino Francés a Santiago, combinado con etapas a pie o en bicicleta. Una buena ocasión para probar el famoso cocido maragato a su paso por el municipio leonés de Astorga Casa Maruja es perfecto-, y los vinos tintos gallegos de la Ribeira Sacra en Monforte de Lemos, capital de la denominación.

Al margen de esto, también la red de AVE permite llegar, en poco tiempo, a muchas ciudades españolas. Barcelona se cuenta entre las más visitadas por viajeros de estos trenes de alta velocidad. Un destino donde la gastronomía tiene grandísimos e infinitos referentes (Abac, Pakta, Tickets, Fonda Gaig, Suculent, Vía Veneto, Freixa Tradició...) y los vinos del Penedés que, junto a los cavas, les representa. En Valencia, otra de las villas ahora cercanas gracias al AVE, sobresalen los arroces de Casa Carmina, un referente en El Saler. Al Andalus incluye también en su oferta una atractiva ruta por la Ribera del Duero y Rioja para admirar sus bodegas y disfrutar de sus grandes vinos. 

AL ANDALUS, UN TREN EXQUISITO

Vagones originales de los años 20, estilo Belle Époque, que antaño circularon por las vías que comunican Calais con la Costa Azul francesa, han sido restaurados para hacer del Al Andalus un placer en sí mismo a lo largo de su recorrido por algunas de las principales ciudades andaluzas. Con capacidad para 64 personas, sus 32 suites constituyen un alojamiento de primera clase y se trata probablemente del más espacioso tren turístico del mundo. Las boiseries de sus estancias y el refinamiento de tiempos pretéritos se unen a los avances técnicos más punteros. 

TREN-AL-ANDALUS

El itinerario principal de Al Andalus recorre durante seis días, Sevilla, Cádiz, Jerez, Ronda, Granada, Baeza, Úbeda y Córdoba; un viaje que realiza en primavera y otoño. También en junio sale la Ruta Extremeña que, partiendo de Andalucía, atraviesa por Extremadura y llega a la meseta, pero desde el mes de julio está en funcionamiento su itinerario por el Camino de Santiago, entre León y A Coruña.

Opciones para todos los gustos que en esta temporada se completan con dos nuevas opciones: una ruta de tres días que se inicia en Granada y destino final Sevilla, con visita a Úbeda, Baeza y Córdoba; existe otra opción de cuatro días, desde Sevilla a Granada, con parada en Jerez, Cádiz y Ronda.

La ruta andaluza, itinerario de referencia, es un viaje que invita a disfrutar de la sabrosa gastronomía del sur en la que los clásicos más destacados conviven con imaginativas e innovadoras creaciones que han contribuido a colocar estos fogones en lo más alto del palmarés culinario español. En el tren está muy presente la rica gastronomía sureña con platos como gamba de Huelva “a la pincha”, ajoblanco de piñones y almendras, bombón de jamón ibérico con melón, helado de pasas al Pedro Ximénez con tocinillo de cielo, lomo de buey con queso payoyo…

El recorrido es la excusa perfecta para recalar en algunas de sus tabernas históricas más aplaudidas de esta comunidad, como El Rinconcillo (Cádiz) donde descubrir los grandes vinos de Jerez (amontillados, palo cortados...) o, en esa misma ciudad, el restaurante La Carboná, con extraordinarios pescados y una vuelta de tuerca creativa a la gastronomía tradicional. En tierras malagueñas, Ronda es lugar de chacinas, caza, setas y aguardiente, y una vez en la provincia de Jaén resulta obligado degustar sus aceites, entre los mejores del mundo, e ir de tapas por Linares, un clásico.

En Córdoba, a través del afamado El Churrasco o el joven chef Kisko García comandando el Choco, con una estrella Michelin, los viajeros podrán acercarse a una cocina identificada, entre otros platos, por el salmorejo y el rabo de toro. Oportunidad también para descubrir los vinos de Montilla-Moriles y el dulce de membrillo, uno de sus postres destacados siendo de los más conocidos el de Puente Genil. Todo un festín sin parangón con sabor a sur.

información:

Precios: desde 1.140€ por tres días y dos noches en suite junior, en temporada baja, hasta 3.740€ por seis días y cinco noches en suite gran lujo. Incluye billetes AVE o Alvia en preferente si se necesita y excursiones, guías y restaurantes (bebidas alcohólicas aparte). 

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