La madre en la sombra de Cayetano

14 / 10 / 2015 Jesús Manuel Ruiz
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Cayetano Martínez de Irujo está muy pendiente en este momento de una de las personas más importantes de su vida:  Margarita Cayarga, su nana. La mujer que le ha criado ocupa un lugar tan privilegiado en el corazón del conde de Salvatierra como el de su propia madre, la duquesa de Alba

El quinto hijo de la noble más carismática de los siglos XX y XXI, Cayetana de Alba,  fallecida en noviembre de 2014, acude todas las semanas al centro de Madrid a visitar y estar pendiente de quien durante años fue su nana y un ser imprescindible en su vida. Margarita Cayarga tiene 94 años y es la otra madre del conde de Salvatierra. La relación entre ellos se remonta a más de medio siglo y en los últimos años se ha potenciado con el declive natural de la nana Margarita.

La nana de los Alba

Cayarga llegó a la Casa de los Alba siendo una jovencita. Aterrizaba en una de las casas aristocráticas más importantes de nuestro país cargada de títulos y diplomas. Su extensa formación fue muy comentada por la época que le tocó vivir. Nana es puericultora de maternidad. Desde que llegara a los palacios de Liria, en Madrid; Las Dueñas, en Sevilla; y Monterrey, en Salamanca, su dedicación ha sido absoluta con los seis pequeños de la duquesa de Alba. Su función consistió en cuidar y empezar a educar a Carlos, Alfonso, Jacobo, Fernando, Cayetano y Eugenia, especialmente a los tres pequeños. Cuando los niños alcanzaban más edad, entonces pasaban a la institutriz inglesa. La propia Cayetana, de jovencita, recibió una educación esmerada a manos de institutrices españolas, inglesas y alemanas. Pero hasta que a los niños les llegaba ese momento, Margarita Cayarga era la educadora, la consejera y la madre en los momentos de ausencia de la matriarca.

Cayarga estuvo muy pendiente de los seis hijos de la aristócrata y quien conoce bien la relación asegura que los ojitos derechos de Margarita fueron los dos benjamines, Cayetano y Eugenia. Quizás el conde de Salvatierra fue el hijo que nunca tuvo. Para Margarita Cayarga, Cayetano es “su Cayetano”, y ella es algo más que su cuidadora.

la salvadora 

Cayetano tiene una segunda madre. Es una realidad indiscutible para quienes conocen la unión entre Margarita y el hermano menor del actual duque de Alba. Entre Martínez de Irujo y Cayarga existe una relación de afecto especial. La cuidadora le salvó la vida a Cayetano cuando, siendo niño, se cayó en una piscina y a punto estuvo de acaecer la tragedia. Desde entonces, el lazo entre ellos es casi materno-filial. La revista Tiempo se ha puesto en contacto esta última semana con Cayetano Martínez de Irujo para que retratase a quien fue, es y será su segunda madre.

“Nana está muy mayor. Ha pegado un bajón muy grande en el último año”, comenta el conde de Salvatierra. Margarita Cayarga vive a escasos metros del kilómetro cero situado en la Puerta del Sol de Madrid y los vecinos de la zona son testigos de las visitas semanales que realiza el jinete a quien es su “segunda” madre. “Cada semana voy a almorzar a su casa para verla y pasar un rato con ella. Estoy muy pendiente de ella. Atiendo sus necesidades y cuidados. Estoy pendiente para que no le falta de nada”, explica a esta publicación el menor de los Martínez de Irujo. Según comentan vecinos de Margarita, las visitas a “su nana” son semanales desde hace años. Uno de los secretos mejor guardados del IV Duque de Arjona y XIV Conde de Salvatierra es llegar al domicilio de Margarita Cayarga para comer “comida de cuchara” y después “echarse una cabezadita” en la siesta como cuando era niño.

