Los 10 de 2016

23 / 12 / 2016 Luis Calvo
  • Valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • Tu valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
¡Gracias!

Como es tradicional, TIEMPO reúne en su último número de diciembre a los diez españoles que más han destacado durante el año. Ellos han sido la mejor parte de un país que sigue peleando en medio de la incertidumbre.

Hace solo doce meses, España se enfrentó a unas elecciones generales con el convencimiento de que nada volvería a ser como hasta entonces. Era la primera vez que los nuevos partidos, Podemos y Ciudadanos, miraban cara a cara al PP y al PSOE, las dos únicas formaciones que se habían repartido el poder desde la Transición. El cambio, deseado por unos y temido por otros, nunca terminó de cuajar. La irrupción de la “nueva política” en el Congreso de los Diputados no provocó más que un bloqueo político que por momentos, y a pesar de la repetición electoral de junio, parecía imposible de resolver. Han sido doce meses de parálisis en los que la izquierda ha tratado de acabar en dos ocasiones con Mariano Rajoy. No solo ha fracasado, sino que la maniobra se acabó llevando por delante al exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y buena parte de la credibilidad de su partido.

La política nacional no ha sido la única en sufrir las consecuencias de la incertidumbre. Cataluña sigue, cuatro años después, sumida en un proceso secesionista que mantiene dividida casi a partes iguales a la sociedad civil. Lejos de resolverse, en 2016 la crisis territorial que sufre el país se ha seguido enquistando y para el próximo año las fuerzas independentistas plantean ya desde las instituciones un referéndum unilateral para romper con el resto de España. Por si fuera poco, en todo el mundo crecen a marchas forzadas los ultranacionalismos y el populismo más xenófobo y radical. El brexit, el no de los colombianos a la paz o la elección de Trump como nuevo presidente estadounidense son síntomas de un cansancio, el hastío de los ciudadanos por un sistema del que se sienten excluidos, al que nuestros líderes no han sabido poner remedio. En 2017 las elecciones en Francia, Holanda o Alemania permitirán comprobar si los partidos tradicionales son capaces de poner freno a la extrema derecha en Europa o la tendencia continúa.

En medio de la incertidumbre todos los años surgen, sin embargo, multitud de nombres que han sabido sobreponerse a las circunstancias y llenar de éxitos nuestras alforjas. Políticos, empresarios, científicos, artistas o deportistas que se han negado a rendirse y han peleado hasta el final para lograr sus objetivos. Como cada mes de diciembre, en su último número del año, TIEMPO reúne a los españoles más destacados del año. Ellos han marcado los triunfos, grandes o pequeños, de una sociedad que se niega a dejarse llevar por la desesperanza. La lista no pretende ser exclusiva. Muchos otros, algunos conocidos, la mayoría, ciudadanos anónimos que siguen peleando contra la crisis y el paro, merecerían ocupar este lugar, pero nadie puede cuestionar que la decena de seleccionados ha hecho méritos más que suficientes para estar entre estas páginas. Ellos nos cuentan cómo han vivido el año que se extingue y sus expectativas para el que le sustituirá.

El año del bloqueo

No cabe duda de que la incertidumbre política ha sido la gran protagonista del año que se va. Nunca antes el país había vivido una repetición electoral, con dos investiduras fallidas de por medio. Es precisamente el candidato de una de ellas quien ocupa el primer puesto dentro de esta lista. Tras un año en funciones, después de probar el rechazo del Congreso y de que propios y extraños le dieran por muerto en multitud de ocasiones, Mariano Rajoy consiguió a finales de octubre volver a ser investido como presidente del Gobierno. No solo eso. En la repetición electoral de junio, el líder del PP consiguió reafirmar su mayoría recuperando 14 de los 63 escaños perdidos en diciembre de 2015. El desplome del PSOE le permitió ampliar su ventaja sobre la segunda fuerza política, nada menos que 52 escaños por delante de los socialistas.

