Residencias a cuerpo de embajador

 Todos los embajadores y representantes especiales de España en el extranjero disponen de una residencia oficial a cuenta del erario público. En la actualidad hay un total de 80 viviendas de este tipo que son propiedad del Estado y el resto, 50 en total, se encuentran en régimen de alquiler, según datos facilitados por el Gobierno a TIEMPO a través del Portal de la Transparencia. En el caso de los cónsules, lo habitual es no disponer de vivienda oficial. Sin embargo, en algunos casos, generalmente por motivos de seguridad, se les asigna una residencia, bien en inmuebles del Estado o bien en régimen de alquiler.

La tipología de las residencias es muy variada dependiendo del país donde se ubican. En algunos casos, la residencia y la cancillería están juntas, de ahí que sea “imposible” desglosar el alquiler de este tipo de vivienda y el Ejecutivo considere que una “relación exhaustiva de las rentas de alquiler mensuales no resulta homogénea” en este caso. Por ello prefiere ir a los datos globales: el alquiler de esas 50 viviendas oficiales para embajadores y representantes permanentes conllevó un gasto de 556.902,94 euros en el mes de mayo, lo que supone un media de más de 11.000 euros por cada uno de estos inmuebles. O la suma de 6,6 millones si se hace el cómputo del año. Asimismo, 16 cónsules disponían de residencias alquiladas por un importe total de 75.883,12 euros (una media de 4.750 euros al mes).

Las cifras de alquiler de residencias para embajadores varían en función del lugar de destino. Por ejemplo, la vivienda oficial en Luanda (Angola), que ocupa la diplomática Julia Alicia Olmo y Romero en la actualidad, tiene una llamativa renta mensual de 28.500 dólares (unos 26.400 euros) en línea con lo que los extranjeros pagan por estar en el barrio de Alvalade, donde los servicios y estándares se aproximan en algunos casos a los de Europa. El gasto anual asciende, por tanto, a la friolera de 316.800 euros.

La ciudad más cara

 Esta capital africana desbancó en 2013 a Tokio como la ciudad más prohibitiva del planeta para expatriados, según el estudio sobre el coste de la vida en más de 200 urbes que publicó la empresa de consultoría de recursos humanos Mercer. Luanda fue diseñada para acoger a 600.000 personas y llegó a albergar a 6 millones durante el conflicto civil que se desarrolló entre 1975 y 2002, el más largo de África y cuyo legado es una inmensa burbuja inmobiliaria que los dirigentes angoleños no logran pinchar y que trae por el camino de la amargura a los extranjeros.

En Bangkok, capital de Tailandia, se ha tenido que optar desde 2014 por el alquiler de una residencia provisional tras una petición en este sentido de la embajadora María del Carmen Moreno. El Estado cuenta en propiedad con una mansión de tres plantas y 1.200 metros cuadrados en el centro de la ciudad y a poca distancia del rascacielos donde se encuentran las oficinas de la embajada española. Sin embargo, la embajadora alegó en 2013, al poco de llegar a Tailandia, una serie de problemas en la residencia que la hacían “inhabitable”.

Exteriores aceptó presupuestar cerca de 500.000 euros para emprender una reforma total del inmueble, aunque las obras aún no han comenzado. El resultado de ello es el desembolso de 4.272,36 dólares (4.000 euros) al mes en el alquiler provisional de una suite para la embajadora Moreno en el Oriental Residence, un edificio gestionado por una de las cadenas de hoteles más caras del Asia, Mandarin Oriental, y situado en Wireless Road, la avenida más exclusiva de Bangkok.

Varios diplomáticos españoles consultados por TIEMPO cuestionan estos alquileres de residencias y se preguntan si no ha llegado el momento de intentar la compra de alguna de ellas.