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Un verano trágico

09 / 09 / 2015 Javier Otero
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El verano de 2015 ha batido el récord de víctimas mortales en encierros taurinos, también ha habido un alto número de ahogamientos y, finalmente, una explosión en una pirotécnica ha dejado seis fallecidos

Un toro intenta embestir a los espectadores situados tras las vallas de seguridad en los encierros de Cuéllar, en Segovia, localidad en la que falleció una persona.

Eran las dos y cuarto de la tarde del último día de agosto y una cadena de fuertes explosiones hizo retumbar Zaragoza. Un accidente en una fábrica de productos pirotécnicos ha dejado seis muertos y seis heridos. Se trata del último suceso trágico relacionado de una u otra manera con las vacaciones en un verano en el que se han incrementado de forma alarmante el número de personas que han muerto ahogadas en playas y piscinas y en los encierros que se celebran en todo el país.

Los seis fallecidos en la empresa Pirotecnia Zaragozana colocan este suceso, además, como uno de los más graves ocurridos en este tipo de instalaciones. En los últimos veinte años, solo se ha visto superado en número de víctimas por la explosión ocurrida en Rafelcofer (Valencia), donde perdieron la vida siete personas. Las empresas de este sector tienen hasta el año 2020 para la adecuación de sus talleres a las nuevas normas de seguridad. Según los primeros datos de la investigación del accidente de Zaragoza, este se habría producido en el polvorín que sirve para almacenar el producto terminado. En este polvorín podían estar trabajando algunas personas. La fuerte explosión habría provocado otra en cadena, la de una furgoneta con más material explosivo aparcado que, a su vez, habría servido para diseminar las explosiones por las casetas de trabajo que se encuentran repartidas alrededor. 

Antes de que sucediera el accidente de Zaragoza, el verano de 2015 ya destacaba por el número de personas fallecidas en encierros y otros festejos populares taurinos. También cuando estaba a punto de terminar el mes, el último domingo del mismo, un hombre perdía la vida al ser corneado en el corazón en un encierro en la localidad segoviana de Cuéllar. Se trata de uno de los encierros con más historia de España y el accidente se produjo en una zona conocida como el embudo, porque supone la transición entre una parte del recorrido, en campo abierto, al de las calles de la localidad.

Hasta el momento se han producido 12 fallecidos en este tipo de festejos en lo que va de año, un resultado que contrasta con el del año pasado, donde solo murió una persona. El número de fallecidos por año es muy dispar, pero los 12 muertos contabilizados en 2015 son ya la cifra más alta en lo que va de siglo. Hasta ahora, 2009 era el año con más muertos, ya que fueron diez las víctimas mortales. Aunque hubo ocho personas fallecidas en 2012, siete en los años 2010 y 2011 y cinco en 2007, lo más habitual desde el año 2000 es que se produzcan dos muertes en encierros cada año.

Nadie podrá saber con certeza si hay razones que expliquen estos cambios en las cifras, pero algunos ya aventuran que una de las razones detrás del incremento de fallecidos en los encierros podría ser que se sueltan animales de más envergadura, algo provocado, a su entender, por el hecho de que las restricciones a las corridas de toros hayan traído como consecuencia que sobren animales de estas características. Uno de los nuevos fenómenos a tener en cuenta es, sin duda, el del uso de los móviles. La persona que falleció el pasado 9 de agosto en Villaseca de la Sagra (Toledo), no se dio cuenta de que el toro se acercaba, mientras grababa con su inalámbrico.

La primera víctima se contabilizó en  Moraleja (Cáceres) y, aunque los sucesos han estado diseminados, hay que destacar que en las provincias de Alicante y Valencia se han producido dos víctimas mortales en cada una. Algunas comunidades de gran extensión, como Andalucía, no han vivido este año ningún fallecimiento en estos festejos.

Pero si hay una actividad de ocio masiva durante el verano que además entrañe peligro, esa es la de bañarse. Según los datos recopilados por la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, en los meses de julio y agosto de este año se han contabilizado 151 personas que han perdido la vida ahogadas. Julio ha sido el peor mes, cuando se han registrado 85 casos, mientras que en agosto se han producido 66 muertes. En junio ya hubo 39 fallecidos por ahogamiento. En lo que va de año, el número de personas que han perdido la vida ahogadas se eleva a 271. En los meses de julio y agosto se ha registrado una media de más de dos muertes por ahogamiento al día.

El informe realizado por esta federación contiene datos llamativos, como el hecho de que el 80% de las víctimas mortales de este tipo de accidentes son hombres. También destaca que el 56% de los ahogamientos se produjeron en playas y el 14%, en piscinas, cuando la diferencia entre el número de nadadores que hay en ambos medios será seguramente mucho mayor. Andalucía y Comunidad Valenciana son las regiones con mayor número de casos en agosto, doce cada una de ellas, con lo que concentran más de un tercio de este tipo de sucesos. Con los datos totales desde que comenzó el año, Andalucía, con 45, es la comunidad con más casos, seguida de Cataluña, con 38. Dejarse la vida en el agua es algo propio de mayores. El 58% de los ahogados tenía más de 45 años. La franja de edad con más fallecidos por ahogamiento es la que se encuentra entre los 65 y los 74 años, donde se han concentrado 45 de las 271 personas que han perdido la vida por esta causa en lo que llevamos de año. Por el contrario, en ese mismo periodo solo han muerto 37 menores de edad, que no llegan a suponer el 14% de los casos.

Los datos sobre ahogamientos en los meses de verano en España no están bien sistematizados. La Federación Española de Salvamento y Socorrismo está empezando a recopilar los datos. Hace dos años, por ejemplo, el mes de julio cerró con un registro de 53 personas ahogadas, una cifra muy alejada de los 85 que se han producido en el mismo mes de este año.

En esta federación consideran que faltan datos oficiales publicados por las administraciones públicas para conocer las circunstancias en las que se produjeron estas muertes. En sus informes señalan, por ejemplo, que el 71% de los ahogamientos se produjo en zonas sin vigilancia.

El verano, en cualquier caso, aún no ha acabado. Los datos de la Federación Española de Salvamento y Socorrismo contabilizan hasta el 31 de agosto, pero al día siguiente, el 1 de septiembre, se producían dos nuevas muertes, para no alejarse de la media antes citada. Un hombre de 68 años murió por la tarde en la playa de Gavá, en Barcelona, mientras que por la mañana murió otra persona en la playa de Santa Margarita de Roses, de Gerona.

DECLINA EL BALCONING

BALCONING-F

El fenómeno de saltar en los hoteles de un balcón o otro o de estos a una piscina, lo que se conoció como balconing, y que fue practicado mayoritariamente por turistas extranjeros, parece que declina. Un chaval de 15 años murió el pasado 19 de agosto al precipitarse de un cuarto piso de un hotel de Calella, mientras que horas antes otro joven alemán de 18 años resultó herido grave en Lloret de Mar. Ya no se dan tantos casos como en el pasado, cuando, por ejemplo, se llegaron a contabilizar en el año 2011 una treintena de este tipo de saltos solo en hoteles de Baleares.

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