A punto de terminar el año, Rajoy señala a esta revista que pese a que 2016 ha sido “uno de los años más atípicos y azarosos de la vida política española en décadas”, nuestro país “sigue siendo, entre los grandes de Europa, el que más crece y el que más empleo genera”. “Sería iluso o irresponsable ignorar los graves problemas de paro, endeudamiento o desigualdad que aún debemos afrontar, pero igualmente sería injusto no reconocer que la economía española es hoy una economía pujante que ha corregido la mayor parte de los desequilibrios que la atenazaban”, explica.

Para el presidente del Gobierno, tras superar una largo periodo de incertidumbre política, en 2017, “paradójicamente, nuestro país se presenta como un escenario de seguridad en medio de una Europa cuajada de incertidumbres”. Es, sostiene, un año de oportunidades: “Jamás en nuestra historia reciente se habían dado unas condiciones políticas como las que tenemos ante nosotros para forjar acuerdos de Estado. Hay, sin embargo riesgos”. En su opinión, para lograr que la legislatura sea un periodo “fértil en logros para los ciudadanos” es necesario evitar “que la fragmentación política derive en otra suerte de parálisis igualmente perniciosa o, peor aún, en la demolición de las políticas que nos han convertido en el país de Europa donde la recuperación se presenta más solida”. Y termina: “El mandato de diálogo y entendimiento que nos dieron los españoles debe extenderse al conjunto de la legislatura”.

Un año difícil para el PSOE

El mensaje de Rajoy va directamente dirigido a otro de los protagonistas del año: el presidente de la gestora socialista. A falta de un congreso que en 2017 resuelva los problemas de liderazgo que atraviesa el PSOE, Javier Fernández es hoy su máxima referencia. Será él quien trate de acercar posturas y tejer complicidades entre los dos bandos, a día de hoy irreconciliables, que salieron del Comité Federal de octubre, en el que los barones remataron a Pedro Sánchez. Incluso quienes más enfrentados se encuentran a la labor de la gestora reconocen el peso intelectual y la voluntad de Fernández de trabajar por el bien del partido. De su labor dependerá en parte que los socialistas sean capaces de cerrar el enorme abismo que en este momento les separa o por el contrario este se acentúe aún más.

El presidente de la gestora no oculta a TIEMPO que “ha ido un año difícil para el PSOE, un año que nos obliga a hacer una profunda reflexión sobre nuestro proyecto, nuestro discurso y nuestro liderazgo. Confío en que 2017 sea mejor que el año que dejamos. Para los socialistas es evidente que será así, porque vamos a celebrar un congreso que tiene que ser de unidad y de reconstrucción, de mejora para el PSOE como organización y palanca para mejorar la realidad de nuestro país”. Sin quitar gravedad al proceso interno, Fernández recuerda que España “sigue teniendo problemas muy graves que nos obligan a mirar más hacia fuera” y menos al partido. En este sentido, cree que la principal antagonista del PSOE “sigue siendo la desigualdad, que ha crecido mientras siguen sin resolverse las grandes crisis del país. A la crisis social se unen la económica, con unas tasas de desempleo que nos obligan a cambiar políticas, y la territorial, que nos exige ambición, responsabilidad y altura de miras”. Pese a todo, Fernández no se atreve a asegurar que 2017 será mejor para el país que 2016. “No basta con desearlo. Sí puedo decir que haré todo lo que esté en mi mano, igual que hará el partido, para intentar que sea así”, concluye.

Pero no todo es política nacional. Otras dos elecciones, en Galicia y el País Vasco, han marcado también la vida institucional del país y convertido a sus vencedores en grandes protagonistas del año. A pesar de su resistencia a presentarse de nuevo durante los meses previos, en septiembre el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, logró revalidar por tercera vez consecutiva la mayoría absoluta en el Parlamento autonómico. Es la única que queda en una España cada vez más fragmentada en lo político. En este sentido, Galicia es una excepción. A pesar de la aparición de los nuevos partidos, la candidatura de Feijóo no solo no perdió ningún escaño sino que obtuvo 20.000 votos más que cuatro años antes.

Estabilidad en Galicia y País Vasco

Feijóo explica a esta revista que pese a que ha sido un año “difícil” para el conjunto de España debido al bloqueo institucional, se siente “muy orgulloso de que Galicia siguiera su propio rumbo y apostara por la máxima estabilidad”. “Lograr una tercera mayoría absoluta, cuando eso es algo que no ocurre en ninguna otra comunidad, hace que 2016 sea un año muy especial para mí a nivel político”, reconoce.

