Un jefe español en el avispero de los Balcanes

08 / 02 / 2008 0:00 Antonio Rodríguez
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Ignacio Martín Villalaín dirige desde esta semana en Bosnia a 2.106 soldados de 31 países. Todos ellos están alerta por si empeora la situación en Kosovo.

En enero de 1989, siete oficiales pasaron a la historia de nuestro país al ser los primeros militares españoles que participaban en una misión internacional de paz de la ONU. La lejana Angola les vio llegar en medio de un precario alto el fuego cuando aún no se intuían las postrimerías de la Guerra Fría. Casi veinte años después, España lidera por primera vez un contingente internacional. Y ha tenido que ser en Bosnia donde se produzca este hito.

El país más afectado por las guerras balcánicas ha sido, al mismo tiempo, el que más ha servido para la transformación de las Fuerzas Armadas españolas. Un total de 36.600 militares de los tres ejércitos se han curtido en tierras bosnias desde que los legionarios de la Agrupación Málaga llegaron los primeros a Mostar, en octubre de 1992, con ayuda humanitaria para sus habitantes.

La huella española en la zona sigue estando muy presente: la carretera junto al río Neretva –el cordón umbilical que unía a la asediada Sarajevo con el mar Adriático– pasó a llamarse la Ruta de los españoles.

Además, la principal plaza de Mostar lleva el nombre de España y en ella destaca un monolito que recuerda a los veinte soldados y el intérprete que han perdido su vida en esta misión, mientras que el precioso Puente Viejo que dividía a esta ciudad centenaria hasta su destrucción en 1993, fue reconstruido con las piedras caídas al agua gracias a la cooperación española. Hay un dato más, desvelado ahora por Defensa, que muestra a las claras la implicación española en estos últimos quince años: el coste total de la misión en Bosnia, desde 1992 a finales de 2006, ha sumado 1.666 millones de euros. “Hemos puesto mucho en ese país y ahora tenemos ese reconocimiento”, subraya el general Ignacio Martín Villalaín en declaraciones a ‘Tiempo’.

Máxima tensión

Sobre este antiguo observador militar en El Salvador y Croacia recae ahora la tarea de dirigir la primera misión militar que se confía a España. Bajo su mando están encuadrados más de 2.100 efectivos de 31 países, de los cuales 258 son españoles. Y Martín Villalaín llega en un momento de máxima tensión en la zona. No tanto en Bosnia, sino en la vecina Kosovo.

Este 10 de diciembre concluyen las negociaciones sobre el futuro estatus de esta provincia serbia de mayoría albanesa. Belgrado y Pristina acaban de romper las negociaciones y el Gobierno kosovar quiere declarar la independencia de forma unilateral. Por ello, las tropas internacionales en Kosovo están en máxima alerta para reaccionar ante cualquier brote de violencia. Y en el caso de tener que necesitar refuerzos, las primeras tropas en llegar serán las de la vecina Bosnia con Martín Villalaín al frente.

El batallón de reacción rápida que tiene bajo su mando está ya preparado en Sarajevo para cualquier eventualidad y cuenta con la autorización tanto de Serbia como de Montenegro para cruzar sus respectivos territorios si los acontecimientos requieren una intervención internacional en Kosovo. “He estado allí y he tenido ocasión de ver la unidad y su objetivo es estar entrenada en el caso de que sea llamada y tenga que acudir a Kosovo”, asegura el general con total tranquilidad.

Entre tanto, Martín Villalaín deberá vigilar la seguridad dentro de la propia Bosnia, donde las tres comunidades étnicas siguen viviendo de espaldas y una de ellas –la serbobosnia– mantiene su anhelo de integrarse en Serbia. En estos momentos queda lejos el periodo en el que la comunidad internacional impuso el orden con 60.000 efectivos. “Construir la paz y la seguridad en el país se puede hacer con menos tropas porque la situación se ha ido normalizando, pero la misión no ha cambiado”, añade.

Ante un posible aumento de la fiebre nacionalista en Bosnia, la Unión Europea, que lidera la actual presencia internacional en este país, no prevé reducir el batallón multinacional de que dispone. “Es el número necesario para la misión que se está realizando en Bosnia –prosigue el general español– y no está previsto disminuir esa cantidad en un horizonte próximo”.

El grueso del contingente de la UE (Eufor) se encuentra acantonado en la capital bosnia, donde hay 220 militares españoles, y el resto está disperso en cinco centros regionales de coordinación y una serie de equipos de enlace y observación diseminados por ciudades como Mostar, Trebinje y Caplina, con la misión de hacer controles periódicos en calles y carreteras al ser una de las zonas más frecuentadas por traficantes y mafiosos.

Coincidiendo con la toma de posesión de Martín Villalaín, el Gobierno español ha puesto a disposición de Eufor tres helicópteros de transporte BO-105. En enero enviará otros dos helicópteros de evacuación médica, con el deseo de que su utilización sea la menor posible.

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