Mismas urnas, ¿mismos votos?
Decepcionados con los políticos por no evitar nuevas elecciones, preocupados con el dinero que habrá que volver a gastar en ellas y escépticos con que el resultado del 26-J sea más claro que el del 20-D. Así ven la repetición electoral una treintena de votantes fieles e infieles a sus partidos.
Un país que ha mandado a Eurovisión al Chiquilicuatre... si la gente está tan cabreada y con la sensación de que un Gobierno no es necesario”... Hace meses, cuando todavía se podía esperar un acuerdo para formar Gobierno después del 20 de diciembre, un diputado del Partido Popular ilustraba con estas palabras su pálpito de que en una nueva convocatoria electoral podía pasar cualquier cosa. Pasó el tiempo y el mes de mayo ha llegado sin Gobierno y con una nueva convocatoria electoral.
Mientras los políticos andan enfrascados en quién fue más culpable del “fracaso colectivo” y quién hizo más por evitarlo, ¿qué dicen los votantes?”. A gran escala, el CIS poselectoral de esta semana dice que el 78,4% de los votantes se siente satisfecho con lo que votó en diciembre, que no habría cambiado su voto de haber conocido el resultado. El restante 21,6%, según el CIS, se habría abstenido (8%), habría votado a un partido o una coalición distintos (5,3%) o habría votado a un partido o coalición en lugar de blanco o nulo (0,5%) o en lugar de abstenerse (1,7%). Este nicho de votantes que podrían variar su papeleta es, según el experto electoral Luis Arroyo, “una burrada” en cuanto a indecisión a un mes del inicio de la campaña electoral, el 10 de junio. “Por supuesto que hay margen para los cuatro”, dice, en alusión a PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, a lo que cree que hay que sumar el “efecto” que pueda tener una coalición Podemos-Izquierda Unida y la abstención. Narciso Michavila, experto electoral y presidente de GAD3, intuye que el 26-J se quedarán en su casa un millón más de votantes de los que no fueron a votar el 20-D. La abstención pasaría así del 73% al 68% o 69%.
La convocatoria de unas nuevas elecciones ha llegado después de cuatro meses de tiras y aflojas entre los partidos de los que los ciudadanos han sido espectadores. Ahora volverán a votar y Tiempo ha tratado de ver cómo afrontan el 26-J una treintena de personas, elegidos de forma no científica. Entre ellos hay de todo: quienes están seguros de que votarán al mismo partido, quienes no lo tienen muy claro pero probablemente repitan y quienes están más desengañados pero no han elegido todavía alternativa a la que fue su opción el 20 de diciembre.
El PP es el partido que más conforme se ha mostrado con la repetición electoral, y Podemos, el que durante estos meses menos miedo ha mostrado en público por unos nuevos comicios. Son los votantes de estos dos partidos a los que menos les importa volver a las urnas. Pero no a todos. Alfonso, jubilado de 75 años, volverá a votar a Mariano Rajoy, pero le parece “fatal” la repetición electoral.
El enfado con los políticos es casi unánime y tiene varios grados, que van desde el “son como niños de colegio” a la puntualización que hace Lucas, un óptico cordobés de 35 años votante de Izquierda Unida: “Un desastre. Son nuestros representantes y les pagamos, entre otras cosas, para que se pongan de acuerdo”. Más drástica, Ana, una autónoma de Ciudad Real votante de Podemos, dice que “son todos unos sinvergüenzas” y que se le están “quitando las ganas” de acercarse a votar el 26-J.