En todo caso, el presidente gallego mira ya hacia el futuro: “Tenemos que ser capaces de aprovechar el contexto político, que obliga al entendimiento entre las fuerzas políticas, para alcanzar acuerdos que permitan asegurar los servicios públicos para las próximas décadas. Vivimos un momento complejo a nivel internacional y sería irresponsable agravar esas incertezas con la división interna. El principal objetivo de la Xunta es consolidar la recuperación alcanzada para que esta llegue cada vez a más personas”. Según Feijóo, Galicia no debe conformarse con “haber reducido el paro en los últimos 37 meses, sino continuar por esa senda y mejorando las condiciones laborales. No debe conformarse con haber aprobado la mayor rebaja fiscal de su historia, sino continuar bajando impuestos. No debe conformarse con ser la comunidad que da más ayudas a las familias con hijos, sino incrementarlas todavía más”. Y lo mismo con servicios públicos, exportaciones, ayudas a trabajadores autónomos... “En definitiva, no debemos conformarnos con lo que hemos hecho sino continuar con lo que falta por hacer”.

El otro vencedor de las elecciones autonómicas de septiembre es el jeltzaleÍñigo Urkullu. El lendakari logró abrir hueco (de seis a diez escaños) respecto a Bildu, segunda fuerza en el Parlamento vasco. Mientras el PNV pasó de 27 a 28 actas, los aberzales fueron incapaces de contener la sangría provocada por la irrupción de Podemos. Perdieron tres diputados y, sobre todo, la capacidad para influir en el Gobierno vasco. Además, el pacto anunciado por el lendakari para incluir al Partido Socialista de Euskadi (PSE) en su Gobierno, dota al País Vasco de uno de los Ejecutivos más estables de España y lo aleja de aventuras soberanistas unilaterales como la catalana. Eso no quiere decir que el PNV renuncie a un cambio en el modelo de Estado. “Ha fracasado. Es necesario afrontar su actualización asumiendo su carácter plurinacional. Es el momento de avanzar en un nuevo marco político de convivencia en Euskadi, que articule un nuevo pacto con el Estado y sea ratificado por la sociedad vasca”, argumenta. 

El lendakari pone el acento en las personas que más han sufrido en los último años: “Estoy convencido de que mantener el crecimiento económico y generar más empleo y de mejor calidad es la mejor vía para garantizar el bienestar. Saldremos de la crisis más despacio, si hace falta, pero saldremos juntos, como una sociedad cohesionada”.

Relevo en Telefónica

También el mundo de la empresa debe tener cabida en un resumen del año que se va. En un momento en el que las grandes compañías pelean por tomar posiciones para cuando la crisis termine de dar sus último coletazos, una de las mayores empresas españolas, Telefónica, ha completado el relevo de su dirección. En abril, José María Álvarez-Pallete tomó posesión como presidente de la compañía tras la dimisión de César Alierta, el hombre que convirtió a la operadora española en una auténtica multinacional. En su primera intervención como presidente asumió el compromiso de dar continuidad a la gestión de su antecesor y se comprometió a mantener la misma política de reducción de deuda y retribución a los accionistas. A pesar del contratiempo que supuso el veto de las autoridades comunitarias a la venta de O2, la filial británica de Telefónica, la sociedad está cumpliendo los objetivos y el propio presidente ha mostrado su confianza en la empresa invirtiendo 5,3 millones de euros en la compra de acciones.

A juicio de Álvarez-Pallete “2017 se presenta, sin duda, como un año de oportunidades para Telefónica, en línea con el contexto de nuestro propio país. Hay muchos retos que superar, pero contamos con la estrategia y las herramientas más adecuadas para abordarlo. Afrontamos el año nuevo con ilusión y el empuje necesario para continuar afianzándonos a nivel internacional. Desde el punto de vista empresarial, me siento muy afortunado por tener la responsabilidad de liderar una compañía que está en el centro de la disrupción tecnológica que está transformando todo; las industrias (finanzas, educación, transporte, energía, sanidad...), la sociedad y la forma en que vivimos y nos relacionamos”.

