Comprender la economía

La información es un bien de consumo: puedo usarla sin entenderla. Es una mezcla de utensilio doméstico y de fuente de distracción. GPS y Twitter. Aquel me dice cómo llegar a un sitio sin necesidad de saber llegar y este me entretiene. Tal vez le parezca absurdo afirmar que podemos manejar una información sin comprenderla, pero ocurre que hay distintos niveles de comprensión. Puedo entender las frases “las vitaminas son necesarias para la salud”, “solo manejamos el 10% de nuestro cerebro”, “todas las naciones tienen derecho a decidir”, sin saber realmente lo que es una vitamina, ni detectar que el tópico sobre el cerebro es falso, ni conocer los límites del derecho a decidir. Sin comprender su significado no podemos saber si son afirmaciones verdaderas o falsas. Por eso decimos que vivimos en la “posverdad”, que significa fundamentalmente que usamos información sin entenderla, guiándonos por un precipitado  “me gusta” o “no me gusta”, y eso nos hace vulnerables a la “desinformación” (que es un tipo de información), al adoctrinamiento, a los prejuicios, al fanatismo y a otros frutos amargos. Debemos pues reivindicar la correcta secuencia intelectual: hay que conocer para comprender, y hay que comprender para tomar buenas decisiones y actuar. Sería fantástico que todos fomentásemos la “pasión por comprender”.

Uno de los temas que afectan directamente a nuestras vidas es el económico. Resulta por ello necesario que todos tengamos los conocimientos suficientes para comprender la información económica y poder diseñar nuestros proyectos económicos personales. Con el propósito de que la crisis económica que padecemos no se repita, la UE ha recomendado la educación financiera a todos los niveles. Según el Comité Social y Económico Europeo, “una parte importante de las decisiones en la vida de una persona está asociada a un comportamiento financiero. Este comportamiento afecta directamente a su entorno personal y familiar, desde la búsqueda de financiación para los estudios hasta planificar la renta de cara a la jubilación. La educación financiera favorecerá un consumo inteligente de productos financieros, basado en decisiones informadas y bien fundamentadas”.

Esto es necesario, pero absolutamente insuficiente. No basta con saber manejar los instrumentos financieros. Resulta imprescindible conocer cómo funciona la economía, conocer el vocabulario básico, comprender las relaciones más importantes para entender las noticias económicas o los programas de los partidos. Por otra parte, la Economía es una ciencia apasionante y accesible, porque podemos comprenderla sin necesidad de aparato matemático. Es sintomático que el último premio Nobel de Economía se lo hayan dado a Richard Thaler, defensor de la “economía conductual”, un modo de entender la economía a partir de la psicología. Y que en 2002 se lo dieran a un psicólogo, Daniel Kahneman.

Con el objetivo de presentar a toda la ciudadanía una introducción agradable y útil a la Economía, en la Fundación UP que presido hemos creado una Cátedra de Economía Abierta on-line, que nos ayude a comprender el pasado y el presente, y nos proporcione herramientas para tomar buenas decisiones. Pueden matricularse en https://universidaddepadres.es/producto/catedra-up-abante-de-economia-abierta/ Espero que nos acompañen.