Los apuros de la herencia de García Lorca

Representantes de las administraciones y la sobrina del poeta, Laura García Lorca (de rojo), ante el Centro Federico García Lorca.

A finales del pasado mes de julio se inauguró en Granada la sede del nuevo Centro Federico García Lorca, un edificio donde debería ir a parar el legado documental del poeta. El centro abrió sin el fin principal para el que se ideó. Mientras, salen a flote presuntas irregularidades económicas en la gestión de este centro que llevaron a que la fiscalía iniciara una investigación. Sin embargo, la sobrina del poeta, Laura García de los Ríos (Laura García Lorca) ha presentado una denuncia contra el que fuera su hombre de confianza, el secretario de la Fundación Federico García Lorca, por estos hechos. Esta acción ha birlado por el momento la investigación de las manos de la fiscalía. Entretanto, el Gobierno ha rebajado significativamente la importancia del papel que jugaba la sobrina del poeta y su fundación en el consorcio que gestiona el centro recién inaugurado.

Préstamos. La Fundación Federico García Lorca proviene de la asociación realizada por los herederos del poeta en 1976 y es la dueña de los fondos documentales que hoy se encuentran depositados en la Residencia de Estudiantes, en Madrid. Hace unos años, en 2007, el Gobierno central, la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento y la Diputación de Granada se unieron a la Fundación Federico García Lorca para la construcción de un nuevo centro en la ciudad de la Alhambra que sirviera para alojar y exhibir el legado documental del poeta. La fundación era la encargada de ejercer la labor de gerencia del consorcio y de la construcción del nuevo centro, misión que recayó en el secretario de la misma. Todo estalló cuando a comienzos del verano afloraron las dificultades para terminar el edificio porque la empresa constructora no ha cobrado todo lo estipulado. La financiación de la obra fue afrontada por las diferentes administraciones públicas presentes en el consorcio y por la propia fundación. Esta entidad, presidida por Laura García Lorca, solicitó un préstamo de cuatro millones de euros a La Caixa para hacer frente a estos gastos. El actual impago de esta deuda deja el futuro del legado documental del poeta en el aire, ya que este es el principal patrimonio que tiene la fundación.

Ante la situación económica que salía a flote, la Fiscalía de Granada inició una investigación sobre la gestión económica de este consorcio. La sobrina del poeta, no obstante, se ha puesto en manos del prestigioso letrado Matías Cortés, que ha tenido entre sus clientes a algunas de las principales empresas del país, y ha presentado una querella contra el que fuera secretario de la fundación y gerente del nuevo centro García Lorca de Granada, Tomás Martín, al que acusa de falsedad documental y apropiación indebida. La denuncia ha sido presentada en Madrid, donde tiene su sede la Fundación Federico García Lorca, lo que por el momento le hurta la investigación al fiscal de Granada.

Cambio estatutario. Con esta situación, el Gobierno central decidió también el pasado mes de julio modificar los estatutos por los que se rige el Consorcio del Centro Federico García Lorca. La resolución del Ministerio de Cultura reduce el papel de la Fundación Federico García Lorca en el citado consorcio. En el año 2007 quedó establecido que el consorcio nacía fruto de un convenio entre la citada fundación y los Gobiernos central, autonómico y local. Sin embargo, en los estatutos del consorcio modificados el mes pasado la Fundación Federico García Lorca ya no aparece como una de las entidades que lo crean. De hecho, en estos nuevos estatutos la fundación solo tendrá la posibilidad de proponer, pero no de nombrar, al coordinador de este nuevo centro, que también será conocido como Instituto de Estudios Lorquianos. El coordinador podrá asistir a las sesiones de los órganos de gobierno del consorcio “con voz y sin voto”, según los nuevos estatutos.