 

Candidato al Nobel

Es precisamente del mundo de la innovación, de la ciencia concretamente, de donde procede otro de los personajes del año. A principios de 2016 el investigador alicantino Francis Mojica empezó a sonar como candidato a los premios Nobel de Medicina y Química después de que la revista Science calificara su investigación sobre las secuencias CRISPR el mayor avance científico en 2015. Poco después, una filtración confirmaba que el nombre del español estaba entre los favoritos para obtener el galardón. Aunque el premio acabo escapándose, son muchos en la comunidad científica quienes creen que es solo cuestión de tiempo. La técnica desarrollada a partir de las investigaciones de Mojica aprovecha un rudimentario sistema inmune de las bacterias, basado en integrar en su propio ADN material de virus invasores, para facilitar la edición genética, es decir, la posibilidad de agregar, eliminar o cambiar secuencias de genes específicos. Es la base, en resumen, de todas las técnicas de “corta pega” genéticas desarrolladas con posterioridad y que abren un mundo de posibilidades para tratar diversas enfermedades relacionadas con la carga genética, manipular bacterias o crear superalimentos. Las aplicaciones son casi infinitas.

La candidatura no parece haber vuelto loco a Mojica. Con los pies aún pegados al suelo, el científico recuerda que las posibilidades de ganar un premio de semejante envergadura son muy remotas, pero reconoce que “eso quiere decir que uno ha hecho algo por lo que se le quiere reconocer. Eso es bueno. Y más si además conseguimos que así se hable de ciencia en este país”. Según Mojica, “la ciencia española está muy debilitada. Hay muchos grupos buenos, con ganas de trabajar e investigar que no tienen financiación. Eso hay que solucionarlo”. Para ello, reconoce que “la divulgación es muy importante, fundamental”. “Hay que aprovechar la candidatura para poder difundir la ciencia y hacer que se apueste por ello. Si no nos apoya la gente, si no hay un compromiso social por la ciencia, no vamos a ningún lado”, subraya.

La cultura en dos generaciones

De la ciencia, a la cultura. A pesar de que la crisis se ha cebado especialmente en el ámbito cultural, sigue habiendo figuras que suponen todo un ejemplo de cómo sobreponerse a las circunstancias. Este año traemos a dos generaciones: una actriz y directora veterana, Nuria Espert, y un director que con solo tres películas se ha convertido en una referencia del cine mundial, Juan Antonio Bayona.

De la primera hay poco que no se haya dicho. Se subió a las tablas hace más de 55 años y desde entonces no ha bajado. Acumula decenas de reconocimientos para los que el premio Princesa de Asturias de las Artes 2016 ha supuesto solo un broche de oro. Eso no quiere decir que signifique un punto final a su carrera. Cuando se enteró del premio, estaba girando con la obra Incendios, dirigida por Mario Gas. Y seguirá con ella en 2017, a punto de cumplir los 82 años, pero “llena de ganas”. La actriz reconoce a TIEMPO que 2016 ha sido “un año magnífico en lo personal y profesional. Trabajando en una obra que me apasiona, rodeada de grandes actores. Uno de los textos más hermosos que he leído en mi vida”. El premio supuso para ella una sorpresa, seguida de alegría y nuevamente sorpresa. “No esperaba tanta repercusión. La gente se acercaba durante la gira feliz por que me hubieran dado el premio. Una señora  maravillosa incluso me felicitó por haber conseguido el Nobel”, explica entre risas.

Más seria se pone al hablar de las situación de la cultura en el país. “Es pésima. Durante este año de bloqueo a nadie le ha importado. Ninguno de los cuatro líderes le ha dedicado ni medio minuto de sus discursos. No creen que la cultura mueva un solo corazón, un voto o un euro”, se queja. Tampoco cree que vaya a mejorar: “No mientras la educación esté en una situación desesperada. Si algún día se llega al sueño de un pacto educativo se podrán meter esas energías en la cultura. Ambas deberían ser las luminarias para un país”.

