Una pelea voto a voto
12 / 05 / 2017 Luis Calvo
Susana Díaz y Pedro Sánchez buscan entre los 11.000 avalistas de Patxi López y los 63.000 militantes neutrales las papeletas decisivas. Catalanes, andaluces y, en menor medida, madrileños y vascos serán clave.
Foto: Marcial Guillén/Efe
A poco más de una semana de que el PSOE resuelva su batalla de liderazgo, nadie, ni los militantes más comprometidos con cada uno de los bandos, se atreven a hacer un pronóstico seguro sobre la votación del día 21. Hay propaganda desde cada bando, presiones, más o menos falso optimismo, pero es raro, casi excepcional, el socialista que se muestra seguro del resultado. La victoria se juega en un pañuelo. Algo más del 60% de los afiliados decidieron dar su aval a uno de los dos principales aspirantes que, salvo tremenda sorpresa, se disputarán el liderazgo: la presidenta andaluza, Susana Díaz, o el exsecretario general Pedro Sánchez. Más allá de la sospecha de que algunos avalistas podrían cambiar el sentido de su voto en la intimidad de la cabina de votación, sin las presiones del aparato, quedan otros 74.026 votos en disputa. Algo más de 63.000 pertenecen a militantes que se abstuvieron de avalar a ningún candidato. Otros casi 11.000, a quienes firmaron por el exlendakari Patxi López. Tanto el equipo de Díaz como el de Sánchez pelearán hasta el último momento por captar esos votos, decisivos en el resultado final.
En una campaña cada vez más crispada, los dos principales rivales se disputan papeleta a papeleta en las comunidades donde creen que más pueden crecer, aquellas fieles a su adversario o en las que la abstención es la nota dominante. Para Pedro Sánchez el ejemplo de las primeras es Andalucía, el de las segundas, Cataluña. Ambas son, de lejos, las federaciones donde más militantes han decidido no optar por ninguno de los dos rivales, casi 10.000 y algo más de 7.000, respectivamente.
El feudo de Susana Díaz no dio sorpresas en el reparto de avales. La presidenta logró el del 59% de los militantes, cerca de 26.500, algo que le permitió compensar su falta de tirón otras regiones. Sánchez, sin embargo, consiguió arañar casi 9.000 avales, y se vuelca ahora en la pelea por el resto, cerca de 10.000. El razonamiento es que después de la presión que ha ejercido el aparato andaluz, quien haya decidido no dar su aval a Díaz es, cuanto menos, propenso a votar contra ella el día de las primarias. Los cálculos que corren por el partido sitúan la comunidad como clave para el resultado final. Si Sánchez consigue captar una parte importante de esos votos, habrá recorrido medio camino hacia Ferraz.
Algo parecido pasa en Cataluña, la segunda comunidad donde más votos hay en disputa. De los 14.000 afiliados del PSC solo algo más de 7.000 se significaron con la entrega de su aval, 6.000 para Sánchez y casi 1.000 para Díaz. Nadie en el equipo del exsecretario general cree que Díaz vaya a crecer mucho en la comunidad, pero sostienen que si Sánchez saca de la neutralidad a los otros 7.000 militantes podría completar los votos que necesita para alzarse con el mando del partido.
La comunidad es tan estratégica que tras la recogida de avales, Susana Díaz cambió su agenda para tener una mayor presencia en Cataluña. El objetivo, evidentemente, es captar el mayor número de papeletas posible, pero como mal menor, que si los militantes catalanes no la votan a ella, al menos no voten a Sánchez. No es la única comunidad donde se centran los esfuerzos de Díaz. Valencia, con un resultado decepcionante teniendo en cuenta el apoyo de su barón, Ximo Puig, Galicia o Baleares son territorios donde cree que aún puede superar ampliamente en votos los avales conseguidos. En las dos primeras hay algo más de 3.000 militantes no significados, en la tercera, algo más de mil.
Madrid será otro de los principales escenarios de la batalla. En la recogida de avales apenas hubo diferencias entre Díaz y Sánchez, ambos por encima de los 4.000 avales. Quedan sin embargo otras 5.000 papeletas en disputa (es la tercera federación con más) entre los que optaron por López y los neutrales.
