Qué sabía la infanta Cristina de Nóos
01 / 02 / 2017 Javier Otero
El papel de la hija de Juan Carlos I gira alrededor del conocimiento que podría haber tenido sobre las actividades de su marido.
Banquillo de los acusados del juicio del caso Nóos, donde se sentaron, separados, Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina. [Foto: Ballesteros/Efe]
El caso tendrá sentencia casi siete años después de que el juez instructor José Castro abriera una pieza separada en su investigación del caso Palma Arena sobre los negocios de Iñaki Urdangarin y Diego Torres. Castro se había encontrado con contrataciones con la trama del Instituto Nóos. Al tirar del hilo, descubrió que estas contrataciones iban más allá y afectaban a otras administraciones públicas. En este ámbito los acusados más importantes son el expresidente de Baleares Jaume Matas y la exconsejera delegada de la candidatura olímpica de Madrid 2016, Mercedes Coghen.
El mecanismo consistía en que las entidades sin ánimo de lucro de Iñaki Urdangarin, el citado instituto y posteriormente una fundación, conseguían contratos públicos que presuntamente desviaban a empresas de Urdangarin y Torres justificadas en pagos por servicios. Los que contrataban consideraron que contar con la figura de Urdangarin supondría un beneficio en sí mismo. La investigación calcula que el desvío alcanzaría la cifra de 6,2 millones de euros. Era habitual que las contrataciones se realizaran mediante convenios con otras fundaciones públicas, con lo que no habría necesidad de convocar un concurso en el que participaran otras empresas. Cuando los servicios se prestaban a alguna administración y era obligado el concurso público, este se redactaba a la medida de la oferta que podía ofrecer el Instituto Nóos, señala la investigación.
La empresa Aizoon, de la infanta e Iñaki Urdangarin, habría recibido esos fondos. Este es el asunto que ha llevado finalmente a Elena de Borbón al banquillo, acusada de un delito de cooperación necesaria en los delitos fiscales de los que se acusa a su marido. La sentencia deberá decidir si la infanta conocía o no los detalles de las actividades empresariales de Urdangarin, porque Aizoon era una sociedad a medias con su marido. La infanta realizó algunos de los gastos personales que se afrontaron con cargo a la empresa, pero declaró en el juicio que confiaba en su marido en la administración de sus negocios, de los que ella no se preocupaba.
