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Las dificultades de la denunciante de Gürtel

29 / 07 / 2015 Javier Otero
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En una mala situación económica, ganó un juicio por acoso laboral y ahora le amenazan en Internet.

Ana Garrido

Ana Garrido se encontró un día con algo que le olía mal en el Ayuntamiento de Boadilla del Monte, en Madrid. Empezó a investigar y lo que encontró esta trabajadora municipal se convirtió en un dossier que constituyó la primera denuncia que destapó el caso Gürtel, junto con las grabaciones que aportó por otro lado el concejal de Majadahonda José Luis Peñas. Garrido se ve ahora desprotegida. La batalla judicial le ha dejado sin recursos, ha tenido que alquilar su casa y batalla contra el acoso que recibe a través de Twitter. Hace unos días vendía parte de sus enseres en un mercadillo de Madrid.

“Es una vergüenza, pero no estoy mal anímicamente”, dice Garrido al relatar su situación. Una de las principales batallas ha sido la de probar que sufrió acoso laboral a su regreso al Ayuntamiento de Boadilla, cuando creía que las cosas se habían calmado. Ha ganado en primera y segunda instancia y lleva ya ocho meses pendiente de si el Tribunal Supremo admite a trámite el recurso del ayuntamiento ante el Tribunal Supremo. Sin embargo, al elegir extinguir el contrato al ejecutar las sentencias ya emitidas, su situación económica ha empeorado. Ahora vive en casa de unos amigos y sufraga sus gastos con las aportaciones de una plataforma ciudadana de apoyo mientras busca un nuevo trabajo. Ha recibido ofertas de partidos para ir en sus listas, pero no quiere que parezca que vive de la política, sino que prefiere resolver su situación laboral antes de pensar en esa posibilidad.

Ana Garrido ha tenido que atender también otros frentes. Tras la ruptura con su expareja, este entregó su ordenador portátil a la Policía de Boadilla alegando que era usado conjuntamente por los dos y que había información relevante del caso Gürtel. El aparato llegó a continuación a la Audiencia Nacional. Garrido ha declarado al juez De la Mata, encargado ahora de la instrucción de este caso, que lo que ha ocurrido es que le han robado la información de su ordenador y la han volcado en el portátil, que solo usó su expareja, y que teme que hayan manipulado la información que contenía. El magistrado investiga ahora los datos internos del ordenador para aclarar los extremos denunciados por la extrabajadora municipal. Garrido cree que también puede ser una maniobra para que el PP tenga acceso a las grabaciones completas con la que probó el acoso laboral. La trabajadora del ayuntamiento se alegra de que el juez haya iniciado diligencias para comprobar qué es lo que realmente ha ocurrido. Por otro lado, Garrido ha denunciado el acoso sufrido a través de Twitter, presuntamente por su expareja y por otras dos identidades, donde le han llegado a enviar imágenes de una mujer disparando. La denuncia, curiosamente, ha caído en el Juzgado número cuatro de Móstoles, donde se encuentra el juez Pablo Ruz, precisamente el anterior instructor del caso Gürtel en la Audiencia Nacional.

Protección. Tras vivir estas situaciones, Ana Garrido ha colaborado con algunas plataformas que trabajan con información contra la corrupción. Tras ese paso pretende fraguar un proyecto similar pero que también tenga como objetivo promover que las leyes protejan a los denunciantes de los casos de corrupción, “para que sigan denunciando sin que les pase lo que a mí”. Las plataformas con las que más ha trabajado Ana Garrido han sido el Observatorio de la Ciudadanía contra la Corrupción, en la que también se encuentra el exdirigente sindical de la Policía José Manuel Sánchez Fornet, y el buzón x.net, del Partido X, a través del que se conocieron los correos del expresidente de Bankia Miguel Blesa. Garrido también busca unir a varios colectivos para hacer propuestas contra la corrupción a los partidos políticos para que las incluyan en sus programas electorales.

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