Tutor de su hija 

Cayetano Martínez de Irujo es el tutor de la única hija de Margarita. La hija de Cayarga se llama Margaret, tiene 49 años y padece síndrome de Down. El día que falte su madre, será Cayetano quien se encargue de ella. Para Margaret, Cayetano es como un hermano o un padre. Hay una imagen de Cayetano y Margaret que fue muy comentada hace tan solo unos meses. Fue en el funeral madrileño celebrado en la basílica de San Francisco el Grande por la memoria de la duquesa de Alba. Aquella fría noche de diciembre y en presencia de los reyes eméritos, Juan Carlos y Sofía, Margaret abrazó con verdadera devoción a Cayetano durante unos minutos. La complicidad, el cariño y la nostalgia se aunaron y se congelaron en la memoria de las casi mil personas que asistieron al funeral de la aristócrata que nació en Madrid y que amó Sevilla hasta la saciedad. El abrazo era la instantánea entre dos hermanos o un padre y una hija. Margaret acudió para estar cerca de “su Cayetano” y también en representación de su madre. Nana ya no pudo acudir porque desde hace un tiempo ya no puede salir a la calle. Margaret llegó a la basílica de San Francisco el Grande de la mano de Melani Costa, la última novia de Cayetano Martínez de Irujo.

Los secretos de margarita

Margarita ha reconocido a su círculo íntimo, y siempre entre risas, que le había hecho “una mala jugada a la Duquesa”: “Llevarme a su mejor hijo”. Los celos de la duquesa hacia Margarita siempre han estado presentes y el conde de Salvatierra ha tenido su corazón partido entre su progenitora y su segunda madre. Nana ha pasado temporadas en la finca sevillana Las Arroyuelas, propiedad de Cayetano Martínez de Irujo. En los periodos de invierno y hasta que su salud se lo permitió, se marchaba junto a su hija Margaret a Carmona, donde se encuentra esta propiedad que fue donaba por la duquesa de Alba a su hijo Cayetano. Dicen quienes conocieron bien a la duquesa y a sus seis hijos que Cayetano fue el ojito derecho de la matriarca fallecida el pasado 20 de noviembre. Cayetano siempre fue el epicentro de su madre y también el de su nana. La rivalidad afectiva estaba servida.

Las recaídas

Margarita fue ingresada en enero de 2013 en la clínica Ruber Internacional a causa de una infección pulmonar. En aquel momento se temió durante unas horas por su vida. Margarita Cayarga consiguió salir de aquella recaída. Aquella noche, Margarita ingresaba en el hospital de la mano de Eugenia Martínez de Irujo. Durante una semana, la benjamina de los Alba, junto a alguno de sus hermanos, entre ellos Fernando Martínez de Irujo, marqués de San Vicente del Barco, acudieron a este hospital para ser testigos de la evolución de esta institución de la casa de Alba.

Mucho se especuló sobre las visitas de Eugenia a la clínica pero la verdadera razón estaba muy lejos de las hipótesis señaladas en algunos medios de comunicación. No había crisis de ansiedad ni infinidad de razones apuntadas. Durante el ingreso de 2013 de Cayarga, su “niño Cayetano” se encontraba de viaje por Kenia con sus hijos y su exmujer, Genoveva Casanova. Se estaba intentando escribir el prólogo de la reconciliación en el matrimonio. Tiempo después, el epílogo lo escribieron un exministro y una nadadora con sendas partes del prólogo.

Cuando Cayetano llegó a Madrid, lo primero que hizo fue informarse acerca del estado de salud de quien ha sido siempre alguien muy importante en la familia. En aquellos momentos, el conde Salvatierra se pronunciaba sobre la importancia de Margarita Cayarga en su vida. “Es como mi segunda madre. Llegó a casa con mis hermanos mayores y después se dedicó en cuerpo y alma a Fernando, Eugenia y a mí, que éramos los pequeños”, comentaba con nostalgia Cayetano Martínez de Irujo.

La historia entre Cayarga y Martínez de Irujo es la historia de amor y entrega entre un niño y su educadora. Una relación que trasciende con el paso de los años y da la vuelta de tal manera que, al final, la cuidadora es cuidada por su pupilo. Ahora la protección es de Martínez de Irujo hacia Cayarga. Comparten muchos recuerdos e incluso álbum de fotos. Para Margarita, Cayetano es como el hijo que nunca tuvo. Para el conde de Salvatierra, Margarita es esa segunda madre que ocupó el lugar de la duquesa cuando Cayetana estaba fuera del hogar donde pasó su infancia. Una historia de amor que se acerca más al argumento de una novela de posguerra que a las vivencias intramuros de la aristocracia española.

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