El caso de Juan Antonio Bayona también es admirable. Cada nuevo trabajo del director catalán supone un éxito inmediato de crítica y público. Un monstruo viene a verme, su último trabajo, es, con enorme diferencia, la película española más taquillera del año. Eso, antes de que se sepa todavía cómo funciona fuera de nuestras fronteras. Además, la película compite por doce premios Goya (la que más nominaciones acumula) y empieza a sonar como candidata a algunas categorías técnicas de los Oscar. El director destaca que ha sido “un año de muy buen cine español, muy variado y de un nivel muy alto”. Que haya habido películas “muy buenas” que ni siquiera hayan llegado a las nominaciones demuestra en su opinión “el nivel tan alto que había este año”.

A falta de terminar de recoger los resultados del filme, Bayona trabaja ya en las localizaciones de su próxima película, la segunda parte del exitoso Jurassic World. El encargo mete de lleno al director catalán en la industria de Hollywood y le confirma como uno de los creadores más prometedores del cine español. La situación del séptimo arte, sin embargo, no es fácil. Bayona es muy crítico con la industria en nuestro país: “Hay empeños personales por sacar adelante proyectos, pero no hay una industria, no hay un ayuda oficial realmente significativa por parte del Estado. Una industria como tal, potente, no hay en España”.

Presente y futuro del deporte

Algo más de reconocimiento tiene el deporte. Curiosamente, los dos protagonistas de este año habían compartido ya estas páginas en 2014. Entonces, como este año, la Roja no fue capaz de cumplir las expectativas que el país tenía puestas en ella. Más allá de la decepción lógica, el fracaso de la selección permitió que brillaran con más fuerza los éxitos de otras disciplinas. Fuera de los campos de fútbol, el deporte español sigue acumulando reconocimientos y títulos en cada temporada.

Las dos medallas olímpicas de Mireia Belmonte (la primera de oro), y las tres del europeo de Londres, confirman a la nadadora catalana como una de las mejores deportistas nacionales de la historia. Ella misma reconoce que en el último año ha logrado “recortar distancias con la perfección ofreciendo algo muy lindo, un oro olímpico en la actividad a la que llevo entregada gran parte de mi vida”. Su secreto, reconoce, es el esfuerzo, la constancia diaria. Su historia, la del empeño por superarse. Alérgica al cloro y asmática, Belmonte empezó a nadar por recomendación médica, para solucionar unos problemas de espalda. Desde entonces y a pesar de todas las dificultades, no ha abandonado nunca la piscina.

Con solo 26 años, Belmonte ve aún muy lejos el final de su carrera. Prepara ya los campeonatos mundiales de natación que se celebrarán en Budapest el próximo verano, un paso más hacia los próximos Juegos Olímpicos. La nadadora llegará a Tokio 2020 con 30 años, todavía con fuerzas para tratar de seguir haciendo historia del deporte español.

Aún más joven (23 años) es el campeón del mundo de Moto GP, Marc Márquez. Después de un 2015 decepcionante, el piloto catalán ha vuelto a conquistar la categoría reina por delante de Valentino Rossi. Es su quinto título en los últimos siete años (tres de ellos en Moto GP). Además, Márquez ha recuperado la regularidad que le caracteriza. De las 18 carreras celebradas, logró subirse al podio en 13 ocasiones. Solo se cayó de los puntos en una ocasión, en Australia. La acumulación de éxitos no hace que el piloto pierda la ilusión: “Las motos son toda mi vida. Vivo por y para las motos. Prefiero estar aquí compitiendo que haciendo cualquier otra cosa”. Marc Márquez no quiere ponerse techo y trabaja ya para 2017: “Cuantos más títulos, mejor. Después del quinto habrá que empezar a pensar en el sexto, y si llega, a por el séptimo. Y así hasta que el cuerpo aguante”.

Ese espíritu, el de una España que no se rinde, es el que con toda seguridad marcará el próximo año, igual que lo hizo con los anteriores. En un momento en el que apenas quedan certezas, crecen los populismos, el terrorismo ataca el mismo corazón de Europa y el mundo tiembla pensando en el futuro, nuestro país afronta el futuro con más esperanza que miedo. Y con esfuerzo. Hoy están ya trabajando los personajes que dentro de un año ocuparán estas páginas. En doce meses, TIEMPO volverá para enseñárselos.

Grupo Zeta Nexica